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El mercado de los domingos

11/06/2019 - 

De camino al mercado de los domingos hay un agradable paseo cuesta abajo hasta la plaza. Anchas aceras y comercios cerrados junto a restaurantes, floristerías y el súper de guardia. Un día apacible bajo un sol amable se cruzan con la guardería Bonheur -felicidad-, el centro para mayores Les soins de Jour -que también se traduce como guardería- o con el Bistró Nazional. Lo de nazional con zeta da un poco de repelús, pero ahí está, justo enfrente del Centre de Philosophie Pratique. Aquí voy a utilizar la palabrita de moda: oxímoron, esto es lo que parece el nombre de la plaquita de bronce en la fachada. Por no abundar en otros sinónimos como contradicción, paradoja o absurdo.

¿Desde cuándo la filosofía se entiende como algo práctico? Cuando mi sobrino aprobó lo que no recuerdo cómo se llama pero todos llamamos “selectividad”, nos planteó en casa que no sabía si estudiar Bellas Artes o Filosofía. Susto o muerte, pensamos todos. Eligió lo primero, pensando que podría matricularse en filosofía durante la carrera. No lo pudo hacer porque aún de estudiante ya comenzó a trabajar. Pero su pasión por la dialéctica sigue presente y soñamos con que algún día tendremos el lujo de sentar un filósofo en nuestra mesa, que es algo que viste mucho.

Viene esto a cuento del mercado de los domingos. Porque si para algo se han hecho los domingos es para ir al mercadillo. No importa dónde te encuentres, en todos los lugares del mundo hay mercados en la calle. Debe ser algo innato al ser humano, algo que llevamos en el ADN como especie superviviente y comerciante. Colores y olores se entremezclan entre voces y gritos de vendedores y niños. Los puestos ambulantes de quesos y mieles se alinean frente a las cajas de frutas y verduras con sus mil especies de setas de (fuera de?) temporada, como evitando contaminar el aire de esa mezcla agridulce que de nuevo encontramos entre los encurtidos y las especias. Sigue el espectáculo de las flores… Plantas y ramos de mil colores se esparcen sobre las baldosas en formación, como un trocito de campo puesto sobre el asfalto como quien pone el mantel sobre la mesa.

Y sobre la mesa han puesto sus cartas los jugadores que van a jugar la partida los próximos cinco años en Europa. El fin de semana se han reunido en Bruselas seis Jefes de gobierno que intentarán marcar un camino, no de rosas precisamente. El 2 se julio se celebra la primera sesión plenaria del nuevo Parlamento europeo que ratificará al próximo Presidente de la Unión. No va a ser fácil. Especialmente porque lo primero que deberán abordar será la salida del Reino Unido de este club de privilegiados, y de forma voluntaria.

Pero es que, además, el grupo popular europeo y el grupo socialista europeo ya no suman la mayoría absoluta que en los últimos 40 años les ha permitido repartirse el gobierno en Bruselas, la Comisión, con cierta alternancia en la presidencia. Ello implica que tendrán que contar con liberales, por el ala derecha, y con verdes por el ala izquierda para nombrar comisarios. Fuera de juego quedarán nacionalistas y populistas, pese a que éstos últimos se las prometían muy felices con su pretendido asalto a las instituciones europeas de la mano, en la sombra, de Steve Bannon, el estratega de la campaña de Trump.

Pero no sólo la Comisión está en juego, también el Consejo, donde los Estados miembros se hacen oír, como los vendedores en el mercadillo del domingo. El presidente español, Pedro Sánchez, se reunió en una mini-cumbre -cena informal lo han llamado- con cinco de sus homólogos para repartirse el peso de la Unión Europea, los puestos relevantes en las instituciones. Y aquí tampoco va por colores. Asistieron el primer ministro portugués, Antonio Costa, quien representa junto a Sánchez a los socialdemócratas; los primeros ministros de Bélgica, Charles Michel, y Holanda, Mark Rutte, que representan a los liberales, y los primeros ministros de Letonia, Arturs Karins, y Croacia, Andrej Plenkovic, en representación del Partido Popular Europeo. Falta algún color, sí.

Y lo decisivo es que el Consejo del 20 de junio ya tendrá en la baraja ases y reyes, porque se van a repartir los altos cargos. Tal vez también alguna reina, por lo de darle color. Por cierto, en la reunión sólo había hombres, no sé si nos hemos fijado… Mejor que volvamos a los colores del mercadillo de los domingos o comenzarán a salirle los colores a más de uno. ¿O no?

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