VALÈNCIA (C.G./EP). El Museu de Belles Arts de València vuelve a Madrid. Fue el pasado mes de febrero cuando la pinacoteca valenciana desembarcó en la ciudad con una gran exposición en la Fundación María Cristinta Masaveu Peterson, una muestra que hace un recorrido completo por los puntos clave de su colección. La institución valenciana recala de nuevo en la capital, en esta ocasión para poner en valor la figura de la la pintora figurativa española Rosario de Velasco (Madrid, 1904 - Barcelona, 1991), un viaje que hace de la mano del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Ambas instituciones han organizado conjuntamente una exposición dedicada a la artista, un proyecto que desde esta misma semana se puede visitar en el Thyssen y que dentro de unos meses, en este caso a partir de noviembre, se podrá ver en el museo valenciano. La muestra se presenta con el objetivo de reconstruir la historia de una firma “desconocida” para la Historia del Arte, tal y como expresó el director del Museu de Belles Arts, Pablo González Tornel, durante la presentación de temporada del museo. Tanto es así, que hasta hace poco gran parte de su obra estaba custodiada en malas condiciones y mal identificada, una firma “R.V.” que llevó a algunos estudiosos a adjudicarla al pintor Ricardo Verde.
“Partíamos de cero, de una biografía sin construir […] Con esta exposición se va a hacer justicia y se va a recuperar mucho patrimonio disperso”, expresó entonces el director. Considerada una de las grandes artistas españolas de la primera mitad del siglo XX, la muestra -comisariada por Miguel Lusarreta y Toya Viudes de Velasco, sobrina nieta de la artista- expone alrededor de una treintena de pinturas que van desde la década de los años 20 hasta los 40, los primeros y los más destacados de su trayectoria artística, así como una sección dedicada a su trabajo como ilustradora.
El proyecto se pone en marcha no solo para mostrar su obra sino, también, para reconstruir su historia, en tanto que gran parte de sus fondos habían estado desperdigados. Así, el recorrido presenta algunas pinturas bien conocidas como su famoso óleo Adán y Eva, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y con el que obtuvo una segunda medalla en la exposición Nacional de Bellas Artes de 1932; La matanza de los inocentes, del Museu de Belles Arts de València; o Carnaval, del Centre Pompidou de París, que se muestran junto algunas piezas que se exponen por primera vez, obras guardadas en la familia y en colecciones particulares, “algunas hasta ahora en paradero desconocido y que se han ido localizando y recuperando en los últimos meses”, relatan desde el museo.
Ha sido a través de las redes sociales y medios de comunicación que se ha llevado a cabo la búsqueda de las obras 'perdidas' de la artista, un llamamiento público que ha permitido localizar en colecciones particulares cuadros "emblemáticos" de los que se había perdido el rastro, como Cosas, Maternidad, Gitanos y Pensativa, así como varias ilustraciones de libros o un dibujo preparatoria del óleo Carnaval (anterior a 1936), pero también descubrir algunas obras de las que no se tenía noticia, como Bodegón con peces o Niñas con muñeca. Precisamente en su trabajo como ilustradora otra de las cuestiones sobre las que la exposición pone el foco, mostrando sus creaciones para la edición de 1928 de Cuentos para soñar, de María Teresa León, o las de Cuentos a mis nietos, de 1932, de Carmen Karr.
En esta reconstrucción es clave su producción artística así como ordenar su biografía. Nacida en Madrid en el seno de una familia muy tradicional y religiosa y vinculada a la Falange, dejó la capital al estallar la Guerra Civil, lo que la lleva a València, donde participa en la Exposición Nacional de Pintura y Escultura, y, después, a Barcelona, donde vive hasta su muerte en 1991. "No creemos que Rosario fuese silenciada realmente, ni por haber pertenecido a la Sección Femenina, ni por sus ideas iniciales y variantes en todos los años. No pensamos que Rosario fuese silenciada. A la vuelta a Barcelona, después de la Guerra, con un proceso traumático tan grande como haber estado a punto de morir -su compañera de celda murió-, tuvo su primera hija y ella se volcó por elección propia en su hija", ha relatado el comisario Lusarreta.
En este sentido, Viudes de Velasco recalcó durante la presentación de la muestra que su tía abuela "no apoyaba para nada" el régimen franquista. "Cuando Franco llega al poder, ella se queda como en un limbo. No es de las que ha ido al exilio, ni apoya para nada ese régimen. Se queda en tierra de nadie. Se recibe con grandes labores a las que vienen de fuera, que han tenido que irse al exilio. Rosario no apoya para nada el régimen franquista", ha subrayado.
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