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la plaza solo puede ser ocupada por funcionarios

El Museu de Belles Arts en la casilla de salida: se busca director

21/06/2019 - 

VALÈNCIA. Era cuestión de tiempo. Después de meses de inestabilidad por lo que respecta a la dirección del centro, el Museu de Belles Arts València pone en marcha de nuevo el mecanismo para ocupar la plaza de dirección, que durante el presente curso ha estado ocupada por Margarita Vila, que accedió a ella en sustitución de José Ignacio Casar Pinazo, de baja desde octubre de 2018. Esta cuestión es importante, pues, desde la dirección general de Cultura y Patrimonio ya se anunció el pasado año la intención de poner en marcha el proceso de selección de un nuevo ‘capitán’ del museo, una cuestión que estaba supeditada al regreso de Casar Pinazo a la pinacoteca. Y en mayo regresó… para ser cesado. Con el director fuera del tablero –de momento- se ponía de nuevo en marcha la maquinaría hasta que, finalmente, ayer se convocó el concurso para cubrir por sistema de libre designación la plaza.

Aunque todavía se desconoce si Casar Pinazo optará a la plaza, lo cierto es que su salida era una condición necesaria -de acuerdo con la normativa vigente- para poder acceder al proceso de selección, un proceso que, por cierto, solo está dirigido a trabajadores de la administración pública, a diferencia de los concursos impulsados para otras entidades como el Consorci de Museus o el Institut Valencià de la Cultura. “La plaza es una jefatura de servicio dada la configuración jurídica del museo (que se ha intentado cambiar durante esta legislatura sin éxito y que se seguirá intentando) y solo puede ser ocupada por funcionarios de todas las administraciones públicas y docentes”, explican desde la administración, tras ser preguntados por este diario al respecto. Así, la convocatoria está abierta a los funcionarios de la Generalitat del grupo A1-01 (técnico de la administración general), A1-21 (técnico de administración cultural) y A1-18 (técnico de arquitectura). Arquitectura, sí, habiendo sido esta la especialidad tanto de Casar Pinazo como de Vila. 

La dirección general de Cultura y Patrimonio, actual directora del museo

En este punto de la partida hay, además, una segunda salida fijada: la de Margarita Vila. La hasta ahora directora en funciones ha dejado la plaza, tal y como se preveía frente a la convocatoria del proceso de selección. De esta forma, la institución museística está ‘descabezada’ hasta que se resuelva el concurso. O casi. Será la dirección general de Cultura y Patrimonio la que asuma la dirección, una dirección general que todavía tiene por resolver su arquitectura interna, pues continúa el proceso de configuración del gobierno autonómico. Así, la administración seguirá asumiendo los trámites necesarios para el correcto funcionamiento de la pinacoteca, aunque la dirección artística de la misma estará paralizada.

De acuerdo con la convocatoria publicada en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), se abre ahora un plazo de diez días para la presentación de candidaturas, un proceso que se resolverá en un plazo “no superior” a los tres meses. La puesta en marcha del concurso sitúa al museo de nuevo en la casilla de salida, a la espera de la llegada de un nuevo director que impulse el centro. Una comisión de expertos será la encargada de seleccionar al candidato idóneo para la dirección, un comité de ámbito nacional, con presencia del director del Reina Sofía y de la jefa del Departamento de Pintura Española del Renacimiento en el Museo del Prado, aunque principalmente compuesto por representantes de instituciones valencianas, como Bombas Gens o la Universitat de València.

La llamada segunda pinacoteca de España elegirá así a su nuevo director, a través de un mecanismo que se asemeja más al de museos como el MuVIM o Etnología, ambos de la Diputación, cuyos directores también son funcionarios, que de otras instituciones. Incluyendo las valencianas. La propia conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deportes ponía en marcha un “concurso internacional” para elegir director del Palau de Les Arts, un mecanismo que también se repetía en el caso del Institut Valencià de Cultura o el Consorci de Museus. También por la fórmula del concurso abierto apostó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, dando como director al valenciano Manuel Borja-Villel, un proceso que, en este caso, sí contaba con un comité de selección internacional. Un proceso diferente siguió el Prado, que en 2017 nombró como director al también valenciano Miguel Falomir, hasta entonces director adjunto de conservación e investigación del museo. Falomir sustituía en este caso a un Miguel Zugaza que pasaba a dirigir el Museo de Bellas Artes de Bilbao, una plaza que obtenía de manera directa.

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