VALÈNCIA. En distintas ocasiones se ha hablado del ‘renacer’ del Museu de Belles Arts de València, un relato que ha ido posponiendo su conclusión a lo largo de los años. Con el plan museológico en trámite y una reestructuración de la primera planta de la pinacoteca que sirve como ‘prueba’ de lo que está por venir, el Consell sigue rompiéndose el cráneo para buscar una fórmula que dote al museo de una mayor independencia. Esto también pasa por ser realista, pues este proceso pasa sí o sí por los despachos del Ministerio de Cultura, que nunca ha visto con buenos ojos desprenderse de la considerada segunda pinacoteca del país cediendo el 100% de su gestión al gobierno autonómico. Con este punto de partida y una mejora considerable en las relaciones entre los dos gobiernos, parecía que la fórmula del consorcio era la clave para desbloquear la situación de la que el museo valenciano parece no salir.
Fue en 2016, durante la reunión del Patronato del Museu de Belles Arts, que se planteó en firme la creación de un consorcio específico para la gestión del mismo, una propuesta que surgía como solución pero que nunca fue vista con buenos ojos desde Madrid. "El Ministerio desde el principio era recio a la fórmula del consorcio. Hubo mucho tiempo en que estuvimos con un tira y afloja entre ellos y la administración autonómica, intentando llegar a un punto de acuerdo que nos llevase a un ente consorciado. Ellos no eran partidarios porque a nivel estatal estos entes están dando malos resultados. Ahora hemos optado por la desconcentración". Así lo explica la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, a Cultur Plaza, una nueva dirección que entierra por completo la idea de consorcio.
El objetivo de la llamada desconcentración no es otro que otorgar el máximo nivel de autonomía posible dentro de lo que marca la legislación para que desde el museo se pueda actuar con una mayor agilidad, tanto a la hora de generar exposiciones o proyectos culturales en torno a las mismas como para ejecutar operaciones de gestión o mantenimiento del espacio. "No es un paso intermedio. Es la fórmula que hemos encontrado para darle un marco legal a una forma de funcionar que entendemos que es la lógica: desde la autonomía intelectual y de los hechos”, recalca Amoraga, que, como ejemplo, destaca que el museo necesitaba las ‘firmas’ -o el permiso- para operaciones tan sencillas como comprar bombillas. Desde la Conselleria d'Educació, Investigació, Cultura i Esport destacan la “buena” relación institucional entre el gobierno autonómico y estatal, una mejora en las relaciones que habría servido para desencallar algunos asuntos que seguían en la lista de tareas pendientes pero que tenía una línea roja: la creación del consorcio.
Pero, ¿cómo se llevará a cabo este proceso de ‘desconcentración’? Los órganos de gestión del museo de Bellas Artes están regulados en el decreto 211/91, un decreto “antiguo que se tiene que actualizar y mejorar”, indican desde la Dirección General de Cultura y Patrimonio. Sin tocar el estatus actual y en el marco de las competencias de la Generalitat Valenciana se pretende mejorar la situación del museo con la desconcentración que le va a permitir mejorar la capacidad para tomar sus propias decisiones científicas. Con esta cuestión en mente, se quiere dar un paso más en la modificación del decreto del 91 en distintas cuestiones. Una de ellas, el patronato, que se quiere “adaptar a los tiempos actuales en cuanto a representantes, mejorando la capacidad ejecutiva tanto del pleno como de la comisión permanente”. En este caso, se pretenden ampliar la participación de los agentes sociales y culturales introduciendo a las cinco universidades públicas, a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y al Ayuntamiento de València, así como introducir reuniones más ágiles y ejecutivas sin tener que reunir a la totalidad del patronato.
Entre las modificaciones también se plantea adaptar la figura del director a las necesidades de los museos actuales , potenciando el aspecto científico y el margen de maniobra en la toma de decisiones; con respecto al organigrama, con estas modificaciones se pretende definir necesidades mínimas y organización interna, de conservación, restauración, didáctica, difusión y administración; así como definir en la norma la visión del museo para convertirlo en el referente de arte clásico de la Comunitat Valenciana. Desde 2017 se le ha dotado de una programa presupuestario propio dotado con 5.280.000 euros, una acción que, junto con la modificación del decreto, busca permitir al museo “funcionar de una manera más autónoma”, un proceso al que se suma la apertura de las salas de la quinta fase de rehabilitación, que abrirán “el año que viene”.
El Museu de Belles Arts de València abre sus almacenes, con motivo de celebrar el Día Internacional de los Museos, y prepara un recorrido por los pasillos en los que se conservan verdaderos tesoros, donde se lleva a cabo la catalogación de obras y donde suceden demás labores de mantenimiento que permiten que el museo funcione
Tras inaugurarse en València, la exposición 'Prohibit fixar cartells. REA' pasa por el Museu de Belles Arts de Castelló con una nueva selección de carteles que pretende recordar cómo ha sido el diseño en la provincia durante las últimas décadas