Héctor Troyano, alcalde de Vilamarxant, y Amparo Folgado, alcaldesa de Torrent.VALÈNCIA. El Partido Popular dirige 94 alcaldías en la provincia de Valencia, lo que supone alrededor de una treintena más de las que ostentaba antes de las pasadas elecciones del 28 de mayo.
Su mando se extiende en localidades tan pobladas como la propia capital, Valencia, o la segunda ciudad en habitantes, que es Torrent, hasta llegar a cinco del Valle de Cofrentes-Ayora, comarca en grave riesgo de despoblación que aglutina las dos antes citadas, Cortes de Pallás o Jalance.
Vicent Mompó, alcalde de Gavarda, municipio de poco más de un millar de habitantes ubicado en la Ribera Alta, preside la formación a escala provincial. La cercanía en el trato que le caracteriza bien podría ir ligada a su propio nombre.
Resulta tan próximo que lo comparte con otros cuatro primeros ediles de su partido: Vicent Estruch (Guadassuar), Vicent Codoñer (Sollana) y, ya en la versión castellana más utilizada en las comarca de interior del centro de la provincia, Vicente Polo (Chulilla), y el casi homónimo de Mompó en nombre y apellido, Vicente Montó, de Macastre.
Si la fama de san Vicente Ferrer, santo capitalino y de numerosos municipios, ha popularizado su nombre propio generación tras generación, el de san José no se queda a la zaga entre máximos ediles populares. Más bien lo supera. Empezando por la propia alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y continuando por un elenco que incluye un repertorio variado de segundos nombres.
Entre quienes reciben felicitación por su onomástica se hallan el flamante y debutante alcalde de Algemesí (José Javier Sanchís), el de Catadau (José –a secas- Escuder), el de Alcublas (José Luis Arce) o los de Torrebaja (José Antonio Monterde), Jalance (José Carlos Poveda), Millares (José Ricardo Pérez) o la Granja de la Costera (José Miguel Marín). Y, por supuesto, uno de los irreductibles, el también director general José Vicente Anaya, cuyo municipio, Ayora, da nombre a una comarca.
Vicent, José y… no podía dejar de prodigarse el Paco, o Paqui, ya que dos de las alcaldesas pujantes del PP se presentan con el diminutivo de Francisca. En concreto son la también diputada autonómica y máxima responsable de Xirivella, Paqui Bartual, y de Paqui Llopis, alcaldesa del municipio más pequeño en tamaño de la Comunidad Valenciana, Lloc Nou de la Corona.
Entre los pacos han adquirido fuerza dos alcaldes que han sumado a su vara de mando el escaño de diputado provincial. Se trata de Paco Comes (Massanassa) y de Paco Teruel (Benimodo). El primer edil de Domeño opta por el Francisco, mientras que el de Venta del Moro (recién elegido presidente de la Mancomunidad de Interior Tierra del Vino) tiene como primer nombre Luis y ya de segundo el que comparte con su conmilitón de Domeño.
Paqui y Virginia son nombres repetidos como alcaldesas, aunque se queden en dos casos ambos. A los citados de las primeras munícipes de Xirivella y Lloc Nou de la Corona se suman, en lo que respecta a la segunda denominación referida, Virginia Contreras (Guadassèquies) y Virginia Sanz (Buñol).
Si descontamos Amparo, claro. De la patrona, la Virgen de los Desamparados, deriva el nombre de tres alcaldesas que iniciaron su mandato el pasado 17 de junio. Amparo Folgado (Torrent), Amparo Fort (Chiva) y Amparo Pardo (Godelleta) coinciden en celebrar su santo y su acceso a la alcaldía en la misma fecha.
En cambio, en el listado de máximos munícipes del PP destacan algunos nombres singulares. “Se fija metas concretas y hace lo imposible por llegar a ellas”. Ese rasgo se atribuye a quien se llama Elia o Elio –denominación que procede etimológicamente de Helios, el omnipotente astro solar de la Grecia clásica- , porque la formación popular tiene una alcaldesa, la de Bétera, con ese nombre y Verdevío de apellido, y un alcalde, el de la Font de la Figuera, con la variante masculina.
Ambos, dando la razón a la citada atribución de personalidad, alcanzaron su cargo tras complejos acuerdos. En el caso de Elio Cabanes incluso pactando con el PSPV, una circunstancia que sería casi motivo de anatema para la dirección nacional del partido que secretaría Pedro Sánchez.
Y para nombre que resulta simpático, el del alcalde de Algar del Palancia, en Camp de Morvedre: Amable Mondragón. No constituye, ni mucho menos, el único curioso.
En un listado que no se queda corto aparecerían un diputado provincial, Avelino Mascarell, primer edil de Xeraco; el también al alza alcalde de Higueruelas, Melanio Esteban; el de Villagordo del Cabriel, Galo Valle; el de la vecina Camporrobles, Faustino Pozuelo; la de Llosa de Ranes, Salvi Pardo; e incluso los de La Pobla de Vallbona, Abel Marí; Benigànim, Yovana Herrero; Navarrés, Federico Argente; o Enguera, Matilde Marín.
No faltan los nombres que transmiten sensaciones tranquilizadoras, como el de la igualmente diputada provincial y alcaldesa de Puzol, Paz Carceller, o el de Purificación Noguera, de Massalavés. Incluso placer estival en nombre y apellido, como Julio Solaz, de La Yesa.
O frescura matutina salpimentada de educación, como en el caso de la nueva presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y también neófita alcladesa de Requena, Rocío Cortés. Incluso de épica mitológica de la anteriormente citada Grecia homérica, como el de Héctor Troyano, alcalde de Vilamarxant. Ni con reminiscencias vascas, como el de la alcaldesa de Alpuente, Itziar Méndez; o el de Rocafort, Gorka Gómez.
A este amplio y abigarrado elenco se suman los dos Javier y los otros tantos José Javier, el clásico Ximo (y de Benaguasil), los dos José Miguel (Ferris y Marín), las dos Carolina (Mengual- de Rafol de Salem- y Almiñana, de Carcaixent), los dos Tomás (Cervera, de Sot de Chera, y Lloret, de Cárcer)… así hasta llegar a los 94 primeros ediles del PP en la provincia de Valencia.
