VALÈNCIA. El núcleo duro de la banca que forma parte del accionariado de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) prepara las maletas. CaixaBank, Banco Santander y Banco Sabadell, que copan el 41% del accionariado, han trasladado sus intenciones al Ministerio de Economía de abandonar el llamado 'banco malo', según adelantaba este martes El Confidencial y que ha confirmado este diario.
"La banca presente en la Sareb, que ha perdido mucho dinero como lo reflejan unos 'números rojos' ascendentes de la entidad superiores a los 1.000 millones el pasado año, tiene todo dotado en sus balances. De ahí que no tenga sentido seguir en el accionariado y más teniendo en cuenta que va camino de ser una entidad pública cuando se agote el capital, es decir, la deuda convertible. Por no hablar de que la Sareb tiene fecha de caducidad en 2027 si el Gobierno no decide ampliarla... y Bruselas le deja claro". Así lo han manifestado fuentes financieras consultadas por Valencia Plaza.
Actualmente, la entidad presidida por Jaime Echegoyen, está participada al 45,9% por capital público a través del FROB y al 54,1% por capital privado, principalmente de grandes entidades financieras. En concreto, la parte privada está liderada por Santander (22,2%), CaixaBank (12,2%) y Sabadell (6,6%). También cuentan con participación, aunque más minoritaria, Kutxabank (2,53%), Ibercaja (1,43%), Bankinter (1,3%), Unicaja (1,2%) y Cajamar (1,21%). Francisco González, anterior presidente de BBVA, se mantuvo inflexible en su momento y no entró en el capital, pese a las presiones recibidas.
Cabe recordar que precisamente la sociedad fue creada en 2012 bajo el visto bueno de Luis de Guindos -titular entonces de la cartera de Economía-, que ironías del destino ahora es vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). El mismo que contempla como la Sareb se ha convertido en el peor 'banco malo' de toda la Unión Europea. Una sociedad que nació con la misión de gestionar y desinvertir la cartera de activos financieros e inmobiliarios tóxicos de las nueve entidades financieras que recibieron apoyos públicos, mayoritariamente las cajas de ahorro rescatadas. Unos activos tóxicos generados al calor del estallido de la burbuja inmobiliaria en España, con el añadido de los daños colaterales provocados previamente por las famosas 'hipotecas basura' o subprime en Estados Unidos.
Ahora las reglas del juego han cambiado. La oficina estadística de la Comisión Europea Eurostat ha obligado a recalificar a la Sareb como sociedad pública, lo que supone que la deuda de 35.000 millones de euros que tiene la entidad computará en las cuentas del Estado. Todo un revés para el Gobierno de Pedro Sánchez porque deberá revisar al alza tanto el déficit como la deuda. Para este último caso ya hay una estimación de ese impacto: la deuda pública pasará del 117,1% al 120% del PIB, por encima de la previsión inicial del 118,8% del Gobierno.
La entidad, cuyo mandato expira en 2027, presentó un resultado negativo de 1.073 millones de euros en el ejercicio 2020, unas pérdidas que son un 13,3% superiores a los 'números rojos' de 947 millones registrados un año antes. Las cuentas reflejan una caída del 38% en los ingresos, hasta 1.422 millones de euros, de los que 567 millones de euros procedieron del negocio de gestión de préstamos impagados (-40%) y 848 millones correspondieron a la gestión y venta de inmuebles (-36%).
Ahora, se encuentra en un proceso de desinversión para ir rebajando su cartera de cara a su extinción. Pese a las pérdidas, desde la compañía aseguran que sus números no afectarán a sus planes. Su estrategia está ahora centrada en la promoción de inmuebles y la gestión urbanística de suelos.
En la Comunitat Valenciana, la Sareb cuenta con 9.000 viviendas distribuidas por diferentes puntos de la Comunitat Valenciana de un patrimonio inmobiliario total de 20.000 activos entre solares, locales e inmuebles privados. Según avanzó Sareb en junio del pasado año, la entidad invertirá 239 millones de euros en el desarrollo de 2.400 viviendas en la autonomía hasta 2027. Además, a través de Árqura Homes, que gestiona junto al fondo Värde Partners, prevé promover en la región valenciana 1.435 inmuebles con un inversión que roza los 161, 6 millones de euros.