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LA SEÑORA SIEMPRE TIENE LA RAZÓN

El ojo del ruzafismo lumbersexual

25/03/2017 - 

VALÈNCIA.

Criticar es la cultura de uno mismo

Con la finalidad de abrir las cajas negras del periodismo y lanzar los términos de un debate útil para la sociedad, intento hacer crítica en mis crónicas según los términos de Michel Foucault: “La crítica no consiste en decir que las cosas no están bien tal como están. Consiste en ver sobre qué evidencias, familiaridades, formas de pensar heredadas y no reflexionadas, reposan las prácticas que nos parecen aceptables.”

Observo que cuando más atrevida y refinada se está desarrollando la gestión de empresas en la economía global, más conservadora, ignorante y maruja se hace nuestra sociedad civil.  

Decía la escritora Rosa Chacel que la maruja española es muy bruta. Hay mucha vocación de maruja, hasta en mujeres de la alta sociedad, igual que a algunos intelectuales macho les da, de cuando en cuando, por defender el fútbol.

Ordinary people

La divulgación de la marujería profunda se ha convertido en un auto de fe para la ordinary people, esa gente que dice cosas como “música culta”, “eres elitista” o utiliza el sufijo “ete” porque permite mezclar lo afectivo con lo despectivo.

Por ejemplo, Mercedes Milá reconoció hace unos días que llamar “gordo” al bioquímico de Dénia José Miguel Mulet Salort estuvo “feo”, aunque asegura que se reafirma porque llamó “gordo a un tío que estaba gordo”. Aunque Milá lo sabe -no como Monsieur Jourdain no sabía que hablaba en prosa- a esto en retórica se le llama tautología.

Además de desconocer que Mulet ya fue amenazado de muerte en Argentina hace unos años por grupos ecologistas, Risto Meijide, el de “À.”, añadió que si bien su compañera de cadena había usado el retórico argumento ad hominem, el científico no debía haber tocado el tema del Bullying. Gracias a esto, además de tener dolor de cabeza, mucha gente se ha enterado por fin, de que las enzimas mágicas no existen y que los productos ecológicos no son ni más sanos ni más sostenibles, sólo más pijos. 

Que se fastidie Sofía Gatica: la ignorancia de la Milá se ha vengado de la suya contribuyendo a la divulgación científica en las redes sociales.

Pijo, moderno, de pueblo

Cuando te das una vuelta por el barrio de Ruzafa, descubres que hay mucho comercio que compite con el de las capitales europeas: zapatos calados tipo bota; herboristerías; restauradores de muebles; clínicas veterinarias; productos latinos, orientales y africanos; fruterías; una tienda de instrumentos musicales; otra, de instrumentos de LO-FI; espacios de arte; moda inglesa, bellas artes; discos; video clubs como el de Daniel Gascó; pastelerías; galerías de arte; tabernas con sabores internacionales; y el inmutable garaje Astoria al que acude cada noche, sin nadie al volante, un misterioso Lancia Delta azul marino. 

Es un barrio tan visitado como denostado, que mezcla lo pijo, con lo moderno y con lo de pueblo. “Hace once años, aquí no había nada, y ahora no paran los bares, librerías, etc” -me cuenta una chica- “hay mucho gilipollas y mucho hipster que quiere vivir como si fuera pobre.” Hilaridad.

A Juan Lagardera no le gusta lo que llama un amigo suyo “el Ruzafismo”. Le parece una contraposición meramente lúdica a las iniciativas culturales de distintas calidades e intereses que conviven en nuestra ciudad. Un percepción algo desmesurada para un barrio que vive de las modas y la diversión. Y también de culturas alternativas, porque resulta más sencillo y barato comprar un fancine que una entrada a la ópera. No se puede pedir que por tener un gobierno en la que la mayoría de sus dirigentes lleve gafas, en todos los barrios de Valencia se caguen Banksys de bronce y mármol de repente. Si hasta González Pons está asimilando todavía lo de la bilirrubina. Y si la alta cultura se ha perdido es porque…abre un poco la ventana que entre el aire.

En Ruzafa lo importante es consumir experiencias nuevas, desde los 17 a los 49, un poco en precario, desde la cultura del esmorçaret a la del brunch, con un toque natural y saludable, como de pueblo, el ruzafeño reencarnándose cada día en algo diferente, en el fondo lo mismo… como Tiresias, que primero fue hombre, luego mujer y finalmente de Podemos. 

¿Que el arte va y viene según los caprichos de la modernidad? Es cierto. El arte de verdad no es difícil de encontrar ahora, Juan, es complicado de vender.

La Falla Inmaterial

Lo más artístico de estos pasados días al estilo yuccie (young urban creative), muppie (millennial yuppies), lumbersexual y foodie -por la pasión por la comida genuinamente valenciana de sus componentes- ha sido la cremà de la Falla Immaterial proyectada sobre el Palau de la Generalitat el pasado día 19 de marzo. 

¿No quería yo fallas sin contaminación?  Pues aquí está este proyecto de l´ Escola Tècnica Superior d'Enginyeria de la Universitat de València (Campus de Burjassot-Paterna) a cuya inmolación acudieron el President Ximo Puig, la profesora Paula Marzal, el ex portavoz socialista Joan Calabuig Rull y Marta Hortelano, directora general de Relaciones Informativas de la Generalitat. Disfruten y emociónense hasta las lágrimas con la obra de una inteligencia artificial. 

Arte adulto de Raúl Dap

Pero lo que no se le puede negar a Ruzafa, bajo ninguna circunstancia, es su legitimidad. Más aún cuando en uno de sus locales, el Ubik, se ofrece la oportunidad de conocer a un artista de la talla de Raúl Dap, un fotógrafo cuya obra bucea en el desnudo artístico con grandes dosis de erotismo y sexualidad. 

¿Pueden creer que esta época en la que usted teclea en su ordenador “negras follando a chinos menores” y le salen tres páginas de videos, a Raúl Dap le hayan censurado un cartel en el que salía uno de sus fantásticos ojos, o que los medios de comunicación en una ciudad tan aficionada al fruto de la higuera como es Castellón no le hayan concedido una sola línea, o que le hayan cerrado más de diez cuentas en redes? Pone nerviosa a mucha gente.

“¡Cómo me hubiera gustado trabajar en los 80, cuando se podían hacer cosas con libertad!” -me dice este Mapplethorpe de lo femenino. Claro que el coño nunca ha sido visto como algo agresivo y a mí no me cabe que algo que se llame “explicito” deba ser censurado. Hago mi apuesta personal con Raúl: “Una de tus fotos irá de portada de mi crónica, y veremos si la censura del arte llega a todas partes.” (Me juego lo que sea a que he perdido.)

La exposición, que podrá verse todo el mes, contempla la liquidación (5€, 10€ y 15€) del stock de sus prints que, como siempre, nunca pasan desapercibidos: en la primera pared, zona infantil, pequeños formatos de fotos sacadas durante desfiles de la moda Fashion Weeck, en un tono distendido, color, blanco y negro, momentos de la parte de atrás de los desfiles que rara vez se ven. Vale: el backstage.

En la segunda, situada en el centro del Ubik Café, fotos de sus fantásticos ojos, ligueros, muñecas, modelos, vaginas dentatas, Lili Tras Tras, y diversas posturas. Delante de ellas, se puede hojear una colección de 11 prints (sólo hay 4 modelos) a tamaño 15x20cm, con su fanzine limitado "Pocket scenes" de regalo, todo certificado y firmado por el artista, por 25€. No hay más ni va a hacer más. Lo tomas o lo dejas.

La tercera pared, la más alejada, contiene fotos que es mejor que vayas a verlas, porque yo ya he adquirido varias: escenas muy cercanas, muy de blanco y negro, varias pollas, alguna mamada y loquetuyasabes en el clásico primerísimo plano. Maravillosas e inquietantes, como las tres mujeres que había sentadas a una mesa delante de ellas y a las que exhibimos nuestros paquetes para ver las fotos vaginales que estaban sobre sus cabezas.

Al vernissage acudieron Marien Gadea, profesora de Psicología y hermana putativa del artista, José Juan Gimeno, artista; Miguel Ángel Aranda, artista fotógrafo quien le regaló a Lola, propietaria del Cría Cuervos, un cuadro para su local; Aristides Rosell, propietario de Imprevisual Galería y director de Russafart; Marcos, de Kowalski, tienda de cosas y que ya sé que tienen los zapatos ingleses que no encontré en Madrid; José Picazo, artista, Rafa Martínez, batería del legendario grupo “Las Máquinas”, y César, el segundo cocinero valenciano que conozco que se va en verano a un camping nudista en Mallorca. 

La semana que viene les contaré lo que me ocurrió con el ex ganador en florete en la UPV y antiguo alumno del Colegio del Pilar, Alberto D. C. C., con su amigo Alejandro C. R. y la colaboración y de varios amigos más cuando regresaban de una fiestaza de casa de mi vecino, el del piso de estudiante de la calle Hernán Cortés, sobre el bar Hispania. ¡Qué pasen un feliz sábado y no olviden que hay que cambiar de hora mañana!

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