Hoy es 10 de octubre
Normalmente el oro suele adquirir protagonismo en momentos de incertidumbre geopolítica o económica, que es cuando el inversor suele buscar activos refugio para equilibrar sus carteras como explica el analista
MADRID. No sabemos si se trata de una casualidad o si es consecuencia de algo en concreto, pero lo cierto es que en las últimas semanas estamos recibiendo bastantes consultas acerca del oro y de la conveniencia o no de invertir en él en estos momentos. Normalmente el oro suele adquirir protagonismo en momentos de incertidumbre geopolítica o económica, que es cuando el inversor suele buscar activos refugio con los que equilibrar sus carteras. Además, se da la circunstancia de que el oro es un activo que no está correlacionado con la bolsa, por lo que parece interesante que para ciertos inversores, en un proceso de diversificación de cartera, se incluya este activo.
También nos llama la atención que ahora nos pregunten por el oro en un momento en el que está cerca de máximos históricos, y ya se sabe cuál es una de las lógicas del inversor: si algo está subiendo demasiado y está cerca de máximos, a lo mejor es que estamos más cerca de una corrección.
Todo ello nos ha hecho repasar algunos datos y hemos llegado a la conclusión de que puede haber bastantes razones para pensar que el oro se puede comportar bien en los próximos años. Con lo que sí suele estar correlacionado el oro -y mucho- es con los tipos de interés reales: una subida de los tipos reales a largo suele hacer bajar los precios del oro al considerarse un activo a largo.
Sin embargo, durante 2023 los tipos reales han estado en positivo e incluso subiendo y al oro no le ha ido mal. La explicación podemos encontrarla en que quizás se ha tratado de una cuestión de expectativas. Cierto es que los tipos han estado altos y subiendo buena parte del pasado ejercicio, pero también es verdad que desde los primeros meses de 2023 se instaló la idea en el mercado de que los tipos iban a bajar más pronto que tarde y ese movimiento beneficiaría al oro. Pero, ¿por qué no anticiparnos? Y eso es lo que posiblemente ha ocurrido porque la cotización del metal amarillo visitó zona de máximos en abril, mayo y desde diciembre pasado permanece en ella.
Por otra parte, creo que no debemos de olvidar que nos encontramos en una época muy complicada donde todavía no podemos descartar la posibilidad de vivir un fuerte período recesivo. Y es ahí donde el oro se puede comportar como un activo refugio; además cabría reflexionar sobre el control de la inflación. Es verdad que dicen que está subiendo menos que hace unos meses, pero la realidad es que los precios siguen al alza y no hay que olvidar que la inflación es acumulativa. De ahí que creo que si se puede disponer de un activo que te proteja el poder adquisitivo, que lo ha hecho bien en estos períodos durante miles de años, ese no es otro que el oro.
Otro asunto es que en la última década y media los bancos centrales han emprendido políticas monetarias muy laxas, con el objetivo de generar estímulo al crecimiento económico. El último episodio en ese sentido lo hemos tenido durante la epidemia de la covid-19. Esos procesos-además de inundar de liquidez el mercado- ha generado entre otras cuestiones, dudas sobre el valor del dinero y su devaluación. Llegará el momento en el que tengamos que proteger nuestro poder adquisitivo y eso puede aumentar la demanda de oro.
Curiosamente son los propios bancos centrales los que están aumentando sus compras de oro físico. Algunos de ellos han publicado informes en el los que se indica que el oro proporciona estabilidad y se argumenta sobre ello. Esto llama la atención porque desde luego en los últimos años no se había dicho algo así. Incluso el Banco Central de China ha dicho que les interesa tener alineadas sus reservas de oro con respecto al peso de su economía.
El caso es que en 2023 -según diversas fuentes- las compras netas de los bancos centrales ascendieron a más de 1000 toneladas netas. En 2022 fue una cantidad ligeramente inferior, pero en cualquier caso se trata de los niveles máximos de adquisiciones desde 2010. También es interesante señalar que esas compras las está liderando el Banco Central de China y es llamativo porque ellos están importando mucho oro, pero tienen prohibido exportar el producido en sus propias minas. Cuando en el gigante asiático se habla de la creación de un yuan digital se dice que quiere respaldarlo con oro.
Otro argumento a favor del oro lo encontramos en la idea expresada por diversos países de querer emprender una 'desdolarización' de la economía mundial. Este proceso no va a ser ni fácil, ni rápido, pero la realidad es que ya este año se han producido transacciones de materias primas que se han pagado en oro. Creo que estos son buenos argumentos para pensar que el oro se puede comportar bien en los próximos años.
Antonio Castelo es analista de iBroker