VALÈNCIA. Anoche el Festival de Jazz de València 2023 dio su pistoletazo de salida, y lo hizo apurando la puesta en marcha de su despliegue técnico, ya que hasta poco más de 24 horas de la apertura de puertas no se resolvió la licitación de la que dependía. El concurso público se decidió el mismo día en el que tenía que empezar el montaje, y la víspera del primer concierto.
Así lo confirman fuentes del Palau de la Música, ya que ni siquiera ha dado tiempo, al cierre de esta edición, a actualizar el estatus de la licitación de “Evaluación” a “Adjudicada”. Según el organismo municipal, la Plataforma estuvo en mantenimiento y no se pudo subir la documentación.
Es la segunda ocasión en pocas semanas que un festival resuelve un concurso crucial para su desarrollo en el toque de bocina. Este diario ya informó del caso de Cinema Jove, que adjudicó el montaje del equipo en varias sedes a pocas horas de que empezara, y de hecho, tuvo que subarrendar las luces que ya estaban instaladas en el Palau de Les Arts en su gala de inauguración.
En este caso, la presentación de ofertas finalizaba el pasado día 27 de junio a las 12:30, con la apertura de los sobres previsto el mismo día a las 13:00. Sin embargo, no fue hasta el mismo lunes 3 de julio cuando se contactó con las empresas licitadoras para trasladarles el resultado.
Esta licitación tenía dos lotes diferenciados: uno por el “suministro y montaje, en régimen de alquiler, del equipamiento de iluminación, sonido y material instrumental (backline), así como aportación de personal técnico necesario”, valorado en 41.382 euros; y otro por el “alquiler y afinaciones de los pianos de cola solicitados por los artistas”, valorado en 10.418,10 euros.
En el caso del primer lote, los pliegos determinaban que el montaje tendría lugar, “formalizado el contrato”, “a partir de las 9:00 horas del día 3 de julio del 2023 quedando finalizados todos los trabajos de instalación y entregados para el concierto de apertura como máximo a las 11:00 horas del día 4 de julio de 2023 y en todo caso, antes de la primera prueba acústica”. Algo que a todas luces no ha podido ser, ya que la empresa tendría que estar a la espera con todo el material preparado para empezar el montaje inmediatamente después del anuncio. En todo caso, el concierto de ayer se pudo celebrar con total normalidad.
En el caso del segundo lote, según se puede comprobar en la documentación abierta de la Plataforma de Contratación, se presentó una “oferta anormalmente baja” por parte de Clemente Pianos, proveedor habitual tanto del Palau de la Música como del Palau de Les Arts. Se les pidió una justificación y se concluyó que la oferta presentada era viable. Este lote tenía como comienzo el concierto de anoche.
Tanto en el caso de Festival de Jazz como de Cinema Jove, la adjudicación se produjo con un margen tan estrecho que cualquier impugnación podría echar abajo el contrato. En ninguno de los dos casos, sin embargo, ha trascendido ninguna disconformidad.
Además, a nivel burocrático, muchos pliegos hablan del comienzo del servicio a partir de la formalización del contrato, y no desde la adjudicación, algo que no es posible llevar a cabo con ese margen estrecho, creando inseguridad jurídica sobre los propios trabajos.