VALÈNCIA. El emblemático edificio de Correos situado en la Plaza del Ayuntamiento de València, denominado en la etapa del Botànic como Palau de Les Comunicacions, sigue sin un uso definido medio año después de que el PP pasara a gobernar la Generalitat y el Ayuntamiento de València en compañía de Vox. Fue el anterior presidente, el socialista Ximo Puig, quien tomó la decisión de adquirir el histórico inmueble por un precio de 23,9 millones de euros. Un coste que despertó ciertas críticas de la oposición, especialmente cuando su uso inicial fue el de albergar recepciones a todo tipo de colectivos durante las fiestas falleras, dado que es una ubicación excepcional para disfrutar las mascletás.
La ahora alcaldesa, María José Catalá, prometió durante la campaña electoral que el inmueble se convertiría en un museo fallero con un fuerte acento innovador basado en la inteligencia artificial, la realidad virtual, la experiencia inmersiva y otras características que transformaran el edificio en un templo de obligada visita para los amantes de la vanguardia cultural que además estuvieran interesados en descubrir la gran fiesta valenciana desde otro punto de vista. Es más, la entonces candidata aseguró que su compañero en el PP y aspirante en ese momento a presidir la Generalitat, Carlos Mazón, se había comprometido a alojar este museo fallero a través de la cesión del inmueble si accedía al gobierno autonómico.