De como el gigante brasileño ha caído en la maldición del rey Midas (versión país con grandes recursos naturales) y se está transformando en el primer gigante con pies de barro de los BRICS en tambalearse seriamente
En las últimas semanas Brasil está acaparando los titulares de la prensa internacional, y no precisamente en un sentido positivo, al sufrir una grave crisis institucional que ha provocado el descabezamiento de la Jefatura del Estado. En las siguientes líneas les voy a intentar describir el aparente circulo vicioso en el que está cayendo la gran nación brasileña, cual maldición de Sísifo aquel rey helénico castigado a repetir continuamente -ad perpetuam- el trabajo de subir una roca a la cima de una montaña que finalmente terminaba rodando cuesta abajo para volver a empezar de nuevo.
En la época en que vivimos -la Globalización- uno de los elementos característicos es la aparición de una serie de países emergentes –grandes potencias- que parecían capaces de transformar el unilateralismo USA –Norteamérica como el gran gendarme y líder del mundo- en multilateralismo, estos estados que se denominaban BRICS, por el acrónimo de sus iniciales son, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (último en incorporarse y más como representante de África). De ellos el que tenía, y sigue teniendo, unas características más parecidas a nuestro entorno UE-USA es Brasil, una gran nación que ocupa los primeros puestos que le hacen acreedora de llegar a ser una gran potencia.
Es el quinto país más grande del mundo, también el quinto más poblado, entre séptimo y octavo de mayor PIB, dispone una de las principales reservas de agua dulce (oro azul) del mundo gracias al rio Amazonas, etc. pero que desde hace tiempo está viviendo una complicada situación, que para algunos brasileños les resultará familiar creyendo vivir un Déjà Vu, que se ha coronado con la destitución de su Presidenta Dilma Rousseff y que pretendo exponerles desde sus inicios.
1º.- Estabilidad política, tras un largo periodo de inestabilidad en el que se alternan gobiernos democráticos corruptos con regímenes pretorianos, se instaura una nueva república en 1985, que aunque aquejada de debilidad logra mantenerse y aprovechar:
2º.- Un escenario internacional favorable tras el fin de la guerra fría, para lograr un gran crecimiento económico en la última década del siglo XX, gracias al nombramiento como ministro de Hacienda del neoliberal Fernando Henrique Cardoso y su Plan Real, posteriormente seria el Presidente de la República desde enero de 1995 y diciembre de 2002 (dos elecciones), sustituyéndole Lula da Silva (mandato de 2003-2010) que aprovechó este despegue económico para realizar:
3º.- Políticas sociales redistributivas y de consolidación de una gran clase media, dentro de una situación económica mundial favorable (en el inicio del S. XXI), que provocaba una gran demanda de materias primas, de las que Brasil es poseedora. Pues mantuvo unas políticas macroeconómicas parecidas a su antecesor y a pesar de haber sido el candidato del Partido de los Trabajadores, socialista y con orígenes trotskistas. Este éxito económico permitió que salieran de la pobreza unos 40 millones de brasileños y aparecieran 3 millones de nuevas familias de clase media entre 2006 y 2012, pero provocó:
4º.- Un trampantojo económico de riqueza, el rápido crecimiento, hasta un 7% del PIB en 2010 por ejemplo, la alta recaudación fiscal, la facilidad de endeudarse, etc. hicieron creer a ciudadanos y a políticos que eran ricos y sin desequilibrios como cualquiera de los países más desarrollados, que les llevo a embarcarse en una política de frenesí consumista y de:
5º.- Grandes Eventos, a la sombra de esos éxitos, aupados a potencia mundial dentro de los BRICS, en diciembre de 2006 presenta Brasil su candidatura a ser sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2014 siendo elegida por la FIFA como tal en octubre de 2007 al abandonar además su competidora Colombia al inicio del año; en septiembre de ese mismo 2007 se presenta la candidatura de Rio de Janeiro para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016, que es aprobada en 2009. Estas dos magnas celebraciones conllevan un gran impacto económico, por la construcción de numerosas instalaciones y edificios, alteraciones urbanísticas y de planes municipales-urbanos, en un plazo relativamente corto de tiempo, por lo que aparece:
6º.- La especulación, en el sentido que da la 5ª acepción del diccionario de la Real Academia Procurar provecho o ganancia fuera del tráfico mercantil. Aquí querido lector no hace falta que escriba más pues la intersección de los términos construcción y especulación es una herida por la que todavía sangramos y pagamos, y que parece que va aparejada a la maldición de los grandes eventos. Cuando inicia su mandato Dilma Rousseff en enero de 2011, aún quedan muchas obras por terminar y aunque Brasil seguía creciendo, en ese mismo año un 2,7 % PIB, se había producido un:
7º.- Un cambio del entorno mundial, por motivo de la crisis de los USA y de Europa que provocó una reacción en cadena a escala global. Primero (y simplificando al máximo, disculpen las imprecisiones) los países más desarrollados dejan de comprar tantos productos a la gran fábrica del planeta (también transformada en gran banco) que es China, por lo tanto si se producen menos mercancías fabriles, no se requieren tantas materias primas, por lo que su precio bajan y por eso los países extractores de ellas, como Brasil, entran en:
8º.- Crisis económica, en donde aumenta el paro, el PIB baja en 2015 un -3.8% y en 2016 está previsto que baje otro -3.45%, mientras que la inflación el año pasado subió a 10.67% del IPC, no sigo aburriéndoles con fríos datos numéricos pero se pueden imaginar, en términos de sufrimiento humano, lo que suponen estas cifras. Ante los dramas que surgen en toda recesión, paro, exclusión social, embargos de casas, etc. se hace más insoportable si cabe y resalta más una patología que surge inevitablemente con la especulación la:
9º.- Corrupción, múltiples son los casos que aparecen en Brasil, pero entre todos ellos ha destacado el de PETROBAS, empresa petrolera participada mayoritariamente por el estado brasileño, en el que parecen que se ha producido desde el año 2004 hasta 2012 mediante una trama corrupta el desvío de unos casi 2.500 millones de euros, en el que están implicados dirigentes gubernamentales y de la clase política. Si a estos caso de corrupción económica le unimos la política, en un sentido de incumplimiento constitucional, como ha sido según el poder legislativo brasileño la violación de la ley presupuestaria y que según el artículo 86.5 de su Constitución lleva a un juicio político al presidente, el impeachment de Dilma Rousseff, esto nos sitúa en una:
10º.- Crisis política, y vuelta a empezar. Por lo que se ha elegido un ejecutivo interino con Michel Temer a su frente para enderezar la situación económica, y aunque ha tenido un éxito al aprobar su plan de estabilidad económica en el parlamento, ya ha sufrido escándalos como el que ha llevado a dimitir a su ministro de planificación Romero Jucá y que parece ante las continuas filtraciones de grabaciones no se logra la estabilidad política necesaria para ordenar la economía, punto primero de este decálogo.
Hasta aquí el extracto de lo sucedido en Brasil y su ¿por qué?, con grandes semejanzas a lo ocurrido en nuestra querida piel de toro, y que nos debe de llevar a reflexionar. Primero a que el crecimiento rápido muchas veces no es sinónimo de desarrollo humano y que puede ser el origen de muchas patologías sociales como es la corrupción, que hay que intentar atajar y solucionar con una mayor preparación y formación en la gestión de lo público de los responsables políticos que no suele existir, al igual que para gestionar una gran empresa/organización se requiere de profesionales con una gran experiencia y formación en los negocios.
Y para finalizar, e insistiendo en el esfuerzo de excluir de la sociedad a la corrupción, se debería proseguir, por supuesto, en la mejora de los controles políticos y públicos con profesionales de la cosa pública, y no sólo con grandilocuentes fichajes del mundo académico o privado, que aunque por supuesto tienen que participar, pues hay que formar gobiernos y órganos de control inclusivos que integren a todos, son elementos externos al sector público que no conocen como funciona la administración (en la práctica y a veces en teoría) y después tenemos sentencias condenatorias a la GVA por doquier, pero eso ya es otra historia para otro artículo…