VALÈNCIA. La dimisión de Yolanda Díaz como máxima responsable de Sumar no provocó ninguna reacción pública extraordinaria por parte de su socio valenciano, Compromís, que logró este domingo situar a uno de sus dirigentes, el exconseller Vicent Marzà, como eurodiputado en Bruselas gracias a esta alianza.
Más allá del "respeto" y "simpatía" trasladado por el portavoz de Compromís en Les Corts, Joan Baldoví, hacia Díaz tras su dimisión, en la coalición valencianista asumieron un papel neutral, casi 'suizo', respecto al portazo dado por la también vicepresidenta del Gobierno de España. "No es un asunto nuestro. Ya decidimos en su día no formar parte de la estructura orgánica de Sumar", comentaba a este diario un dirigente de Compromís, que deslizaba que esa era la posición que mantendrá esta fuerza política tras la ejecutiva celebrada este lunes.
Y precisamente, aquella decisión está la clave de buena posición estratégica de la coalición valencianista en este asunto. El rechazo a formar parte de la dirección de Sumar evidenció el deseo de Compromís de mantener las distancias con un proyecto que, prácticamente desde el inicio, ha sembrado dudas. Los resultados en las urnas han dado la razón a la prudencia mostrada por la formación valenciana: malos resultados en Galicia, País Vasco, Cataluña y, ahora, en las europeas. Un menú difícil de digerir para la propia Yolanda Díaz, quien decidió abandonar su puesto al frente del partido.