VALÈNCIA. El próximo gobierno en la Comunitat Valenciana deberá lidiar con la herencia del actual Botànic II conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem y presidido por Ximo Puig. Si continúa el bloque de izquierdas, no tendrá inconveniente con asumir algunas de las decisiones adoptadas a largo plazo. Sin embargo, si es el PP liderado por Carlos Mazón con el apoyo de Vox, tendrá que enfrentarse a algunas medidas que se activarán durante el próximo mandato y con las que los populares están en desacuerdo.
Tal y como publicó Valencia Plaza, cuatro nuevos impuestos se activarán en la siguiente legislatura después de que el Botànic II acordara su aplazamiento por distintas vicisitudes -cuando no discrepancias- políticas. Es el caso de la tasa turística -entrará en vigor el 19 de diciembre de este año-; del impuesto sobre grandes establecimientos comerciales; del que atañe a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera provenientes de instalaciones y del gravamen sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica. En estos tres casos, se activarán el 1 de enero de 2025.
Desde el PPCV que lidera Mazón, lamentan este 'regalo' del Botànic en forma de impuestos a los que ya se opusieron públicamente en el momento de su tramitación y aprobación. "Ya advertimos en su momento que los ingresos ficticios iban a dejar un agujero importante en las cuentas superior a los 3.000 millones, como así está ocurriendo, y también sobre esos cuatro nuevos impuestos. Esta es la hipoteca que está dejando el Gobierno de Puig a todos los valencianos, una Generalitat en quiebra, y un infierno fiscal para las familias y para las empresas", señalaron a este diario fuentes de la dirección popular respecto a la herencia de estos gravámenes.
En este sentido, desde el PP critican además que estos nuevos impuestos se dirijan "contra sectores estratégicos" de la economía valenciana. "La tasa turística perjudica gravemente a la provincia de Alicante y a un sector estratégico para la recuperación económica de la Comunitat como es el turismo. El nuevo impuesto a los vehículos de tracción mecánica que va a implantar Puig es un ataque directo a la industria de la automoción, clave en la provincia de Valencia, al igual que el impuesto sobre la emisión de gases de efecto invernadero que afecta a las grandes industrias, como la azulejera, que es estratégica en la provincia de Castellón", enumeraron los populares.
Sobre esto, desde la dirección popular recordaron que Carlos Mazón ya anunció que derogará la tasa turística si gobierna y el grupo parlamentario votó también en contra en Les Corts sobre los otros tres impuestos.
"Si gobernamos pondremos en marcha una reforma fiscal para todos, pero especialmente para las rentas más bajas. Con la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, el de Patrimonio, reduciendo el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados y haciendo progresivo el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales para ayudar tanto a los que más lo necesiten como para fomentar la actividad económica. Además, vamos a poner en marcha una serie de deducciones fiscales, como la que ya hemos presentado para las personas que practican algún deporte", explicaron fuentes del PPCV, que además aseguraron estar trabajando desde su equipo económico en una ampliación de su propuesta de reforma fiscal.
"La propuesta fiscal de Puig es insuficiente para las actuales necesidades de los ciudadanos de la Comunitat porque sólo devuelve unos 150 millones en lugar de los 1.800 que ha recaudado de más", subrayaron, para criticar que los valencianos "estén manteniendo a base de impuestos al Consell más caro y numeroso, con más chiringuitos y más grasa política de la historia del autogobierno".