VALÈNCIA. Mientras el PSPV y Compromís continúan las negociaciones para conformar un gobierno de coalición en el Ayuntamiento de València, el consistorio sigue con su funcionamiento. Los grupos municipales deben constituirse formalmente en la secretaría del Ayuntamiento y próximamente se espera celebrar una reunión de portavoces para hablar de asuntos organizativos: número de asesores correspondientes a cada grupo, despachos, etcétera.
El primero en constituirse fue el grupo del Partido Popular, encabezado por María José Català, que ejercerá de portavoz, y cuya portavoz suplente será la número dos de la candidatura, María José Ferrer San Segundo. En el grupo están a la espera de que se les comunique cuántas personas pueden escoger como personal eventual, pero ya hay algunos nombres sobre la mesa. Català pretende recuperar a figuras clave del anterior grupo municipal, figuras clave por motivos distintos. Se trata de Luis Salom y Eusebio Monzó, quienes fueron asesor y portavoz del grupo en la pasada legislatura.
Luis Salom fue el azote del primer Govern de la Nau presidido por Joan Ribó, especialmente en el ámbito judicial, al presentar en los juzgados y ante la Agencia Valenciana Antifraude decenas de denuncias contra concejales por presuntas irregularidades de todo tipo.
Ha presentado una veintena de denuncias en los juzgados contra regidores del anterior gobierno municipal de Compromís, PSPV y València en Comú (Podem). Si bien es cierto que muchas se han archivado, algunas han derivado en imputaciones que se mantienen a día de hoy, como la de Pere Fuset (Compromís), Maite Girau (PSPV) o María Oliver (Podem), quien ya no es concejal. En cuanto a las denuncias en Antifraude, algunas se han traducido en reprimendas y petición de explicaciones al Consistorio por parte del organismo que dirige Joan Llinares.
Salom está investigado por el caso de presunto pitufeo -blanqueo de pequeñas cantiades de dinero- en el caso Taula, cuyo recorrido en los tribunales permanece en stand by desde hace más de dos años. Su minucioso y detallado manejo de los sistemas informativos así como el conocimiento de las normativas de transparencia y los procedimientos municipales han hecho que se vuelva a contar con él.
Eso sí, fuentes del Grupo Municipal aseguran que el asesor ya no irá por libre como en la pasada legislatura, en la que casi todas las denuncias las presentó a su nombre, sino que estará más "controlado".
Por su parte, el exregidor y exportavoz de los populares en el Ayuntamiento, Eusebio Monzó, ha sostenido al grupo electo en 2015 tras la salida de Rita Barberà. La delicada situación de los otro nueve concejales, investigados en el caso Taula, fue un hándicap con el que tuvo que lidiar y su solvencia convencía a la dirección regional dirigida por Isabel Bonig, por lo que sonó como posible alcaldable de la formación para los pasados comicios municipales.
Aunque finalmente no fue el elegido, su presencia en la lista encabezada por María José Català también se daba por segura. Una posibilidad que se vio truncada cuando la justicia lo citó como investigado en un caso sobre patrocinios del aeropuerto de Castellón en el momento en que Monzó formaba parte del Consejo de Administración. Ciertamente, en el partido existía la sensación de que sería absuelto, pero preferían esperar hasta entonces para incluirlo en la lista. Esperaron hasta su declaración, que tuvo lugar el pasado mes de marzo.
Al continuar investigado, los populares, bajo la máxima de alejarse de cualquier atisbo de corrupción, se vieron obligados a descartarlo como candidato a regidor. Sin embargo, ahora pretenden reconocer su trabajo y su excelso conocimiento del consistorio en aras de construir una oposición dura y solvente de cara a los próximos cuatro años. Por eso, Català le ha trasladado que cuenta con él y en manos del exedil está la decisión ahora mismo.