Los problemas de espalda del jefe del Consell y la avería de su último vehículo, con más de 260.000 kilómetros, algo extensible al parque móvil, invitan a la renovación
VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, sufrió el pasado miércoles un percance con el vehículo oficial que le transportaba de regreso tras un acto en Guardamar del Segura. Así, el vehículo comenzó a echar humo por el capó y obligó a una rápida maniobra del conductor para evitar males mayores. El jefe del Consell tuvo que concluir su trayecto con el vehículo de los escoltas.
Un incidente que ha recuperado el debate acerca de los coches oficiales utilizados por el Gobierno valenciano, que en su mayoría tienen una década y más de 200.000 kilómetros a cuestas. Cabe recordar además que Ximo Puig ha declinado utilizar el Audi A6 adquirido en la etapa de Francisco Camps.
Así, y aunque precisamente el gasto en vehículos de altos cargos se ha situado en el punto de mira de la opinión pública, lo cierto es que parece necesario revisar el parque móvil de la Generalitat para evitar problemas de esta índole fruto del desgaste. En este sentido, fuentes del entorno del presidente admiten que Puig se inclinaría por, a través del leasing con Ford, un modelo monovolumen por una cuestión de espacio para trabajar en el interior del vehículo y para subsanar las molestias en la espalda que le provocan tantas horas en la carretera.
El jefe del Consell no ha sido el único en tener problemas con el coche oficial. El conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, también sufrió un percance a bordo de uno de los coches del parque móvil de la Generalitat. "El motor li va fer cloc", explica el entorno del dirigente.
En concreto, el choche oficial dejó tirado a Climent en una rotonda. El motor se paró y no volvió a arrancar. "Es que la mayoría de coches tienen más de 200.000 kilómetros", explican fuentes de conselleria. Desde entonces el dirigente se desplaza cada vez en un coche diferente, y muchas de ellas en un vehículo que poco gusta a los representantes del Consell.
Se trata, ni más ni menos, que del Volvo en el que se desplazaba en su momento el exconseller y presidiario Rafael Blasco. "No solo lo usamos nosotros, es el coche comodín, también lo gasta a veces Vicepresidencia", agregan desde Economía, tal vez con el propósito de repartir un dudoso honor.
En efecto, quién le iba a decir a la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, que algún día se desplazaría en el Volvo que tanto gustaba al condenado exdirigente popular.
La magistrada apunta a irregularidades administrativas y al desequilibrio en la distribución del dinero, pero no aprecia ilícito penal