VALÈNCIA. El proyecto Guardian contra incendios, que pretende evitar las llamas en el Parque Natural del Turia, sigue avanzando a buen ritmo. A principios del mes de diciembre ya se puso la primera piedra con la instalación de una planta regeneradora de agua en la Depuradora Camp de Turia II, cuya función es limpiar de microcontaminantes el agua con la que posteriormente se regará el entorno natural. Su diseño y producción corrió a cargo de Hidraqua y Cetaqua. Ahora, se están llevando a cabo las labores de construcción de las cañerías y de los depósitos a los que llegará el agua regenerada, y que alimentarán a las torres de riego esparcidas por diferentes puntos estratégicos del parque natural.
En total, estos cinco depósitos surtirán a 42 cañones de agua diferentes, los cuales crearán a través del agua de riego barreras verdes que evitarán el avance de las llamas en caso de que se produzca un incendio. El objetivo final es tener bien alimentadas diferentes zonas boscosas, puesto que la vegetación sana arde mucho más lento que la seca. El entramado contempla además más de 6.500 metros de conducciones, para hacer que el agua llegue a todos los puntos.
La construcción de los depósitos corre a cargo de la empresa mixta Hidraqua, quien espera que todas las infraestructuras hidráulicas estén listas antes de la temporada estival. Por su parte, la empresa Medi XXI se hará cargo de la construcción de las torres y también de la intervención paralela para mejorar la vegetación de la zona. Así, se hará cargo de los trabajos silvícolas para desbrozar, podar y deshacerse de los árboles enfermos, que son un peligro para los incendios. A continuación, repondrá esa flora con especies autóctonas y más resistentes al fuego, que crearán una barrera natural en las zonas colindantes con núcleos poblados.
Para el estudio previo, Medi XXI ha contado con la colaboración de la Universitat Politècnica de València. Así, la institución educativa se ha encargado de analizar las características del suelo y las condiciones atmosféricas que actuarán sobre el estado hídrico de la vegetación. Así, en el verano del 2020 instaló varios sensores en el suelo para este fin. Por su parte, la Universitat de València también participará en el proyecto haciendo un estudio del impacto económico de una intervención de estas características.
El Ayuntamiento de Riba-roja del Turia y el de Paterna participan también en el proyecto, aportando financiación. Su presupuesto es de 5,5 millones de euros, aunque la Unión Europea ha aportado el 80% del total: 4,4 millones de euros procedentes de los fondos Feder. De este modo, una vez haya finalizado todo el proceso, se pondrá todo el conocimiento en sus manos para que otros países y zonas europeas puedan comprender y beneficiarse de este proyecto piloto.