El PSPV promueve en Les Corts equiparar diseño y tecnología como ejes del nuevo modelo económico

VALÈNCIA. Recuperar el peso del diseño en actividades industriales y de innovación para ponerlo al mismo nivel que la tecnología. Este es el objetivo de la propuesta presentada esta semana por el PSPV en Les Corts para desarrollar una "estrategia valenciana de diseño" y apoyo a los sectores creativos. La iniciativa insta al Consell a cuantificar el peso de los sectores creativos en la economía valenciana, a impulsar el diseño en el nuevo modelo productivo valenciano y a poner en marcha un plan específico de internacionalización de los sectores creativos a través del Ivace, entre otras propuestas.

"Queremos que el diseño empiece a contar en las políticas de Innovación porque últimamente están centradas solo en ciencia y tecnología y dejan de lado el papel fundamental del diseño en la innovación, sobre todo para las pymes. Se trata de que el diseño pase a las páginas de Economía", resume la diputada socialista Noelia Hernández, responsable de elaborar esta proposición no de ley.

La oferta de diseño en España se concentra fundamentalmente en tres regiones. Cataluña es la comunidad del diseño por excelencia, con un 35% aproximadamente de la oferta, pero la Comunitat Valenciana ocupa el segundo lugar con un 15% de las empresas y la producción de diseño nacional, con gran peso del diseño industrial.

El Mapa de Sectores Creativos y Culturales elaborado por la Universitat de València cifra en 3.917 millones de euros la facturación de este sector tan solo en la provincia de Valencia, polo regional del diseño, y en 41.594 las personas con ocupaciones creativas, con una cuarta parte de trabajadores autónomos.

Sin embargo, tal y como destaca la propuesta, estos sectores han perdido más de un 11% de facturación y casi un 8% de empleados en los últimos diez años.

Por ello se insta a la Conselleria de Hacienda a impulsar a la Comunitat como un centro de diseño tanto nacional como internacional "con el fin de aprovechar las sinergias que se creen entre diferentes sectores y disciplinas" y actuar como "modelo de empleo del diseño y la creatividad en sus compras públicas".

En este sentido, la portavoz de Industria y Nuevas Tecnologías del PSPV en Les Corts destaca el convenio de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) con la Associació de Dissenyadors de la Comunitat Valenciana (ADCV) para promocionar el diseño, dotado con 200.000 euros en el Presupuesto de la AVI para 2018.

Recuperar Impiva Disseny

La PNL de los socialistas insta, además, a fomentar y potenciar la creatividad tanto en los currículos educativos como en los programas de emprendimiento con apoyo público "como medida para valorar y retener el talento", así como a apoyar –institucional y presupuestariamente– la Semana Internacional del Diseño de Valencia, que coincide con la Feria Hábitat.

La diputada Noelia Hernández propone la reactivación de programas como el antiguo Impiva Disseny para que esta faceta sea incluida en las convocatorias de innovación siguiendo el ejemplo de los países escandinavos, cuya economía está basada en el diseño, o el de Italia, un mercado que apuesta por profesionales españoles como Patricia Orquiola. Dentro de España, destaca el caso de Cataluña, ejemplo del uso del diseño como palanca para "diferenciarse y añadir valor a sectores tradicionales".

"En la Comunitat tenemos muy buenos estudios de diseño", destaca la diputada del PSPV, que subraya el caso de empresas valencianas de sectores tradicionales como la alicantina Actiu, Premio Nacional de Diseño en 2017. 

"La tecnología requiere inversiones mucho más elevadas, pero el diseño puede ser más asequible; una pyme puede contratar más fácilmente a un estudio de diseño que cuide la apariencia de sus productos e innovar mediante el diseño para dar un salto a la hora de posicionar sus productos", resume Hernández.

En este sentido, la propia PNL incide en el potencial del diseño para aumentar la competitividad en el proceso productivo –abaratando, por ejemplo, el uso de materias primas–; la calidad del producto acabado, como elemento de diferenciación; y la comercialización en aspectos como la publicidad, el packaging o la distribución.

Dentro de esta propuesta de economía creativa o economía naranja –tal y como la denomina el Banco Interamericano de Desarrollo–, para aportar valor añadido a través de activos intangibles tendrían cabida sectores tan dispares como la arquitectura, las artes escénicas y visuales, la artesanía, la gastronomía, el cine, la moda o los videojuegos, entre otros.