VALÈNCIA. La construcción de la nueva terminal de contenedores del Puerto de Valencia, una explanada de 140 hectáreas y 2 kilómetros de línea de muelle en la que se invertirán 1.400 millones de euros, requiere 23 millones de metros cúbicos de material de relleno. La mayoría de ese material, más de 21 millones, será extraídos de la propia dársena de la nueva terminal y de un área de lecho marino de 350 hectáreas frente a la playa de El Saler.
Así consta en la campaña que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha licitado para encargar la catalogación del material que se extraerá en los trabajos de dragado que forman parte de la construcción de la nueva terminal norte de contenedores. Según explica el pliego técnico, los dragados tanto de la dársena como del canal de acceso son imprescindibles para aumentar la cota actual y garantizar la operatividad de los megabuques del futuro, que alcanzarán los 450 metros y los 25.000 TEU.
Tanto la Ley de Puertos del Estado como la normativa medioambiental exigen la realización de estudios del material a dragar para verificar si este es apto para su utilización como material de relleno en la cimentación de la nueva terminal.
Parte de la extracción de material se llevará a cabo en un área de aproximadamente 100 hectáreas dentro de la nueva dársena para aumentar su calado hasta los 20 metros. Pero el mayor trabajo de horadado se desarrollará aguas afuera del Puerto, más allá de los diques de abrigo finalizados en 2012 que se construyeron como parte de la primera fase de la ampliación, que ahora se completará con el rellenado del muelle.
La decisión de tener un único canal de acceso para todo el recinto portuario obliga a rebajar el actual canal de acceso para portacontenedores hasta la cota –22,5 metros. Para ello se dragará una extensión de aproximadamente 350 hectáreas frente al recinto portuario y la playa de El Saler (zona destacada en azul oscuro en la imagen que acompaña esta información).
Se trata de una superficie comparable a la de Central Park de Nueva York o el doble de lo que ocupa Ciutat Vella. La APV ha previsto la reutilización de todo ese material para rellenar la explanada de 140 hectáreas de la nueva terminal, pues tener que obtenerlo en canteras alargaría los plazos a límites inasumibles.
La legislación medioambiental obliga a destinar ese material a regeneración de playas, pero para ello ha de cumplir determinados parámetros de calibre y calidad. En la primera fase de la ampliación, el Puerto ya encargó un análisis externo de la zona que se dragará ahora y se concluyó que el material era "no apto2 para regeneración de playas, con lo que el "único uso productivo" para el mismo sería "la creación de tierras emergentes sobre aguas someras".
Pese a ello, con motivo de la ejecución de la segunda fase de la obra, la APV ha vuelto a encargar un nuevo estudio a una empresa externa para catalogar la arena que se extraerá en esas zonas.
El trabajo aún no se ha entregado, por lo que las firmas de ingeniería que han presentado una propuesta para elaborar el proyecto constructivo de la ampliación, que se adjudicará en las próximas semanas, lo han hecho sin tener las conclusiones de esa catalogación del material a dragar, un dato a priori necesario porque condiciona las soluciones técnicas que las empresas pueden proponer para extraer el material, transportarlo y reutilizarlo para el relleno de nuevas áreas.