VALÈNCIA. El PSPV-PSOE avanza en la designación de sus candidatos a las alcaldías de más de 20.000 habitantes. Tal y como informó este diario, el pasado martes se cerró el plazo para la presentación de precandidaturas para las primarias a estos municipios: el balance para la formación del puño y la rosa fue razonablemente positiva, dado que sólo hay seis municipios de los 65 de este tamaño donde existe más de un aspirante. Es decir, menos posibilidades de primarias y, por tanto, menos batallas internas a la hora de seleccionar a los primeras espadas.
El toque de silbato desde la dirección socialista ha surtido efecto en general. El mensaje interno resulta muy claro: las elecciones municipales son especialmente fundamentales en esta ocasión y resulta clave dar imagen de unidad y estabilidad, más aún allá donde se gobierna. Dicho y hecho, probablemente con la excepción más problemática de Alicante ciudad, donde los críticos han impulsado a Maria José Adsuar frente a la exconsellera Ana Barceló, bendecida por el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, el resto de los duelos son en algunos casos anecdóticos y, en otros, pueden figurar dentro de la normalidad democrática del partido.
¿Por qué las próximas elecciones municipales que tendrán lugar el 28 de mayo de 2023 tienen especial relevancia? El principal motivo es que todo apunta a que Puig hará coincidir estos comicios con los autonómicos, por lo que la ciudadanía votará el mismo día al presidente de la Generalitat y también a su alcalde. Cabe recordar que, en 2019, el líder socialista adelantó las elecciones un mes para hacerlas coincidir con las generales que había convocado Pedro Sánchez, a la búsqueda de aprovechar el buen momento de la marca PSOE y de unificar el voto en torno a su partido por temor al avance de Vox, que andaba comiendo terreno a un PP que también tenía una dura competencia en Ciudadanos.