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memorias de un anticuario

El retrato en el arte valenciano

18/07/2021 - 

VALÈNCIA. Como podrán suponer, podrían haber sido otros diferentes, puesto que a lo largo de cinco siglos el arte valenciano y en València las colecciones son poseedoras de una cantidad nada desdeñable de excelentes obras. Vayamos a la faena sin más dilación.

Joan Sariñena y Vicente Requena el joven. Retratos de la Sala Nova del Palau de la Generalitat

Corría el año 1591 cuando los diputados encargan, tras un proceso de selección, a Joan Sariñena la dirección de obra que consistiría en la sustitución de unos tapices decorativos por pinturas murales que representen como si se tratara de un gran trampantojo, una sesión de los diputados y demás “fuerzas vivas” del momento. La excepcional Sala Nova del Palau de la Generalitat no contiene uno, sino una pequeña multitud de retratos de los jurados y demás integrantes de los estamentos religiosos y civiles, convirtiéndose en uno de los conjuntos más excepcionales que, de este tipo, podemos encontrar España además de por la obra en sí, por la infrecuencia de esta clase de trabajos. No se trata de retratos de una gran fidelidad e introspección psicológica, obviamente, pero el autor procuró cierta individualización de cada uno de ellos y algunos tuvieron que ser corregidos con posterioridad para darles una mayor verosimilitud. Como decía, los personajes retratados en la sala pasan por ser en su gran mayoría, auténticos retratos de los personajes que ocupaban cada uno de los cargos cuando fueron pintados: diputados, escribanos, clérigos etc. De algunos de ellos es fácil conocer su nombre y el cargo que ostentaban y de otros es más complicado puesto que incluso el “retrato” es más imaginario que real. 

Estamentos sociales. Retratos realizados por Sarinyena y otros en la Sala Nova del Palau de la Generalitat

Retrato de Alfonso el Magnánimo por Juan de Juanes 

Este magnífico retrato con armadura de Alfonso V el magnánimo, rey de Aragón fue pintado sobre tabla en la Valencia de 1557 por Juan de Juanes, pero desgraciadamente, en lugar de tenerlo entre nosotros, hoy se conserva en el Museo de Zaragoza porque al contrario de lo que no hizo el gobierno valenciano en 2006, el homónimo de la Comunidad de Aragón, se hizo con él, adquiriéndoselo a una colección privada madrileña. Se nos escapó una obra importante para la ciudad puesto que el retrato fue pintado por encargo de los Jurados de la metrópoli valenciana. Cierto es que, desde el punto de vista fisionómico, el monarca presenta unos rasgos idealizados puesto que el pintor de Fuente la Higuera no conoció personalmente al rey, y tuvo que basarse, para dar la mayor fidelidad posible a la obra, en el perfil contenido en una medalla realizada por Pisanello a mediados del siglo XV. Contrasta el rostro de magnanimidad, nunca mejor dicho, y benevolencia con la armadura (anacrónica) que porta el retratado, siendo uno de los escasos retratos que se conocen autógrafos del pintor valenciano.

Retrato de Alfonso del Magnánimo por Juan de Juanes

Retrato de Goya por Vicente López en el Museo del Prado

Quizás el retrato más importante del genio de Fuendetodos se lo debemos a un valenciano, y por entonces no podía ser otro que Vicente López, que en fecha 1826 le realizó aprovechando una corta estancia en Madrid, pues ya se encontraba exiliado en Francia, a un ya octogenario pintor, a poco tiempo de fallecer. Hoy en día se puede disfrutar de la obra en el Museo del Prado. A pesar de la edad, el fenomenal retrato contiene una fuerza acompañada de la serenidad de toda vida irrepetible. El artista posa portando pinceles y paleta y junto a este, en el caballete, escrito con óleo se puede leer “López a su amigo Goya”. Entre nosotros, si quieren conocer el virtuosismo del pintor valenciano el el retrato, tenemos en el Museo de Bellas Artes uno excelente; el que le hizo al otrora presidente de la Academia de San carlos, Joaquín Pareja Obregón.

Joaquina Candado, Francisco de Goya. Museo de Bellas Artes de Valencia

El carácter valenciano de este cuadro lo da el hecho de que lo podemos disfrutar en nuestro museo. Un retrato quizás un tanto eclipsado por otras obras más mediáticas, así que sirva este texto para reivindicar que al otro lado del puente de la Trinidad se conserva uno de los grandes retratos femeninos realizados por Goya, que se podría codear con las obras maestras que cuelgan de los muros del Museo del Prado. Se trata del fantástico retrato de Joaquina Candado. Aunque de cierta alcurnia, no se trata de una mujer que proviniera de la nobleza, por mucho que Goya le otorgara toda la dignidad de una dama de esta clase. De hecho, era su ama de llaves, y el posado lo realizó en el año 1790 con ocasión de su estancia en Valencia en compañía de su esposa, Josefa Bayeu (del que el museo también conserva un excelente retrato pintado también por Goya). La obra fue donada en 1819 a la Academia de San Carlos, es decir cuando todavía vivía el gran maestro. Se trata de un cuadro de cuerpo entero y su forma de vestir lujosa (gasa, mantilla, guantes, abanico de marfil y zapatos de seda). Nos llama la atención la serena belleza del rostro de la retratada y cierta introducción del paisaje más cercano, esbozado a modo de atrezzo.

Retratos de Clotilde por Sorolla 

Clotilde, esposa del maestro valenciano, sin duda, la mujer de su vida, fue, a su vez, su musa, retratándola en numerosas ocasiones y en situaciones de las más naturales y diversas (leyendo, interactuando con los hijos, paseando, durmiendo, posando para un desnudo o incluso convaleciente como consecuencia de la enfermedad). Me gusta especialmente un pequeño cuadro en que aparece Clotilde en un interior envuelta en una luz especial, pero no es un retrato propiamente dicho puesto que a penas se intuye su rostro. Sin embargo, nuestro museo sí que conserva un retrato de busto que refleja la complicidad de la retratada con su esposo, a través de la naturalidad y sencillez de la mirada. El museo en su día acogió una pequeña muestra con veinte cuadros, más de veinte dibujos y fotografías dedicados en su totalidad a la figura de su esposa, como protagonista de las obras, empleando para ello fondos propios y, sobre todo, del museo Sorolla de Madrid. 

Emilio Sala. Retrato de Ana Colin y Perinat

Retratos de Pinazo y Emilio Sala

SI hemos hablado de Sorolla como retratista no sería justo dejar de hablar de Ignacio Pinazo y el alcoyano Emilio Sala, como los otros dos grandes retratistas de entresiglos, aunque ambos, como sabemos eran mucho más que eso. Respecto de Pinazo, fue a finales de 2016 cuando se le dedicó una muestra en la Fundación Bancaja, comisariada por Javier Pérez Rojas al Pinazo retratista y su figura como precursor del Modernismo.  De entre sus numerosos retratos hay que mencionar los que hizo en 1885, empleando el gran formato, a la familia Jaumandreu (a los esposos y a la hija) en la casa de Bétera propiedad de los protagonistas y donde estuvo alojado durante la epidemia de cólera de que asoló Valencia. Cada uno de los retratos es una alegoría de cada una de las estaciones del año y están situados en la naturaleza. Si no me equivoco, todavía están en una colección particular valenciana, pero por su importancia y singularidad entiendo que deberían pasar a integrar alguna de las colecciones públicas valencianas. Del pintor de Alcoy, excepcional artista en el género que hoy nos ocupa, no puedo dejar de mencionar el espectacular retrato de Ana Colín de Perinat que para el anterior director del museo, Carlos Reyero, estudioso de la pintura del siglo XIX, se trata de uno de los grandes retratos de la pintura europea del momento, ahí queda eso. No es ninguna exageración pero prefiero que lo comprueben ustedes mismos.

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