Todos los millenials han crecido con los Fraggle Rock, Verano Azul, La Bola de Cristal, Alf, El equipo A o Dragon Ball. También hemos crecido con ideas variadas de que el Ron es cosa de Piratas, que se debe beberlo sin mezclar o que es una bebida de gente mayor para tomar antes de la comida.
La verdad, hemos dado una vuelta de tuerca a estos conceptos, creando un Ron auténtico de República Dominicana, pero pensando en las nuevas generaciones - o como nosotros, que ya no somos tan tan “nuevos”, pero lo disimulamos muy bien .
Este sensacional ron pertenece al grupo valenciano Spenly Spirits, que ha conseguido que sea un éxito entre los más jóvenes, pero al mismo tiempo cautive a los que han disfrutado del buen ron toda su vida y buscan nuevas sensaciones.
Por ello Spenly ha logrado que Ron Tinguram esté triunfando ya en todo los locales de ocio -una terraza se diferencia por tener Tinguram-, restauración y lineales del Mediterráneo, y siga extendiéndose por toda España y Portugal, siendo reconocido como el ron que mayor crecimiento ha tenido en menos tiempo. Todo gracias al gran éxito que tiene entre los que lo saboreando. Quién lo prueba no lo abandona.
Ron Tinguram mezcla la calidad y la artesanía de años de experiencia tradicional en su elaboración, y lo adapta para las nuevos cócteles como el “Río Dulce” que lleva sandía y menta, “Xocomil” que lleva hoja de piña o “La Laguna” con naranja.
Y para ello, un ron debe ser de calidad, con un sabor poderoso, intenso, dulce y con presencia.
El cóctel tendrá cuerpo y dará una explosión de sabores creando una experiencia única e inolvidable en cada combinación creativa que te hagas o haga tu barman.
Ron Tinguram está pensado para acompañar en el entrante, el tardeo, con una agradable conversación o disfrutarlo en una discoteca, generando diferentes estímulos en nuestros cinco sentidos.
Es una botella que se ha diseñado para tener mucha presencia, ser anfitriona del lugar y crear tendencia. Una mezcla entre lo clásico sibarita y un vanguardismo evocador.
Con los amigos, al tomar Tinguram se convierte en un cóctel de recuerdos: recordamos buenos tiempos pasados mezclados con los nuevos generados.