MADRID (EFE). El 75 % de los directivos de las empresas financieras y tecnológicas desconfía del conocimiento de los reguladores sobre nuevas tecnologías financieras y considera que la legislación sigue centrada en identificar el incumplimiento normativo que las personas hacen de la tecnología.
Una tecnología que cada vez está más presente en el sector financiero, tanto que el 68 % de los 424 directivos que han participado en una encuesta elaborada por el bufete Baker&McKenzie considera que en 15 años su trabajo habrá cambiado debido a la tecnología y a la inteligencia artificial.
En un periodo de tiempo menor, los próximos tres años, las empresas estarían dispuestas a experimentar con el aprendizaje automático, una rama de la inteligencia artificial, en evaluación del riesgo e investigación financiera.
Sin embargo, los cambios drásticos pueden producirse en la compraventa de valores, el análisis financiero y la tecnología de la información, según las respuestas del más del 60 %. Además, consideran que la inteligencia artificial tendrá un impacto positivo en la evaluación crediticia, la gestión del riesgo, y la competitividad de los mercados, aunque los directivos reconocen que afectará a la estructura de los trabajadores, a la estabilidad del mercado y su regulación.
A pesar de esta percepción, los responsables de las compañías no tienen claro cómo realizar estas transformaciones, en parte, porque desconocen la evolución que seguirán las finanzas tecnológicas.
El 47 % de los encuestados asegura que no tienen confianza en lo que están haciendo, ya que no entienden los riesgos legales asociados y actúan con cautela. En esta misma línea, un 40 % no confía en que su empresa perciba los riesgos materiales que conlleva la inteligencia artificial.
Esta incertidumbre lleva al sector financiero a pedir mayor protección a las autoridades para poder avanzar en el desarrollo de la tecnología dentro sus negocios. De hecho, solo un 16 % considera que existe sobrerregulación sobre las instituciones financieras, frente al 40 % que apuesta por redactar nuevas leyes e implementarlas.
Según esta encuesta, las autoridades financieras de Estados Unidos, Reino Unido y Singapur ya han empezado a comprender el papel de la inteligencia artificial y del aprendizaje automático en los mercados financieros, pero no es suficiente y desde el sector piden una mayor colaboración entre los reguladores y las empresas "fintech". El 32 % de los encuestados coinciden en esta idea, aunque en Asia apuestan por una coordinación de esfuerzos regulatorios de una manera sistemática y global.
Los directivos encuestados comparten la visión de que la inteligencia artificial cambiará sustancialmente sus negocios, aunque este informe advierte de que "la tecnología no será capaz de eliminar los riesgos inherentes en algunas actividades financieras" y sostiene que "persistirán sin importar si son humanos o algoritmos los que hacen el trabajo".