VALÈNCIA. La crisis del Mar Rojo ha provocado un verdadero tsunami en las cadenas de suministro mundial, con grandes repercusiones en el tránsito marítimo. Y es que muchas navieras han redirigido sus buques por nuevas rutas para evitar el Canal de Suez y, en este contexto, el Puerto de Valencia se ha beneficiado, en gran parte, de esos desvíos. No obstante, sus terminales están sufriendo problemas de congestión por acumulación de contenedores, una circunstancia que preocupa a los empresarios portuarios y logísticos. Por ello, instan a la Generalitat Valenciana y a la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) a activar un puerto seco, aunque sea de manera transitoria, para aprovechar esos nuevos tráficos que están llegando y mantener la atracción de las navieras por el recinto portuario valenciano.
"Se necesitan infraestructuras e instalaciones para descargar contenedores y que se puedan almacenar temporalmente para volver a salir. Es urgente buscar fórmulas imaginativas rápidas para ser capaces de gestionar esta situación que nos favorece y no dejarla pasar", señaló el presidente de la Asociación de Directivos y Empresarios Logísticos Propeller Valencia, Alfredo Soler, durante la presentación del informe 'El papel del puerto de Valencia como hub de transbordo durante la crisis del Mar Rojo'. Un documento, elaborado por la Universidad de Amberes, que confirma la ventaja competitiva del recinto valenciano frente a otros del Mediterráneo tanto por a nivel de PIB como por sus menores costes para las empresas.
Unas conclusiones que eran conocidas de antemano por las navieras, muchas de ellas a través de estudios propios, lo que ha generado un incremento de la actividad en los últimos meses en Valenciaport. Tanto es así, que Soler detalló que el puerto ha crecido entre un 15% y un 16% en tráfico de transbordo, un hecho que, a su vez, ha derivado en ciertos problemas de congestión por el aumento de contenedores. "La exportación sigue bajando, pero la importación repunta levemente y hay una concentración de cargas. Está habiendo una acumulación de contenedores vacíos que se quedan en las terminales, por lo que es necesario más espacio para su almacenamiento", incidió.
La situación se ha agudizado a tales niveles que en solo mes y medio las terminales están ya en más del 80% de ocupación, mientras que los tiempos de estancia de la mercancía ha pasado de una media de 5-6 días a 12-15, por la necesidad de las empresas de aumentar su stock y almacenaje ante la inestabilidad del mercado y los suministros.
De hecho, han crecido mercados como Arabia Saudí, Egipto o Grecia, con incrementos de hasta el 97% en los dos primeros casos. Un contexto que dificulta el trabajo en las terminales que acusan la falta de superficie. "Este escenario no puede resentir los servicios de aquellas industrias que han elegido Valencia como puerto hub", remarcó el presidente de Propeller.
Por ello, como alternativa y solución temporal hasta la puesta en marcha de la terminal norte de MSC y la ejecución de la ZAL, los empresarios logísticos proponen habilitar un puerto seco cercano para desahogar a las terminales y que los transbordos y el almacenamiento de mercancía no se centre en las instalaciones portuarias. "Necesitamos esa válvula de escape para no perder competitividad como hub", remarcó Soler. Pero también para aprovechar que el puerto de València se encuentra en una mejor posición que los de Tánger o Algeciras, que están al límite de su capacidad.
La ubicación no está decidida y para el sector debe ser la Generalitat Valenciana y la Autoridad Portuaria los que la determinen. Por tanto, debe partir de la iniciativa pública a través de concesiones, como pasa en las terminales, y servir como cualquier otro recinto aduanero en el que se puedan hacer inspecciones de las cargas. Lo que sí tiene claro el sector es que el enclave tiene que ser cercano al recinto y que no precise excesivas obras de adecuación para no dilatar los plazos y que en un año pueda estar disponible.
Y más teniendo en cuenta que la principal conclusión del informe es clara: el puerto de Valencia es el menos perjudicado por la crisis del Mar Rojo y se posiciona como el hub de transbordo más ventajoso del Mediterráneo, por delante incluso de Tánger. El estudio, elaborado por los expertos Edwin Van Hassel, Thierry Vanelslander y Felipe Bedoya Maya del departamento de Transporte y Economía Regional de la Universidad de Amberes, parte de la base del desvío de las rutas interoceánicas que, obligadas a esquivar el Canal de Suez, realizan un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza, pasando de 19 a 31 días de travesía.
En este contexto, en el que el Mar Mediterráneo cuenta con una sola vía de acceso marítima por el Estrecho de Gibraltar, se ha alterado el atractivo de los puertos mediterráneos para las navieras que buscan optimizar sus escalas a través de recintos que sean competitivos como hub de transbordo. La proximidad geográfica de Valencia al estrecho, así como la congestión que sufren otros puertos, ha posibilitado el posicionamiento privilegiado de Valencia como concentrador de carga para su posterior distribución al Mediterráneo oriental.
En este contexto, los expertos independientes constatan que el recinto valenciano es el más competitivo en este contexto de crisis, ya que los costes de transbordo para un buque de 24.000 TEUs son menores en Valencia son menores en comparación con el atraque en otros puertos como el de Tánger. Concretamente, el costo oscila entre 400 y 1.000 euros por TEU, aunque lógicamente esta situación ha derivado en sobrecostes para las navieras.
En cambio, apunta que para barcos más pequeños, de 12.000-14.000 TEU, la escala en Valencia es menos cara que la de otros países del Mediterráneo como Italia o la región alpina. En este sentido, el estudio señala que el incremento del desvío es de 50-60 euros por TEU en València, de 90-100 euros en Fos y de 120-130 euros en Pireo o Génova.
Por tanto, aunque la crisis del Mar Rojo está afectando al sector marítimo también abre oportunidades al Puerto de Valencia como puerta de entrada y salida por el Mediterráneo, dado que la distribución a otros puertos es más sencilla, las distancias son menores en comparación con otros recintos y los costes menos elevados. Unas ventajas que Propeller no quiere perder para lo que incide en la importancia de generar un puerto seco que mantenga la competitividad de Valenciaport.