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El síndrome de la silla vacía

23/12/2016 - 

VALENCIA, El duelo es el dolor que vivimos ante la pérdida de un ser querido o, a un nivel posiblemente inferior, por un despido laboral, un traslado o un divorcio. En épocas como la Navidad, con sus reuniones familiares, se avivan los recuerdos de forma aguda y es normal sentir una cascada de emociones y sentimientos ante esa silla que queda vacía en el hogar. Buscar apoyo en familiares y amigos o terapeutas, establecer nuevos ritos y permitir que afloren las emociones son algunas de las recomendaciones que dan los expertos para sobrevivir a unas fechas, como las navideñas, que tanta gente detesta.

El Departamento de Salud de La Ribera, a través de su Equipo de Salud Mental, aconseja buscar apoyo en familiares, amigos o terapeutas, establecer nuevos ritos y dejar que afloren las emociones ante el Síndrome de la Silla Vacía. Se estima que un 5% de la población afronta la Navidad tras la reciente pérdida de un ser querido. Según el jefe del Servicio de Salud Mental del Departamento de Salud de La Ribera, Dr. José Enrique Romeu, “en estas fechas, con sus reuniones familiares, se avivan los recuerdos de forma aguda y es normal sentir una cascada de emociones y sentimientos ante esa silla que se queda vacía en el hogar”. Según el Dr. Romeu, “no todas las familias viven igual esta situación”. Una actitud recurrente en muchas familias es querer suprimir las navidades y no organizar nada que les recuerde estas fechas. “Se trata de un alivio inmediato que tan solo nos lleva a postergar el duelo, pero no a evitarlo”.

Por el contrario, otras familias optan por hacer un viaje lejos de la familia, los amigos y los rituales habituales. “Es posible que esto haga la Navidad más ligera, pero la pena viaja con nosotros y la próxima Navidad volverá a presentarse la misma situación, con la diferencia de que habrá pasado un año”, ha destacado el jefe del Servicio de Salud Mental, quien ha añadido que “el dolor emocional se puede posponer pero nunca evitar y, muchas familias que han ensayado esta opción, manifiestan que el siguiente año es peor”.

Otra de las soluciones que suelen plantear las familias es la de seguir con su vida como si nada hubiera pasado. Según el Dr. Romeu, “no mencionan nunca a la persona ausente e intentan borrar o apartar todo lo que pueda suscitar un recuerdo emotivo”. Esta manera de afrontar la Navidad, “solo empeora las cosas, ya que los sentimientos encubiertos acaban saliendo de forma distorsionada, traduciéndose la tensión por hacer ver que nada ha pasado, en situaciones de agotamiento, irritabilidad y mucha ansiedad”.

Una Navidad diferente

De esta forma, ante el Síndrome de la Silla Vacía, Mª Luisa Vidal, psicóloga clínica del Departamento de Salud de La Ribera recomienda “construir una nueva Navidad”, afrontándola de manera distinta. Así, se aconseja aceptar la ayuda que brinden los familiares y amigos para realizar tareas como cocinar, hacer las compras o montar el árbol de Navidad. “Es fundamental, igualmente, estar acompañado de las personas a las que apreciamos y nos aprecian; que afloren recuerdos suele ser normal durante esta época del año, por lo que no debemos prohibirnos expresar nuestra angustia o enfado”.

Otra recomendación es la de simbolizar al ser querido fallecido, contando anécdotas sobre él, revisando el álbum de fotos o escuchando su música. “Esto nos permitirá sentir que está junto a nosotros y la familia entera podrá sentirse partícipe de esta actividad”. Asimismo, “no hay que ocultar o evitar los sentimientos. Debemos permitirnos estar tristes o llorar cuando así lo deseemos, porque ocultar la pena solo provoca mayor daño”, ha destacado Mª Luisa Vidal, quien ha insistido en la importancia de “buscar apoyos y no aislarse de los demás”. El duelo no es una patología sino un proceso normal de adaptación que necesita su tiempo.

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