VALÈNCIA. Tras esta neurosis por las compras del Black Friday con las puertas de los almacenes convertidas en vomitorios de un estadio, traigo a esta ventana la comida benéfica convocada por la diseñadora Sally Corell a beneficio de El Sueño de Vicky, una organización que trabaja por la investigación del cáncer infantil. Era de obligado cumplimiento asistir para ayudar a la fundadora, Laura García Marcos que, junto con Mayte Cañizares, trabajan en la financiación de proyectos, como la unidad de tumores pediátricos del Hospital Niño Jesús.
Como era de esperar, aquello fue una explosión de gentío. Casi cien mujeres acudieron raudas a la llamada de Sally Corell, como si llamara la Legión. De Margarita Vila a María Gonzálbez, Ana María García Gilabert, Mar Loras, María Herrera, Ana Ariño, Merche Navarro, Falucha Royo Ballesteros, Almudena Navarro y muchas más.
Fue la fundadora de El Sueño de Vicky, Laura García, quien dio la bienvenida a las asistentes. Puntuales como nadie llegaron Arancha Pérez Pous, Claudia Serrano, Maria Gómez-Lechón, Sonsoles Gómez Torres, Nuria Estrada y Marta Senent. Poco después aparecieron Isabel Castillo, Sonia Dasí, Mar Puchades, Fátima Zamorano, Ana Tramoyeres, Alicia Noguera y Carla Fons. El póquer de ases de la mañana fue el que formaron las hermanas Patricia y Amparete Montoro, María Cosín y Paula Bernal.
Luego empezó el cóctel y tuve que auparme sobre las puntas de los pies y utilizar los codos para abrirme paso entre la espesura de los cuerpos. Saludé a Sela Falcó, Amparo Morte, M.ª josé García Padilla, Lorena Oliver, María Medina, Pachi Viñoles, Beatriz Pechuán, Maite Montagud, Marta Vilar, Susana Aparicio, Marta Tarazona y Marta Aliño. Más mujeres. Bea Carbonell, Rocío Ramón, Esther Segura, Soucaina Jannus, Montse Balart, Eugenia Franco, Begoña Grollo, Leti Ibáñez, Susana Sánchez, Verónica Pérez Bonmatí, Paula Sáez, Patricia Cerveró, María Tramoyeres, Maica Iborra, Vanesa Escrivá, Alicia Doménech… Y por encima de todas, Sally Corell, asentada en dos certezas: su fachón y su empeño en convertir su comida anual en un referente solidario.
Diego El Cigala inunda el Palau de ‘Lágrimas Negras’
Hoy me toca Diego El Cigala. Y más quisieran algunas haberlo tocado. Era el concierto homenaje en el Palau de les Arts de València, a los 15 años de su aclamado álbum Lágrimas negras. Y se llenó de mujeres que se han emocionado con temas como ‘Inolvidable’ o ‘Se me olvidó que te olvidé’, pero también sus maridos. Y gente joven. Y muchos indies. Público de todas las edades cantando los temas de Lágrimas Negras, el disco publicado a dúo con el pianista cubano Bebo Valdés con el que consiguió vender más de 700.000 copias. Fue premiado con un Grammy, un premio Ondas y fue triple disco de platino en España. Todo un fenómeno musical del flamenco, el jazz y el bolero para grandes audiencias. Esto es memoria histórica de buen rollo.
El concierto tenía que empezar a las 21h y el público andaba desconcertado. ¿Dónde está Diego? Apareció a las 21.30h con traje gris y pañuelo rojo en la solapa. Escenografía zen y su melena de rizos salvajes al viento. Su silueta es tan reconocible como la de Popeye. Salió al escenario acompañado del (fantástico) pianista Jaime Calabuch, Marco Niemietz con el contrabajo y el percusionista Israel Suárez. Entonces empezó a tocar las palmas y hacer lo que mejor sabe hacer El Cigala. Cantar flamenco. Lo dijo para este periódico en una entrevista: “El flamenco es universal, Patrimonio de la Humanidad, y yo creo que a estas alturas nadie discute ni su origen ni su personalidad. Todos saben de dónde viene”. Y así fue. La música de El Cigala no entiende de edades, etiquetas ni tribus.
"Si te contara mi sufrimiento. Si tú supieras la pena tan grande que llevo yo adentro. La triste historia de noche tras noche de dolor y pena", comenzó a cantar. Sonó contundente, pero también ‘Corazón loco’ o ‘Veinte años’ con los que el personal se empezó a alborotar. Bravos y aplausos. Luego se puso a dar palmas y el público ya estaba entregado. Y jaleaban al maestro cada vez que daba un sorbo a su vodka naranja. Como pasa con las viejas bailarinas, un movimiento de sus brazos basta para enardecer a las masas. Estoy por irme a Madrid la próxima semana a verlo otra vez…
Inauguración del estudio ‘El 40yuno’ dedicado a organizar bodas
Trajes de línea sirena, talles ajustados, escotes en la espalda y tejidos de seda y encaje. Las novias de la diseñadora valenciana Alicia Soler inauguraron el “El 40yuno”, un espacio coworking dedicado a las bodas en pleno barrio de Ruzafa. En este precioso estudio de suelos de mosaico se han unido la fotógrafa Isabel Solano, la maquilladora Cristina Crespo, la firma de tocados Alicia de Alial Millinery, los zapatos customizables de Loov Shoes de Cristina Veillard y Cristina Mosi y las maestras de ceremonias de Meraki Plan, Cristina Iglesias y Lorena, para cumplir los sueños de las novias.
Estas jóvenes emprendedoras pretenden organizar celebraciones diferentes. Atrás quedaron los tiempos en que todas las bodas parecían cortadas por el mismo patrón y apenas quedaba espacio para la improvisación. La boda clásica, clónica desde hace años, se descarta y se buscan elementos diferenciadores que hagan de tu día algo único. Se trata de sorprender, ser original sin perder la elegancia y reflejar la personalidad y gustos de cada pareja. Rotundo sí, pues, a esas madrinas y tías que ayudan a la novia a prepararse, a los discursos de amigos que recuerdan la bonita historia de amor (y emocionan), un gran sí a las invitadas que no se bajan de sus tacones, a las parejas que ensayan para su primer baile, a los mojitos y los cócteles en la barra libre, a los resopones que calman el hambre y un rotundo ‘sí, quiero’ a los novios relajados y divertidos que viven su romance con alegría y compartiendo su amor.
Y como hablamos de celebraciones, la inauguración fue con un cóctel al que asistieron muchos profesionales del mundo de la moda y el sector nupcial, como Laura Fitera, Ana del catering Tita Blue, Marta y Emma de Villa Delia, Carmen de El jardín de Mamá Ana, María de Catering 5, Bruno y Begoña de Marfil Joyeros, Isabel Aliño de Grupo El Alto y Patricia de la Viña, además de blogueras como Poleomenta, Clara Saquitodecanela, Teresa Lunares, Laura de Fitforweddings, Marta de Las bodas de Marta, Blanca de Como la boda misma, Sara de Bohemian Love y Cristina Trendy de Pueblo.