VALÈNCIA. El futuro del Teatro Escalante tiene nombre propio: Marylène Albentosa. La gestora cultural ha sido seleccionada para ocupar el puesto de coordinadora artística de teatros de la Diputación, incarnado en el Escalante, tras la reunión de la Comisión de Valoración, celebrada esta misma semana, decisión que ahora será elevada a Presidencia. Fue el pasado mes de agosto cuando el teatro dependiente de la Diputación de València anunció al puesta en marcha de un proceso de selección mediante el que buscaban acabar con la temporalidad en la dirección artística, dando estabilidad a la plaza. Para ellos se puso en marcha un proceso, abierto únicamente a trabajadores públicos, cuya finalización marca hoy un punto de inflexión en la convulsa historia del teatro público.
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, Albentosa ha sido gestora cultural del Ayuntamiento de Guardamar del Segura, municipio del que fue alcaldesa por el PSOE, y gerente de la compañía Teatre Micalet entre los años 2000 y 2003. Fue hace un año cuando desembarcó por primera vez en el Escalante, aunque en este caso con un contrato temporal. Lo hacía por un periodo de seis meses -que luego se alargó a un año-, con el objetivo de paliar la falta de dirección artística en el teatro tras las salidas de Gabi Ochoa y Josep Policarpo. Ya entonces hablaba de la necesidad de contar con un mayor periodo de tiempo para poder asentar su proyecto artístico. “En seis meses no da tiempo a cumplir los objetivos, pero en mi cabeza está un plazo más largo […] Puedes hacer una pequeña programación [en un año] pero no trabajar en el proyecto Escalante, que son muchas más cosas: exhibición, producción, definición de públicos...”, afirmaba durante una entrevista con Culturplaza.
Con la dirección definida, ahora queda otra (gran) reto para el teatro provincial: la definición de su sede. Desde hace años el Escalante lleva su programación a distintas salas de la ciudad, como Les Arts o el Teatre el Musical (TEM), entre otros. Hace más de cinco años tuvo que abandonar su histórica sede, ubicada en el centro histórico de València, debido a los problemas estructurales del edificio. El movimiento fue un duro golpe para el proyecto escénico de la Diputación, que se quedó sin sede fija y con el temor de que la marca del proyecto se diluyera. No fue hasta el pasado verano cuando la administración dio respuesta al problema, planteando tres posibles sedes. De entre todas, finalmente se seleccionó la construcción de un nuevo inmueble que estará ubicado en una parcela entre las calles Vicent Tomás i Martí y Xiprers, en el entorno de la Avenida de las Cortes, un proyecto para el que la corporación provincial invertirá alrededor de cinco millones de euros, a lo que habrá que sumar el coste del equipamiento técnico.