El nuevo director, Juanma Artigot, trabaja en un proyecto que le conecte con espacios como el Teatre Lliure o la Sala Beckett de Barcelona o el Principal de Palma
VALÈNCIA. “Tenemos que conseguir reforzar la identidad del TEM”. Este es el gran reto del nuevo coordinador artístico del Teatre el Musical, Juanma Artigot, que presentó ayer algunas de las líneas de trabajo de esta nueva etapa junto a la concejala de Acció Cultural, Maite Ibáñez. Artigot llega tras un año de vacío de poder, tras la salida de Olga Álvarez a finales de 2019, aunque no lo hace como un desconocido, pues durante este período ha ocupado temporalmente el puesto de jefe de sala. Con los deberes hechos, el nuevo coordinador llega con más de un reto y en un contexto que nada tiene que ver con el momento en que se puso en marcha la búsqueda de coordinador, una crisis sanitaria que ha afectado especialmente a las artes escénicas. "El presente nos condiciona el mañana. Ahora estamos en un momento de compromiso, responsabilidad y futuro. Un momento en el que no tenemos que resignarnos, sino resistir y aceptar los cambios para poder adaptarse”, explicó durante su presentación, en la que insistió en la necesidad de generar relaciones más "sólidas" con los creadores y la sociedad, algo que pasa por evitar la fuga de público, un "riesgo" que percibe especialmente entre el público joven.
Sobre la futura programación, desveló Artigot, se organizará en ciclos que tratarán "cuestiones que afectan a todos y sobre las que se necesita reflexionar", como la igualdad, la gentrificación, la polarización de la sociedad, las consecuencias de la crisis del coronavirus y las identidades de género. “En el TEM van a convivir muchas disciplinas, partiendo del teatro de texto, convivirá la danza, la performance o las artes visuales y otras más novedosas como la poesía escénica o incluso el arte sonoro”, añadió. El futuro pasa por revisar lo hecho y sumar 'amigos'. Entre ellos, explica durante una entrevista con Culturplaza, centros de Catalunya o Baleares con los que generar un proyecto común en el que ya está trabajando.
Como novedad, además, Artigot plantea instaurar un "sistema de evaluación sistemático en el que se analicen las actuaciones en el TEM”, un sistema anual que permita generar medidas correctoras, si hiciera falta. “Se trata de ser críticos también”. Queda pendiente todavía, eso sí, la creación del consejo de programación anunciado por la concejalía de Acció Cultural hace más de un año, un ente formado por profesionales del sector y personal administrativo que velará por el cumplimiento del plan del teatro y completará la programación. "Es cierto que lo tenemos parado", confesó Ibáñez sobre el proyecto, que todavía no tiene fecha de creación. Sobre el presente y futuro del Teatre el Musical, hablamos con Juanma Artigot, su nuevo coordinador artístico.
-Habla de la necesidad de "reforzar la identidad" y la "voz propia" del TEM, un teatro que ha puesto el foco, tanto en su actividad como en su promoción, al barrio del Cabanyal-Canyamelar, ¿por dónde pasa su futuro?
-Cuando se recuperó el espacio hubo una apuesta, como pasó en La Rambleta, con el entorno más próximo. Este barrio, además, estaba muy necesitado de identificarse con un espacio como este, que va más allá del teatro, lo concibo como un centro cultural. Esa necesidad existía y sigue existiendo. Quizá podemos abrir el foco a la ciudad, pero sin dejar de trabajar la gestión de proximidad. En cuanto a la seña de identidad, el TEM debe ser un espacio totalmente reconocible por la ciudadanía, que sepan dónde van y cómo se trabaja. La clave es generar acciones más allá de la exhibición, estando pendientes de los procesos. Pensamos en residencias, en traer compañías más días para generar encuentros profesionales, en líneas de trabajo de participación, etc.
"Es muy importante la mediación artística y ahora mismo no existe, se tendría que contratar"
-Estos proyectos de carácter educativo requieren un equipo potente, ¿lo tiene el TEM?
-No. Ahora mismo no, pero hay herramientas. Es muy importante la mediación artística y ahora mismo no existe, se tendría que contratar. Tenemos la oportunidad de hacerlo para los dos espacios [con La Mutant], de hecho lo hablé con Marta [Banyuls]. Eso sería lo ideal. Aunque ahora me enfrento a otro reto: la Ley de Contratación Pública, que tiene sus peculiaridades y limitaciones. Pero, del mismo modo en que se hace una contratación de la comunicación y el diseño, considero muy importante lanzar esa convocatoria abierta a agentes y colectivos que puedan generar esa mediación.
-Hablaba durante su presentación de la precarización de las artes escénicas, una fragilidad subrayada por la crisis sanitaria, ¿qué papel ocupa el TEM en este contexto?
-No tenemos la capacidad de producción propia, como en el caso del Institut Valencià de Cultura (IVC), pero, por ejemplo, el tema de las residencias se puede reformular. Las residencias, al igual que pasa con Graners de Creació, es un semillero que aquí se queda en una simple muestra. Posiblemente cerremos menos propuestas de residencia para trabajarlas mejor, con más continuidad, medios y acompañamiento. También serán importantes a la hora de establecer alianzas, porque muchas veces también necesitas un intercambio, siendo la posibilidad -que posiblemente pasará en febrero o marzo- de que una pieza que salga de una residencia de aquí para pasar a otra entidad que la haga crecer. Al final la diferencia entre lo municipal y lo autonómico es que la red que tiene el IVC le permite producir para que se exhiba en muchos centros. Si produjéramos aquí solo podríamos exhibir en un centro y, luego, creas la necesidad de distribución y ahora no hay capacidad para ello.
-¿Con qué espacios está tejiendo relaciones?
-Una línea interesante en mi proyecto, y que corresponde a un eje lingüístico, es poder trabajar con una entidad catalana y una de Baleares. Mi propuesta, aunque no está cerrado, es trabajar con la Sala Beckett o el Teatre Lliure y el Teatre Principal de Palma, que sé que han tenido ya esa experiencia. Hay que ver qué podemos aportar. Tenemos una capacidad económica limitada, pero tenemos espacio y medios técnicos. Podemos aportar en una determinada fase del proyecto que las compañías estén aquí y que luego ese contenido lo podamos tener en la programación.
-¿Esta relación 'mediterránea' será puntual o se busca desarrollar un proyecto más estable?
-Nos reuniremos muy próximamente para hablar sobre ello, de hecho, un encuentro en el que participará también La Mutant. Vamos a entrar en una fase experimental para ver si puede cuajar y hacerlo de manera cíclica. Esto, claro, se tendrá que insertar dentro de un convenio.
-Hay ambición de sacar la marca TEM fuera de València.
-Totalmente, ese es el objetivo. Y, además, creo que ahora el terreno es favorable, todo el mundo está muy abierto a la colaboración, a crear circuito, a tejer redes de trabajo común entre entidades. Lo que hay que encontrar es la fórmula. También será muy importante mirar a Madrid, con espacios como el Teatro de la Abadía o el Pavón, y a Europa, con entidades como el Instituto Francés.
-¿Es su proyecto programático continuista?
-No me gusta hablar de continuidad, sino de mejoras. Las cosas que han funcionado las vamos a intensificar. Por ejemplo, del apartado pedagógico me interesa mucho el trabajo que se hace en cuanto al grupo de teatro, me gustaría que se generara a partir de él una comunidad alrededor. La poesía escénica, por su parte es una apuesta nueva. En cuanto lenguajes, yo vengo de las arte plásticas, pero considero que es importante la transversalidad. Ahora, por ejemplo, vendrá Ricardo III que no deja estar basada en un texto pero la puesta en escena posiblemente sea más innovadora que en cualquier otra pieza. En este sentido, jugaremos.
"En cuestión de festivales trataremos que haya armonía"
-Hablemos de festivales, ¿cambiará la relación del teatro con ellos?
-En cuestión de festivales trataremos que haya armonía. Hay una necesidad de coordinación entre los mismos festivales, muchas veces -no solo por la situación actual- se solapan en cuanto a fechas y en cuanto a contenidos algunos pueden tener una cierta similitud. Hay que hacer un trabajo colectivo, sentarse y planificar. También, incluso, sería interesante que podamos adelantar la coordinación y poder pedir a determinados festivales que traigan alguna propuesta en el marco del evento, porque al final lo va a asumir este espacio. Me gustaría trabajar con antelación para que tenga armonía con la programación. Hay que pulir muchos detalles.
-Aunque todavía no se ha constituido el consejo de programación, previsiblemente convivirá con él en el futuro, ¿Qué le parece esta fórmula?
-La veo muy interesante. Puede haber una coordinación no solo de los espacios sino de cara a lo que suceda en la ciudad, también de los festivales que hablábamos. Es una oportunidad en dos sentidos. Primero, para implicar a profesionales del sector y asociaciones y, por otra, con respecto a la recepción de propuestas. Si lo canalizamos es más fácil que no haya dispersión.