MADRID (EFE). El Tesoro Público español celebra mañana martes una subasta de deuda a corto plazo, cuyo objetivo de captación aún no ha detallado y que esta vez es de Letras a 3 y 9 meses, logradas ya el 35 % de sus necesidades de liquidez anuales y en medio de las turbulencias que viven los mercados.
Se trata de otra puja de títulos a corto plazo, que los analistas prefieren últimamente frente a las denominaciones más largas, que exigen un mayor grado de confianza en el futuro y que en los últimos meses se han saldado en numerosas ocasiones (las cortas) con intereses negativos.
Para algunos analistas consultados por Efe, esto se debe a varias razones, entre ellas que el mercado atraviesa un buen momento de liquidez, y los inversores necesitan un sitio donde colocarla, por lo que incluso están dispuestos a "pagar" por su inversión.
En concreto, en la subasta de Letras del pasado martes, aunque era más bien a medio plazo, a 6 y 12 meses, el Tesoro logró colocar 4.606,8 millones de euros y con intereses negativos, aún más que en las subastas precedentes.
El analista de XTB Javier Urones recordó que se trataba de la primera subasta de esas denominaciones celebrada en España después de que Banco Central Europeo (BCE) anunciara un nuevo paquete de medidas de estímulo, hace más de un mes.
No obstante, antes de eso, el Tesoro ya conseguía financiarse más barato, y en el caso de las Letras, incluso a intereses negativos, lo que prueba la confianza de los inversores, que no se desaniman por las turbulencias del mercado ni por la inestabilidad política generada en España por la ausencia de Gobierno.
También será esta la primera subasta desde que la agencia de calificación de riesgo crediticio Moodys asegurara que el incumplimiento del objetivo de déficit por parte de las comunidades autónomas en 2015 (1,66 % del PIB frente al 0,7 %) refleja "la incapacidad del Gobierno" para hacerles cumplir las leyes que les obligan a contener el gasto.
En un informe publicado esta semana, la agencia dice que aunque el Gobierno cuenta con el marco legal para prevenir el desequilibrio presupuestario de las regiones, no ha tomado ninguna medida en ese sentido, lo que indica que el control del Ejecutivo central es "más débil de lo inicialmente esperado".
Ante esta situación, Moodys pronostica que las autonomías se volverán a desviar en un punto porcentual del objetivo comprometido para 2016 (0,3 % del PIB), ante la ausencia de nuevas reformas estructurales significativas.