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al otro lado de la colina / OPINIÓN

El triunfo de los Marx

Podríamos perfectamente cambiar el título de este artículo por, como la amoralidad y la violencia triunfan en nuestros días

2/04/2022 - 

VALÈNCIA. Parece claro que los Marxistas, tanto los seguidores de Groucho como de Karl, están de enhorabuena, la Historia parece que les está dando la razón; esperen, esperen, los furibundos antimarxistas (si es que aún quedan) por favor no apaguen todavía el dispositivo electrónico de lectura, ni tampoco aquellas jóvenes generaciones que desconocen los significados y matices de la afirmación anterior, después de tanta reforma educativa mentalmente castrante, déjenme explicarme.

Algunos conocerán la célebre frase de “la violencia es la partera de la Historia” de Karl Marx, aquel ideólogo representante del hetero-patriarcado, o macho alfa que se dice hoy, que vivía a costa de su mujer la Baronesa Jenny von Westphalen y con la que tuvo siete hijos (perdiendo 4 en su infancia por penurias económicas), a la par que reclamaba la liberación de los más débiles y oprimidos, ya saben aquello de “haz lo que te digo pero no lo que yo hago”. Esa violencia que identificaba la podemos ver más presente que nunca, si cabe en nuestro tiempo, tanto en el micro como en el macro cosmos social.

Estos últimos días hemos sido testigos de un pequeño hecho, pero con gran repercusión mediática, en uno de los eventos con más altavoces posibles, la entrega de los principales premios del séptimo arte, cuando una persona abofeteaba a otra, porque está segunda hacia burla públicamente -un chiste- a costa de la enfermedad de la pareja del agresor físico. Porque violencia ha habido por las dos partes, el abofeteador ha utilizado la física y el abofeteado la violencia psíquica, violencia que en ningún caso es justificable, ni para amenizar una entrega de premios con humor facilón, humillando al débil o enfermo, ni para defender a tu familiar enfermo, ¿ o si? en éste último caso, porque el tomarse la justicia por su mano nos puede retrotraer a estadios antiguos de la civilización, antes de que el uso de la violencia fuera privativo o monopolio del Estado como afirmó Max Weber.

Pero claro si hasta el Papa Francisco decía verse tentado a usar la violencia física contra el que se metiera contra su madre: "Es verdad que no debes reaccionar con violencia pero incluso si somos buenos amigos, si insulta a mi madre, tiene que esperar un golpe, es algo normal” al comentar las causas del atentado de Charlie Hebdo, y que tanto revuelo causó. Eso sin entrar a considerar las otras derivadas de la agresión hollywoodiense de lo políticamente correcto, que si la violencia es propia de la masculinidad machista, que si hubieran sido de diferente raza y sexo las consecuencias (y ofendiditos) de la bofetada hubieran sido mucho peores etcétera, etcétera, etcétera. Pero claro en estos días de guerra y crisis post-pandémica todos somos fácilmente manipulables, y caemos tontamente en distracciones que nos evaden de una oscura realidad, poniendo en práctica el manual de gobernante de Nicolas Maquiavelo (que tiene tantos seguidores por nuestra piel de Toro) de distraer al pueblo.

Lo anterior viene como reflejo en lo micro social de la violencia, pero en el macro ¿qué ocurre?, pues estamos viendo en la guerra de Ucrania (y otros conflictos como el Sahara, Palestina, Tibet, Xinkiang, etcétera) un ejemplo claro de como vivimos en un mundo donde los intereses y la fuerza marcan la agenda global. Seguramente cuando llegue el alto el fuego, consecuencia de las negociaciones que actualmente se celebran en Turquía entre las dos partes -Rusia y Ucrania-, veamos como el ejercicio de la violencia (con el resultado de miles de muertes) tanto defensiva como ofensivamente produce sus efectos, y reafirme lo dicho por Carl von Clausewitz “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. Es así como, considerandos morales aparte, la violencia en nuestra Historia es tan inevitable como la enfermedad en el cuerpo humano, y como ésta debe erradicarse en cuanto aparezca del cuerpo social, y si se previene (se debería poner todo el empeño en ello) mucho mejor.

Por otra parte, vivimos unos momentos de gran relativismo moral, llegando al casi nihilismo, donde los propios deseos y la egolatría se imponen a los intereses generales, y donde “el fin justifica los medios” (otra vez Maquiavelo) figura en el ADN de muchos líderes, que parecen repetirnos (leyendo entre líneas y como música de fondo) aquello de "éstos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio” de aquel genio, también del séptimo arte, llamado Groucho Marx, y cuyo humor disparatado y del absurdo, no tenía necesidad de ofender a nadie para hacer reír al público. Porque la cruel hemeroteca es un magnífico espejo donde nuestros responsables podrían, o es más deberían reflejarse, pues de aquel, no invadiré o respetaré la integridad territorial de tal o cual Estado, a lo que está ocurriendo en el frente del Este, o de no formaré gobierno con este o aquel partido o confluencia para tener la conciencia tranquila y dormir mejor, hasta tirarse al monte con ellos a pesar de los pesares, y sobre todo de las víctimas, hay un gigantesco salto al vacío.

Ya ven el cinismo o amoralidad y la violencia campan en nuestros días, pero tranquilos no hay mal que cien años dure, en la Historia de Occidente solo existió una guerra de los 100 años y otra de los 30 años, y pudiera ser que haciendo un poco de Historia Ficción para verano las hostilidades podrían haber terminado. Y llegará -el día después- que recordemos, como ha ocurrido durante la Historia, podría venir unido a un cambio de liderazgos, o incluso de régimen, principalmente para el derrotado, o él que lo parezca, e incluso en ocasiones para el victorioso, no se olviden como Winston Churchill tras vencer en la Segunda Guerra Mundial inmediatamente perdió las elecciones generales, y eso Volodímir Zelensky y Vladimir Putin lo saben y actúan también en consecuencia. Nosotros, o mejor dicho nuestros dirigentes tendrán (si es que Dios les ilumina) intentar gestionarlo, por todas las incertidumbres e inestabilidades que generarán esos cambios; !!!abróchense los cinturones que vienen curvas!!!, o mejor dicho continúan.

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