VALÈNCIA. "La inacción por parte de las administraciones [...] ha supuesto un retraso y un evidente obstáculo para el desarrollo de la ATE en su conjunto". Así trata el Valencia Club de Fútbol de salvar la prórroga del plan urbanístico de Nou Mestalla. El presidente del club che, Anil Murthy, ha remitido a la Generalitat Valenciana las alegaciones para conseguir que la administración autonómica acceda a su petición de prorrogar la Actuación Territorial Estratégica (ATE) cinco años más. Es decir, si en 2015 se firmó el acuerdo para diez años -2025-, ahora el plan se retrasaría hasta 2030.
El escrito, al que ha tenido acceso Valencia Plaza, fue enviado in extremis este lunes -la fecha límite-, no ofrece garantía ninguna y achaca parte de los retrasos acumulados hasta el momento en el desarrollo urbanístico al Ayuntamiento de València y a la irrupción de la crisis del coronavirus. Por ello, el presidente del Valencia considera que los argumentos sostenidos por la Generalitat no son lo suficientemente sólidos para rechazar la prórroga.
Tras la petición de postergar los plazos del club, la Generalitat Valenciana había contestado con la negativa, como publicó este diario, señalando que los sistemáticos retrasos en el cumplimiento de los compromisos eran "imputables al promotor" de la ATE, el Valencia CF. Así pues, la administración rechazaba las excusas esgrimidas por el club, tales como "el infructuoso intento de venta del suelo del viejo Mestalla y, en consecuencia, la falta de financiación para la ejecución de las actuaciones".
Ahora, en las alegaciones, Murthy niega la mayor: los retrasos "no son imputables al club". Y además, reitera "expresamente" la "más firme voluntad de cumplir con los compromisos previstos en la ATE" dentro de los nuevos plazos, marcados por la prórroga que se solicita. Esto es, el presidente del club opina que las actuaciones podrían finalizarse en 2030 y no en 2025 como estaba acordado al principio.
El primer hito o fase, que debía estar concluido en 2018, incluía tres aspectos: la demolición del edificio con dependencias municipales en la Avenida de Aragón; la urbanización del entorno; y la construcción de un hotel, propiedad de Expo Grupo. De esto sólo falta el complejo hotelero. Y por ello el Valencia insiste en que es Expo Grupo el único responsable del incumplimiento -el Ayuntamiento de València también coincide en esto- y que este al principio de la ATE ya había avisado a la administración de que no podría cumplir el plazo. Prueba "irrefutable", para Murthy, de que todas las partes conocían que dicho compromiso dependía únicamente de la empresa hotelera y no del club.
Sobre lo que más tela hay que cortar es la segunda fase, cuyo plazo límite acaba este mes de agosto, pues aquí los incumplimientos parecen más claros. Para 2021, el club se había comprometido con cinco puntos: la urbanización del entorno del Nou Mestalla, la ejecución de medidas correctoras de los estudios de movilidad, la construcción del nuevo polideportivo de Benicalap, la finalización de las obras del nuevo estadio -paralizadas desde hace más de 12 años-, y el desarrollo del suelo terciario que ostenta en el entorno.
¿Hay algo finalizado de la segunda fase? Lo cierto es que no. Y es aquí donde el club echa balones fuera. En primer lugar, señala la "inacción y demora" y la "falta de cooperación" del Ayuntamiento de València y, especialmente de la concejalía de Urbanismo que ahora dirige la socialista Sandra Gómez -el pasado mandato, Vicent Sarrià-. Se refiere, por ejemplo, a la tardanza de casi dos años en contestar al primer proyecto de reparcelación presentado por el Valencia para avanzar en el -ahora fracasado- complejo inmobiliario de ADU Mediterráneo que pretendía sustituir al antiguo Mestalla, y al que el Valencia fiaba la viabilidad de la construcción del nuevo estadio.
"A fuerza de insistir por parte del club", apuntan las alegaciones, se llevaron a cabo numerosas reuniones y conversaciones con diversos servicios del Ayuntamiento y "no se paró en ningún momento de realizar tareas y acciones para dar respuesta a las dudas planteadas por parte de la administración". A veces, subraya, se solicitaron "sin éxito" encuentros con responsables municipales. También señala que hace tres años que solicitó a la concejalía de Licencias, ahora encabezada por Lucía Beamud -el pasado mandato, por Carlos Galiana- modificar la licencia de obras referente al antiguo Mestalla y tampoco se ha recibido respuesta.
Con todo, en el Ayuntamiento siempre han recordado que la actuación inmobiliaria que preparaba el Valencia junto con la gestora de cooperativas ADU Mediterráneo era ajena al cumplimiento del convenio con la Generalitat y el Ayuntamiento. Esto es, que se trataba de la vía elegida por el club para financiar al menos parte de las actuaciones del plan urbanístico, pero formalmente en ningún caso esto influía en los plazos acordados con la administración.
Otro de los aspectos en los que el club subraya que sí ha avanzado es el polideportivo de Benicalap: se presentó un anteproyecto al consistorio, y la concejalía de Deportes, liderada por Pilar Bernabé, solicitó mejoras irrenunciables, que la pasada semana fueron remitidas al Ayuntamiento "para su validación". Por todo ello, Murthy subraya que el Valencia Club de Futbol "ha avanzado considerablemente en las obras necesarias" de la fase II, pese a que, en la práctica, es el polideportivo lo que más avanzado está y tiene visos de ser una realidad.
El presidente del Valencia arguye que las actuaciones que quedan por hacer están todas ellas "íntimamente relacionadas" y que afectan tanto al antiguo Mestalla como al nuevo. Por ello, insiste, si "por los motivos señalados" no recibe la licencia de obras para construir el Nou Mestalla, eso "hace imposible para el club siquiera plantearse la posibilidad de demoler el actual estadio [...] por motivos obvios". Todo pese a la "intención del club de continuar realizando las actuaciones precisas", pero sobre "nuevos plazos".
A juicio del club, también hay que atender el "enorme impacto económico y la paralización o imposible normal desarrollo de actividades empresariales" que ha conllevado la irrupción de la pandemia de coronavirus. Murthy se escuda en informes de consultoras y LaLiga referentes al impacto de la covid en el fútbol español y otro elaborado desde el club donde muestra la afección en su actividad. El perjuicio es "innegable", resalta.
Con motivo de la paralización de plazos administrativos, la Generalitat Valenciana ya postergó 79 días naturales la fecha límite para cumplir con la segunda fase, pero el Valencia lo considera insuficiente porque tal prórroga no corresponde "a las especiales circunstancias que rodean el complejo desarrollo de la ATE, cuyo impacto es a día de hoy incuantificable con exactitud tras más de un año y medio de pandemia mundial". Pero eso sí, incide, todo ello "no puede ser imputable al club".
Este imprevisto ha hecho "imposible" para el club, dice Murthy, continuar con las negociaciones con "varios inversores" interesados en comprar los terrenos del viejo Mestalla, pese a que la administración ya ha rechazado este argumento al considerar la vía de financiación de las actuaciones independiente del cumplimiento de los plazos de la ATE. Con todo, el club machaca sobre el perjuicio económico del cierre del estadio desde 2020 con motivo de la crisis sanitaria.
Así pues, asegura el presidente del Valencia que les resulta "imposible" presentar un proyecto económico viable para acometer las actuaciones de la ATE antes de 2025 "debido a la absoluta imposibilidad de obtener financiación bancaria [...] a raíz del contexto económico actual". También asevera que el club ha hecho "importantes esfuerzos" por reducir la deuda del club en un 50% desde la entrada de Meriton en el accionariado, en 2014, para poder endeudarse más tarde y acabar así el estadio. Pero la covid, se excusa el club, lastró todo.
Es al final de la misiva cuando Murthy lanza la última petición al considerar que la prórroga hasta 2030 de la ATE "daría el margen suficiente" para que la situación económica del club mejorara y le permitiera "acometer la totalidad de las actuaciones inmobiliarias previstas en la ATE dentro de los nuevos plazos solicitados".
Tras las alegaciones presentadas por el club, la Conselleria de Economía, que dirige Rafa Climent, tendrá que tomar una decisión definitiva: o accede a la prórroga de los plazos o rechaza la solicitud. Ahora bien, ¿el rechazo de la prórroga de la ATE implica la anulación de la misma? No. Se trata de dos procedimientos diferentes.
La administración, en este caso, se limita a responder a la solicitud realizada por el club de una prórroga de los plazos en la actuación. Y la única implicación que tiene el rechazo de la Generalitat Valenciana en este caso es que los plazos se mantendrían intactos: en agosto de 2021 finaliza parte de la segunda fase; en 2023, la otra porción; y en 2025, la tercera fase y la actuación en sus términos generales.
Otra cosa diferente es la anulación, a la que aspira el sector socialista del Gobierno valenciano, tanto la Conselleria de Territorio que encabeza Arcadi España como la concejalía de Urbanismo de València, liderada por Sandra Gómez. La anulación de la ATE dependerá de otro procedimiento que se abra, en su caso, el próximo mes, bien a instancias de uno de los departamentos de la administración o bien tras el requerimiento de un privado.