El festival se idea con una triple identidad para aprovechar su infraestructura: un día de música urbana, especialmente enfocada a un público joven, una segunda jornada ligada a la electrónica y con especial atención a los dj’s valencianos de los 80 y 90 y un último día con música en directo pop y rock
VALÈNCIA. La empresa del dj y empresario Vicente Ferrer ha dado un paso al frente para ser la baza valenciana que ocupe el nicho de los festivales en la ciudad. Desde la promotora VFV, la empresa ya ha lanzado un primer mensaje para anunciar la celebración del Valencia Music Experience, un festival veraniego con una triple vertiente. El anuncio provocó un desmentido por parte de la Marina este lunes, que quiso distanciarse de la concesión del espacio para los días 6 al 8 de julio de 2018. Sin embargo, desde la organización hablan de “un malentendido, ya que lo único que tenemos es la confirmación de que han recibido la propuesta, que tienen las fechas disponibles y que esperamos la respuesta afirmativa, aunque esos permisos definitivos nunca llegan hasta justo antes de la celebración del festival”.
Más allá de los conflictos a partir de la Ley de Espectáculos y la mesura de la Marina para que los eventos cumplan con las ideas de su plan estratégico, lo cierto es que la promotora ya se ha puesto en marcha para lanzar un festival ambicioso. Tres días con tres públicos diferenciados: el viernes, con música urban que estaría muy próxima a estilos como el hip hop y el trap y al público más joven; el sábado, con un festival de música electrónica que abarcaría por un lado a los grandes dj’s valencianos de los 80 y 90 además de a algún artista internacional que podría hacer su fecha única en España en València (según la organización); por último, un domingo reservado a los conciertos en directo de pop y rock en lo que se asemejaría a un festival indie más convencional.
El hecho de la reunión de los popes valencianos de las discotecas de los 80 y 90 en el entorno de València parece uno de sus rasgos diferenciales. Frente a la propuesta del Marenostrum Xperience o del festival de éxito I Love 90’s, más que una aparición ocasional de estos dj’s fundacionales, la idea es la de darles un entidad superior. Un espacio que también tiene relación con el revisionismo de la Ruta y la consolidación de una idea de remember mucho más plural durante los últimos años, con la publicación de los libros ¡Bacalao! Historia de la música de baile en València (Luis Costa; Editorial Contra) y la reedición de En Éxtasis (Joan Oleaque; Barlin Libros).
“Creemos que todavía hay un hueco en la ciudad para un festival que dé cabida a todos estos estilos con una gran producción”, apunta Javier Ruiz, portavoz del proyecto. Los primeros nombres de artistas para el festival llegarán “a partir de la segunda quincena de noviembre”, según él mismo. Aunque habrá entradas de día, “también habrá un abono con precio competitivo”. Esa idea de poder vivir los tres días de experiencia musical también se aúna con las actividades paralelas que han propuesto y todavía han de pactar con la Marina, aunque ya está decidido que el espacio solicitado por la promotora es el de la Marina Sur.
Poco más se sabe del festival que todavía ha de esperar a que la Marina preconceda su espacio y fechas para el mismo. Más allá de los pagos del alquiler, fianza y permisos últimos derivados del control por parte de la Generalitat y el Ayuntamiento, la productora está convencida de ocupar un espacio que coincide en fechas con el Marenostrum Xperience. El festival de música electrónica que se ha celebrado durante los últimos cuatro años en València no ha movido ficha por el momento con respecto a su reedición en la Marina. Pese a que este diario ha preguntado a sos propietarios si se reeditará el festival en 2018 en València, todavía no hay una respuesta en firme al respecto.
Lo que sí comunica desde hace meses el propio Marenostrum son sus dos fechas para 2018: 8 y 9 de julio. Fechas que coinciden con la nueva propuesta, aunque se desconoce si se ha solicitado ocupar la Marina Sur, si se optará por un espacio distinto a la ciudad de València o incluso a la provincia. En cualquier caso, el movimiento sirve para intuir la presión por la consolidación de un gran festival en el verano, en València y antes del mes de agosto. Cabe destacar que Ramon Marrades, director estratégico del Consorcio 2007, el organismo que coordina la gestión y explotación del entorno de la Marina, ya advirtió que a lo sumo acogerán “dos o tres macrofestivales” a lo largo del año.
Ambos festivales coincidirán en el calendario, desarrollando dos modelos opuestos filosófica y musicalmente
