El otro día en la revista Plaza –en los quioscos desde este sábado– le preguntábamos a Joan Baldoví sobre el papel de Compromís en el Congreso y si los cuatro diputados de su formación van a votar siempre a favor del Gobierno de Sánchez a cambio de nada, tras apoyarle incondicionalmente en la moción de censura. Y dijo que no, que por ejemplo votaría en contra de los Presupuestos si "maltrataban" a los valencianos. Hasta ahora a lo más que han llegado es a votar en blanco.
A propósito del lamentable espectáculo de la renovación del Consejo de Administración de RTVE –peor que el de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació, que ya es decir–, el senador de Compromís Carles Mulet dijo durante el debate que es igual de preocupante que el PP "y sus satélites de extrema derecha" hayan presentado una lista de candidatos "sin pactarla con nadie", como que el PSOE, Unidos Podemos y PNV hayan presentado una candidatura "sin informar y sin intentar pactar con nadie". Hablaba Mulet de la lista de cuatro candidatos para el Consejo propuesta por el Senado, pero lo mismo vale para la del Congreso –seis personas–, aprobada 24 horas antes.
La queja no se ajusta a la realidad de lo ocurrido, porque PSOE, Unidos Podemos y PNV sí han intentado y conseguido pactar con alguien. Primero pactaron PSOE y Unidos Podemos entre ellos, pero cuando Pablo Iglesias intentó oficializar vía Twitter el nombre del nuevo presidente de RTVE le tuvieron que recordar, el primero el PNV, que esas cosas hay que hablarlas, léase pactarlas, léase do ut des. Así que hablaron con el PNV y propusieron los tres una lista conjunta que incluía un candidato a propuesta del grupo vasco –¡vamos para bingo!–, "sin informar y sin intentar pactar con nadie" más.
Se enfadaron los demás (ERC, PDECat, Compromís, etc), lógicamente, y tumbaron la propuesta en primera votación. Compromís votó en blanco. En la segunda, dos días después, ERC y PDECat votaron a favor tras pactar algo testimonial pero políticamente muy importante, como es el compromiso de que haya un "diálogo sin límites" entre Pedro Sánchez y Quim Torra este lunes en La Moncloa.
Y se aprobó la lista con 177 votos, uno más de los necesarios, con el apoyo también de Compromís, que al día siguiente y por boca de Mulet seguía criticando que PSOE, Unidos Podemos y PNV hubiesen actuado "sin informar y sin intentar pactar con nadie". Como cuando los ingleses decían "el continente está aislado", aunque ellos lo decían en broma y Mulet en serio.
Pensará el lector que no iba Compromís a pedirle al PSOE, a cambio de su voto, una promesa de reforma del modelo de financiación autonómica, que nada tiene que ver con RTVE. Así es, aunque el "diálogo sin límites" sobre la independencia de Cataluña excede también la cuestión audiovisual y nadie ha criticado que se mezclen.
Pero sin salir de la televisión, resulta que en las últimas semanas el Gobierno de Pedro Sánchez y el Grupo Socialista –de la mano de José Montilla, expresidente catalán– han rechazado por dos veces en el Senado autorizar el multiplex que permitiría –eso dicen– las emisiones de TV3 en la Comunitat Valenciana y de À Punt en Cataluña. Lo pidió Compromís, que cree que con el segundo multiplex para los valencianos, que sí tiene Cataluña porque lo supo negociar en su día Pujol, podríamos ver la que consideran 'BBC' de habla catalana. Pues ahí lo tienen, si quieren que TV3 le haga la competencia a À Punt, solo tienen que pedírselo a este gobierno que cambia votos por asientos en el Consejo de RTVE o por diálogos sin límites sobre la independencia de Cataluña.
Bonig
Isabel Bonig se ha quedado a medias en su apoyo mal disimulado a Soraya Sáenz de Santamaría y eso le puede pasar factura. Si hubiese hecho como su homólogo andaluz, la victoria de la exvicepresidenta en las primarias habría sido más clara y quizás la segunda vuelta sería un trámite. Ahora es muy probable que gane Casado, que sabe que la valenciana que le ha apoyado se llama Belén Hoyo. Y aunque ganase Santamaría, no sería gracias a Bonig, a no ser que esta eche el resto para la segunda vuelta. Por resumir, nadie tiene nada que agradecerle, de momento. En política los favores se pagan, y los desfavores, también.
Ábalos
El otro día acudió el flamante ministro de Fomento, José Luis Ábalos, al Palau de la Generalitat a ver a Ximo Puig –gran actuación de ambos, parecían amigos en lugar de compañeros de partido– y dijo dos cosas destacables. Primera, que nadie espere "trato de favor" del Ministerio de Fomento hacia la Comunitat Valenciana por ser el ministro valenciano. Eso es, efectivamente, muy valenciano. Al día siguiente nombró presidenta de Puertos del Estado a una canaria, desoyendo las peticiones políticas y empresariales para que fuera un valenciano.
La segunda, que "la Comunitat Valenciana liderará el proyecto político del Corredor Mediterráneo de la mano del president de la Generalitat, Ximo Puig". Una hábil manera de descargar –o repartir– la responsabilidad de los futuros retrasos en quien hasta ahora no ha hecho más que quejarse.