CASTELLÓ. El aforo es, habitualmente, un instrumento eficaz para conocer la dimensión de la campaña citrícola y sus actores lo utilizan para gestionarla. Y eso es, precisamente, lo que ha tratado de hacer el lobby citrícola mundial con el informe sobre el hemisferio norte que recientemente ha hecho público en el foro convocado al respecto. Al menos así lo denuncian diferentes voces del sector en España.
Según el documento de la World Citrus Organisation (WCO), para la campaña que acaba de arrancar se espera un incremento de la producción citrícola en el hemisferio norte del 12,2% hasta alcanzar prácticamente los 29 millones de toneladas. Ambas cifras podrían ser perfectamente plausibles... de no ser por algunos condicionantes. Y hay quien lo apunta directamente: "El aforo de la WCO está inflado", señala sin ambages el secretario general de La Unió Llauradora, Carles Peris.
Para comprender estas palabras hay que ir al detalle. En una temporada en que España repetirá prácticamente la producción de la anterior (que ya fue baja) con 5,75 millones de toneladas, según la predicción del Ministerio de Agricultura, el crecimiento viene dado, fundamentalmente por dos zonas, siempre según la WCO: Turquía y Egipto. Y, aunque los actores reconocen que ambos países aumentarán producción, las tasas son difícilmente creíbles.
Especialmente complicado es que se dé el incremento que el lobby citrícola mundial estima para Turquía. En un solo año, este país pasaría de 4,5 millones de toneladas a más de 6,5 millones, con un alza del 45%. Y no solo eso, sino que la cifra "podría llegar a superar los 7 millones de toneladas", señala la WCO en su comunicado.
Es cierto que en la campaña pasada una gran helada en marzo redujo la cosecha de naranjas (no así de mandarinas), pero los 6.500 millones de kilos suponen 1.100 millones más que en la mejor campaña turca, la 2021/2022... y las plantaciones no han experimentado un crecimiento destacado, tal y como recogen los informes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), un referente para el sector.
Además, para producirse un incremento de este tipo, los árboles deberían haberse recuperado de forma excepcional de la helada de hace año y medio; por no hablar del terremoto de marzo de este año, que fue "especialmente devastador" para la provincia de Hatay, en la costa mediterránea, donde "se producen la mayor parte de las mandarinas de Turquía", según recoge el último informe del USDA sobre los cítricos turcos.
De esta manera, y siempre desde la perspectiva de que ninguno de los datos procede de fuentes oficiales (ni siquiera el de España -donde la WCO prevé 5,9 millones de toneladas- coincide con el del Ministerio), es más que complicado que el incremento pueda ser de ese 45% para Turquía. Eso sí, desde el sector señalan que este país crecerá en tonelaje y, con la escasa producción estatal prevista para esta temporada, "podría superar a España".
Desde el sector quitan importancia a este hecho (en los últimos años ya se viene hablando de esta posibilidad, aunque se preveía que la caída del primer escalón fuera por culpa de otro gran productor, Egipto) y destacan que, en cuanto a exportación "España no tiene rival, somos el referente".
Y ahí es donde muy posiblemente radique la clave del aforo para el norte del planeta que ha elaborado el lobby citrícola mundial: el acceso a los mercados. En una campaña corta en producción, que ha arrancado bien en cuanto a precios y en la que productores y comercializadores estatales pueden tener una buena posición para situar su producto en los lineales; y con las dificultades de Sudáfrica para enviar fruta al Viejo Continente (por el tratamiento en frío para su naranja y las continuas interceptaciones de partidas con mancha negra, que tantas críticas reciben desde España), no debería extrañar que los exportadores sudafricanos (a través de la WCO, que fundaron) intenten favorecer a sus colaboradores del norte de Europa, los importadores de Holanda y Alemania.
De hecho, el director general de la asociación de exportadores de Sudáfrica, Justin Chadwick, además de colgar diferentes publicaciones sobre el aforo, en los últimos días ha publicado en su perfil de X una noticia para criticar el incremento de precio que los cítricos españoles han experimentado en Europa, del 48%, en esta campaña.
De vuelta al aforo, Peris remarca que el "escandaloso" incremento de Turquía no es el único que no le cuadra. Así, el aumento previsto en Marruecos tampoco casa con las cifras que han recogido en La Unió sobre el país alauí, unos datos que tienen más contrastados y que apuntan a "una bajada de producción".
Otras voces del sector también alertan del alza en Egipto. Y es que, aunque en la tierra de los faraones se están plantando muchos cítricos, hasta ahora prácticamente era un monocultivo de naranja y para la campaña ahora en curso la WCO prevé 1,3 millones de toneladas de mandarinas, "con un crecimiento de doble dígito".
Con estos condicionantes, al final serán los mercados los que determinarán si la predicción es acertada o desaforada... y así lo recogerán los informes del departamento agrario norteamericano.