La portavoz de la Junta de Gobierno, Inma MoraELCHE. En un ya lejano 2016, el anterior equipo de gobierno, con el exalcalde Carlos González, se ponían como objetivo el regreso del busto íbero a la ciudad ilicitana. Un retorno que había ocurrido por última vez en 2006 y de forma excepcional porque el Museo Arqueológico Nacional (MAN) se encontraba de reformas. Una oportunidad que el entonces Ejecutivo volvió a remover, intentando un infructuoso traslado con distintos ministros, Íñigo Méndez de Vigo, del PP, y el resto del PSOE, José Guirao, José Manuel Rodríguez Uribes y ahora Miquel Iceta. Un toma y daca constante de negativas, puertas medio abiertas y directamente cerradas, que ha llegado hasta ahora. Con el Ejecutivo de PP y Vox se repite de nuevo la situación reciente con PSOE y Compromís: informe negativo, preocupación por el estado del busto y solicitud de reunión al ministro de Cultura.
Desde que se empezó a remover de nuevo el asunto del busto íbero —ya insistían desde el Compromís de Mireia Mollà antes de entrar al gobierno municipal en 2015—, siempre en el debate de fondo con la descentralización o no de la cultura y el patrimonio del Estado, prácticamente todas las administraciones pertinentes se han sumado. El propio Ayuntamiento y Generalitat crearon una comisión en 2016 para atraer el regreso de la Dama, y desde entonces, ambos niveles lo han venido reivindicando. También ahora con el cambio de gobierno con PP y Vox. Ya Carlos Mazón ofrecía hace escasos meses la Diputación como medio tras el éxito de los guerreros de Xi'an en el Marq.
En medio, negativas constantes del Gobierno, también en el Senado con preguntas periódicas de Compromís, que es quien más ha apostado por el regreso definitivo, y que rascó una declaración conjunta, el Pacte de L'Alcúdia, para el compromiso de la corporación a luchar para traerla. O declaraciones tibias o genéricas desde el Ministerio, que incluso acabaron en alguna dimisión de altos cargos por su oposición a "desmembrar" la colección del MAN. Finalmente, a pesar de las negativas, el anterior bipartito insistía en el regreso, y el PP, que no había votado a favor del traslado en el Senado en anteriores ocasiones, se venía sumando en los últimos tiempos, en la oposición, con Pablo Ruz llevando la iniciativa, y ya como alcalde planteando un calendario de estancias el pasado julio.
Cual obra de Nietzsche, Elche se encuentra ahora en una suerte de 'eterno retorno'. Difícil seguir en la hemeroteca por los constantes ríos de tinta —y una reforma del Mahe en medio con el regreso como primer pretexto—, las idas y venidas del asunto. Pero se puede decir que el actual bipartito se encuentra en el mismo punto al que llegó el anterior: en enero de 2022 se dijo que un informe no aconsejaba el traslado, el gobierno local se mostró preocupado por el estado de deterioro pidiendo reuniones ministeriales; Compromís preguntó por qué ese estado y el mantenimiento, y en febrero se comprobó que no había novedades a nivel de estudio. Se había manifestado el rechazo en base a uno realizado en 2005, también peligro por las sales y alteraciones medioambientales, que por otra parte no impidieron su traslado, por decisión última política, en 2006.
Hechos por los que se pidieron reuniones a Iceta, exigiendo luces y taquígrafos que llegaron hasta marzo de este año. Ahora, a diferencia de 2021 y 2022, sí hay un informe científico realizado, taxativo, que advierte de riesgos en distintos aspectos, para cualquier traslado, tanto de la Dama como de las otras dos piezas. El nuevo gobierno pide conocer hasta qué punto es concluyente, y muestra su voluntad de seguir peleando por la cesión temporal. Eso sí, no siendo su único discurso sobre patrimonio, como ha implementado en las últimas semanas con pequeñas actuaciones y gestos. Ahora bien, en lo que respecta al busto íbero, ¿qué? El punto al que se ha llegado es el mismo. Un auténtico símbolo local, no el único, que se ha convertido en una reivindicación política de primer nivel desde hace años y que de momento lleva a un callejón sin salida. Quizá, salvo un cambio en el Ministerio de Cultura.
