ALICANTE. La empresa de toldos, persianas y cerramientos Gaviota Simbac, con sede en la localidad alicantina de Sax, aprovechó el auge de las reformas durante el año de la pandemia para lograr no solo mantener sino mejorar ligeramente sus magnitudes económicas en pleno 'vendaval covid'. Pese a lo complicado del año en términos macroeconómicos, el 'gigante' de los toldos (con permiso de Giménez Ganga, la otra gran empresa de Sax dedicada al mismo sector) elevó ligeramente su volumen de negocio y su resultado.
Según recogen las cuentas consolidadas del Grupo Gaviota, que incluye en su perímetro las distintas sociedades de la firma en España y una veintena de filiales o participadas en todo el mundo, la empresa de la familia Guillén facturó en 2020 algo más de 107,5 millones de euros, un 1,1% más que el año anterior a la pandemia (106,3 millones de euros). El informe de gestión explica que, pese al confinamiento de marzo y el mal segundo semestre en general, el grupo "se ha beneficiado del efecto refugio" en sectores como hogar y reformas.
De hecho, explica el informe, "el efecto refugio ha afectado de forma positiva a su actividad sobre todo durante el segundo semestre del ejercicio tanto en el mercado nacional como prácticamente en todos los mercados con presencia internacional". Así, el grupo Gaviota no solo mejoró su volumen de negocio, sino su resultado de explotación (11,6 millones) y el Ebitda (15,97 millones) de las operaciones recurrentes, lo que se tradujo en un resultado neto al cierre del año también superior al de 2019: se anotó un beneficio de 4,75 millones, casi un 3% más.
Las perspectivas que maneja el grupo de Sax para el ejercicio en curso son también positivas, curiosamente también gracias a la influencia de la pandemia en las tendencias del mercado. "Nuestra expectativa para el ejercicio 2021 es de un fuerte incremento en ventas prácticamente en todos los mercados resultado de la gran demanda en el acondicionamiento de espacios exteriores que tendrá una buena repercusión en los resultados del grupo". Gaviota no espera así que se produzca una relajación de la demanda "mínimo hasta 2022 una vez está consolidada la inmunidad de rebaño".
Para aprovechar de esta manera la pandemia como una oportunidad de negocio, ha sido clave la internacionalización de Gaviota, trabajada en los últimos años con la apertura de filiales o adquisición de empresas en distintos países. De hecho, los países del norte de Europa, que salieron del confinamiento antes que España y donde el efecto refugio de la vivienda fue más acusado, marcaron la tendencia de hacia dónde debía dirigir su actividad la empresa. La firma facturó 79 millones en Europa y 28 en el resto del mundo.
La buena marcha de la empresa tanto en el mercado nacional como en los internacionales se dejó sentir también en el empleo generado. En un contexto en el que muchas empresas se vieron abocadas a aprobar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo por la caída de actividad o a acometer despidos, el grupo Gaviota cerró el ejercicio con 678 empleados (130 mujeres) frente a las 651 personas con las que despidió 2019.