VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València aprobó el pasado pleno un nuevo reglamento del pleno municipal que limitaba las preguntas y mociones que podían hacer los grupos municipales. Una medida que ha recibido múltiples críticas de la oposición, que incluso la ha llegado a considerar una "cacicada". No lo ve así la concejala de Transparencia y Participación, la socialista Elisa Valía (València, 1983), quien critica que "muchas veces" la "estrategia de preguntas" de la oposición "responde a un intento clarísimo de colapsar servicios" y la acción de gobierno. "No podemos paralizar servicios porque hay grupos políticos que tienen entre sus estrategias acribillarnos a preguntas una y otra vez para desgastar al gobierno", asegura la edil.
Su concejalía también se encuentra en plena redefinición de los presupuestos participativos DecidimVLC tras seis ediciones. "Lo más relevante es que va a ser edición bienal", destaca Valía, y la concejalía va a "ver qué zonas han recibido poco en los últimos seis años y poder dedicarles una parte exclusiva de los 16 millones de euros". También está sobre la mesa el nuevo reglamento de Participación, cuyo borrador redactó se redactó el pasado mandato, cuando el departamento lo dirigía València en Comú, y sobre el que los socialistas tenían algunos reparos.
Sobre estas y otras cuestiones la edil se sienta a conversar con Valencia Plaza.
- Se ha aprobado una modificación en el reglamento del pleno que limita las preguntas y las mociones a la oposición. ¿No es esto un obstáculo para la fiscalización del gobierno?
- Se ha hecho un trabajo previo de estudio sobre los reglamentos de otras ciudades españolas. Con todos ellos, seguimos siendo los más permisivos en el número de iniciativas que se pueden presentar. Pero esto va a ser bueno para la ciudad: muchas veces vemos que se presentan iniciativas similares en todos los plenos. Hay cuatro o cinco temas que salen en todos los plenos y se reproduce el mismo debate una y otra vez. La oposición presenta mociones repetitivas.
En cuanto a las preguntas, muchas veces, y lo digo por experiencia, la oposición pregunta cosas que están ya en los expedientes. Yo no contesto ninguna pregunta sobre información que es pública o a la que tienen acceso los concejales en los expedientes. Al final, nos hacen realizar un trabajo extra para liberarse de él. Hay que poner un poco de orden: no podemos paralizar servicios porque hay grupos políticos que tienen entre sus estrategias acribillarnos a preguntas una y otra vez para desgastar al gobierno y ralentizar la acción del gobierno.
- Si el PSPV acaba en la oposición, también deberá someterse a estos límites.
- Sí, pero son suficientes para hacer una buena labor de oposición. Hay que tener en cuenta que la oposición puede preguntar en las juntas de distrito, en las comisiones y en el pleno. Tienen muchos foros donde se puede hacer acción de fiscalización. Pero no puede ser que un pleno tras otro tengamos los mismos temas encima de la mesa. La oposición no sólo significa sentarte a criticar, sino también a proponer. Si sólo coges tus cuatro temas estrella y los machacas, a la ciudad no le haces ningún favor y entorpeces el buen funcionamiento de un órgano como es el pleno.
- Hay datos que no son públicos y, para ver su evolución, es preciso conocerlos mes a mes. Por ejemplo, licencias en marcha.
- Probablemente, cuando avancemos en la publicación de datos abiertos y en la publicidad activa, cada vez será menos necesario preguntar algunas cosas. Muchas veces nos preguntan cosas publicadas en la web, pero yo no tengo por qué hacer el trabajo de la oposición. Muchas veces, su estrategia de preguntas responde a un intento clarísimo de colapsar servicios y nuestra acción. Probablemente tengan que hacer una mejor oposición: no es cuestión de cantidad sino de calidad. No plantean debates nuevos y no aportan absolutamente nada.
En el último pleno, el PP presentó una moción sobre una afirmación de una asociación filatélica que edita unos sellos sobre el Tribunal de las Aguas y que ha explicado que tiene las sesiones en catalán los jueves. ¡Una asociación filatélica! Que no está en València. Que no le importa nada a la ciudad de València. Si han puesto que es en catalán, que lo cambien porque se hacen en valenciano, fin de la cuestión. ¿Para eso quieren usar una iniciativa? ¿Para traer temas que no importan a nadie? Es una cuestión menor sin impacto en la ciudad, ni en el bienestar ni en el futuro de los ciudadanos.
- Van a cambiar el modelo de los presupuestos participativos DecidimVLC. ¿Cuáles son las principales modificaciones?
- Lo más relevante es que va a ser edición bienal, porque con ocho millones de euros es muy difícil repartir entre todos los barrios porque, si se hace por población, habría barrios con muy poco dinero. Recordemos que son inversiones, no son baratas, y por tanto en algunos barrios no daría para ninguna inversión. Por eso, tras seis ediciones y un incremento del 35% en la participación en las últimas ediciones, hacemos una edición bien para equilibrar lo que ya han recibido los barrios: ver qué zonas han recibido poco en los últimos seis años y poder dedicarles una parte exclusiva de los 16 millones de euros. Está todavía por determinar pero podrían ser dos o tres millones. San Isidro, Monteolivete o Na Rovella son algunos ejemplos.
- ¿Cuáles son los plazos?
- Calculamos abrir la convocatoria después de Fallas.
- La oposición critica en ocasiones la lentitud en la realización de los proyectos elegidos en los presupuestos participativos. ¿Se pretende poner algún plazo de ejecución para estas inversiones?
- Ahora mismo estamos en torno al 85% o 90% de ejecución de todos los proyectos. Es verdad que algunos pueden atascarse porque requieran más trámites o un proyecto técnico más detallado. Pero al final, no tardan más que un proyecto que impulse una concejalía. Son unos plazos similares.
- El pasado mandato, Podemos redactó un reglamento de Participación que quedó en el cajón por discrepancias con el PSPV. Ahora se habrá redactado uno nuevo, ¿en qué punto está?
- Ahora mismo tenemos un borrador, que vamos a someter a una valoración por parte del resto de servicios municipales para que puedan detectar posibilidades de mejora. A partir de ahí, lo presentaremos a entidades sociales y el resto de grupos políticos en un proceso de diálogo. Hay que recordar que estamos trabajando sobre un borrador redactado la pasada legislatura, que ya en su momento se trabajó con muchas entidades. Es verdad que había dos o tres puntos que había conflicto y no existía un acuerdo, pero en el grueso del borrador, estaba bastante claro.
- ¿Qué han cambiado respecto al borrador anterior?
- Hay una diferencia importante que tiene que ver con la composición del Consell Social de la ciudad. Queremos que sea un órgano con potencia y que realmente pueda mejorar la acción del gobierno y el funcionamiento del Ayuntamiento. Por eso creemos que deben tener representación con los consejos sectoriales y también la ciudadanía sin que necesariamente tenga que pertenecer a un colectivo concreto.
- Una de las discrepancias con Podemos era la capacidad de las Juntas de Distrito para elevar iniciativas al pleno. ¿Cómo queda esto?
- No está previsto incluir eso. Tenemos que estar en el marco del reglamento que regula el funcionamiento del pleno. En principio, las Juntas tienen grupos de trabajo que pueden emitir dictámenes o resoluciones. Lo que se busca es que haya un consenso previo para que puedan ser aprobadas y asumidas evidentemente por el equipo de gobierno. Una entidad que trabaja sobre el territorio, en una Junta de Distrito tiene mucho margen de actuación que ahora mismo no se está aprovechando. En las Juntas de Distrito se busca alcanzar consensos.
De lo que se trata es de favorecer la participación y la movilización de la ciudadanía. Si una entidad tiene una propuesta, puede llevarla a la Junta de Distrito y conseguir un consenso con el resto de entidades -vecinos, comerciantes, fallas, AMPA, etc-. Y luego las resoluciones se notifican al órgano correspondiente.
- La Generalitat ha rechazado que Benimàmet sea entidad local menor al no cumplirse la ley en la petición. Quizá una manera de darle más autonomía, igual que a otros territorios, sería con una estructura y una organización como tiene Barcelona.
- Se está valorando la posibilidad de introducir cambios que doten a Benimàmet de un poco más de autonomía en determinados asuntos. No es fácil el encaje porque las juntas municipales de València no están concebidas como las de otros sitios. Hay que tener cuidado cuando se toman ejemplos de otros sitios. No siempre lo que funciona en un sitio, ha de funcionar en otro. El tamaño de Madrid o Barcelona es mucho mayor y por tanto parece lógico que allí haya más descentralización. ¿Se podría estudiar? Por supuesto.
No es el objeto de reflexión en el nuevo reglamento de Participación porque no hemos recibido ninguna demanda concreta sobre qué competencia debería estar desconcentrada en las juntas. He recibido opiniones sobre dotarlas de más peso pero nunca vienen acompañadas de medidas concretas que podamos impulsar. Esto demuestra que es un debate complejo para articular y me lleva a una reflexión: ahora mismo hay muchos mecanismos de participación que no están siendo usados en su plenitud. Benimàmet es un caso particular porque tiene un funcionamiento autónomo y un tejido social muy movilizado. Pero en otras juntas de distrito no detecto la necesidad de tener más competencias.
- La Autoridad Metorpolitana del Transporte, de la que forma parte, por fin ha presentado un sistema de integración para el transporte público metropolitano.
- Sí. Todos hablamos de la concepción metropolitana del transporte y lo que ha hecho la Autoridad ha sido enorme, porque la nueva tarjeta va a potenciar esa visión: que cuando cambie de municipio, no tenga la sensación de que estoy cambiando de área. La gente tiene que ver un incentivo en usar el transporte metropolitano.
- En esa línea, ¿no tendría sentido integrar todas las empresas de transporte público metropolitana en una misma entidad?
- Ese es el futuro. No se puede ir de 0 a 100 en año y medio. Primero había que poner en una mesa a los operadores que prestan estos servicios actualmente. Es un hito importantísimo, y el objetivo es integrarlos a todos en una entidad: Ferrocarrils de la Generalitat, Metrobus, Cercanías de Renfe y la Empresa Municipal de Transportes.
- Primero la Generalitat debería asumir las competencias en Cercanías.
- Hay que estudiar el caso concreto de cada una de las líneas, porque en algunas de ellas hay impedimentos para hacer la transferencia de competencias. Son líneas estructurales que sobrepasan el ámbito autonómico. Pero el futuro, evidentemente, es tener la competencia en toda la movilidad metropolitana al margen de los casos en los que no se pueda. Pero en esos casos debería poderse llegar a acuerdos para que el usuario no perciba que está en dos sistemas distintos.