El IVIA investiga en la Plana cómo combatir el trips: prevé los primeros resultados en un año

CASTELLÓ. La irrupción de la plaga del trips de Sudáfrica en cultivos de cítricos de las comarcas de las Plana Baixa y Alta ha puesto en alerta a los agricultores. El Scirtothrips aurantii es un nuevo insecto importado que puede provocar importantes daños en la fruta y la hoja. En junio desembarcó en Alicante y València y en agosto se extendió hasta Castellón. Al respecto, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ya ha iniciado una estrategia cómo combatir esta plaga y prevé tener sus primeros resultados en la próxima campaña, según fuentes de la entidad. 

El área de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura ha detectado de momento, explican desde este departamento, afecciones en las hojas en el caso de Castelló mientras en Alicante y València también ha habido daños en la fruta.  El Consell ya decretó en junio la presencia de la plaga de cuarentena del trips en València y Alicante y adoptó medidas urgentes para su erradicación y control en las parcelas afectadas. Estas acciones se ampliaron en agosto a las comarcas castellonenses.

Este insecto se caracteriza por ser más pequeño que otros tipos de trips ya existentes y por ser complicado su manejo. Ha llegado a través de producción de Sudáfrica y las altas temperaturas de invierno han facilitado su propagación. Ahora, técnicos de la Conselleria de Agricultura y el IVIA trabajan para controlar la nueva plaga. 

Las trampas monocromáticas para localizar al trips puestas hasta al momento por la Conselleria "han funcionado", señalan desde la sección de Sanidad Vegetal, que esperan "estar preparados para el año que viene".

En esta lucha juega un papel clave el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, institución autónoma de la Generalitat encargada de encontrar soluciones para erradicar el trips. Así, ya se ha puesto manos con análisis en el laboratorio y trabajo de  campo en parcelas afectadas, entre otras las localizadas en las Plana Baixa y Alta.

Insecticidas y lucha biológica

Así, el IVIA , por un lado, analiza los aspectos biológicos del trips para ver los tratamientos más adecuados para implementar 

En segundo lugar, aborda las medidas de control químicas, biológicas y agronómicas. En  la parte química se evalúa qué insecticidas o materias activas están autorizadas y son eficaces para combatir el trips. En el control biológico busca los enemigos naturales (otros insectos o microorganismos) que pueden servir para frenar la plaga, mientras en la parte agronómica trata las labores que han de llevar a cabo los agricultores en sus cultivos,

"Es una acción compleja porque estamos ante una plaga nueva", indican desde la organización, que  confía en contar con las primeras conclusiones en un año. 

Recomendaciones de Sanidad Vegetal

En junio, a raíz de la detección del trips en Alicante y València, la Conselleria emitió unas recomendaciones entre los citricultores para minimizar los daños, a falta de que finalice la investigación del IVIA. 

En medidas culturales, aconseja podas equilibradas, con una mejora de la iluminación en el interior de la copa de los árboles o en un buen mojado del mismo, unas acciones que "parece que dificultan la instalación de poblaciones del insecto". 

En la vertiente de la lucha biológica insta a respetar la fauna auxiliar presente en el cultivo al ser un posible depredador. Por su parte, en acciones de control químico se plantea una intensificación de la vigilancia de los cultivos para detectar su entrada lo antes posible, y menciona productos fitosanitarios recomendados para atajar al trips en el cítricos: aceite de naranja, aceite de parafina, etofenprox, spirotetramat, spinetoram, Spinosad y Tau-fluvalinato. 

La presencia de la nueva variante del trips ha soliviantado más si cabe a las asociaciones agrarias, que reivindican a la Unión Europea que refuerce los controles ante las importaciones de Sudáfrica, con más inspecciones en origen y más  tratamiento en frío. La Unió Llauradora o AVA-Asaja advierten que las interceptaciones de productos infectados se suceden e incrementan los costes de los citricultores para hacer frente a las nuevas plagas. En la última campaña lamenta que han crecido un 40%.