CASTELLÓ. La patronal cerámica Ascer tiene este martes una cita trascendental para su futuro en Bruselas. Sus máximos responsables, acompañados por el conseller de Hacienda, Vicent Soler, formarán parte de una amplia delegación del sector que agrupará a otros miembros de la asociación que aglutina a esta industria en Italia, Confindustria Ceramica, además de contar con la presencia de la eurodiputada española, Inmaculada Rodríguez Piñero, y el secretario autonómico para la Unión Europea, Joan Calabuig. ¿El motivo de la reunión?: mostrar el compromiso de la industria azulejera europea en la transición energética emprendida por las autoridades comunitarias, pero para ello, urgen una mayor flexibilidad en las actuales exigencias europeas que permita, precisamente, cumplir con esa pretendida descarbonización.
La reunión de este 25 de enero, la primera gran acción de la industria azulejera en calidad de lobby en Bruselas, sentará por un lado al director general de Competencia, Olivier Guersent, y por otro, a representantes de los gobiernos regionales de la Comunitat Valenciana y Emilia Romagna, en cuyos territorios la cerámica ocupa un valor estratégico para sus respectivas economías. El mensaje que trasladarán al responsable comunitario es el claro compromiso de la industria hacia la transición energética, pero que ésta sea una transición posible para la industria. Para ello, reclaman que Bruselas reconozca los avances que, en materia de descarbonización, han realizado españoles e italianos desde la década de los noventa, con fuertes inversiones que le ha permitido reducir de manera importante sus emisiones de CO2.
A los actuales costes energéticos, con un encarecimiento desmedido al quintuplicarse los precios en el último año, se ha sumado en este último periodo un desbocado alza de los derechos de emisión no exentos de prácticas especulativas, como así ha venido señalándose desde la propia patronal Ascer. Todo ello ha llevado a que estos problemas estén repercutiendo ya de manera notable y directa en la competitividad de las empresas azulejeras castellonenses, con el riesgo que ello supone para la economía y el empleo.
Para Vicent Soler, la reunión de este martes es importante por cuanto es necesario que desde Bruselas se tomen en cuenta las estrategias de emisiones con el proppósito de buscar unas alternativas que favorezcan "una transición factible para poder avanzar en el proceso de descarbonización".
La necesidad de contención en estos derechos de emisión es una de las prioridades expuestas por Ascer para revertir la situación de un sector acuciado por una crisis de costes, que no de demanda. De esta manera, desde las industria cerámica se pretende poner coto a lo que considera la entrada de especuladores en el mercado de CO2 "a los que nada importa la descarbonización ni las políticas verdes", pero cuya actuación ha disparado el precio de estos derechos, que han pasado de los 5 euros por tonelada en 2017 a los casi 80 euros a lo largo del último año.