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VALÈNCIA. Parece que franquiciar, como estrategia de expansión empresarial, está reñida con el concepto startup, más ligado al emprendedor independiente y a proyectos tecnológicos. Sin embargo, hay factores que comparten. En ambos casos se supone que no empiezan a crecer hasta no tener el modelo de negocio probado, buscan la escalabilidad y son replicables en otros mercados. No obstante, su implantación en el mundo startup parece limitarse a los negocios físicos.
Un ejemplo de startups que van como un tiro gracias al sistema de franquicia lo representa Brooklyn Fitboxing, empresa cofundada por el emprendedor Juan Pablo Nebrera. Se trata de una innovadora cadena de centros de entrenamiento deportivo basado en el boxeo que cuenta con más de 50.000 clientes y 130 centros, alrededor de una centena de unidades en España y el resto repartidos por el mundo. Propios solo son 3, pero ello no implica que Nebrera sea un advenedizo en el sector. De hecho Brooklyn Fitboxing es el resultado de diez años de experiencia previa acumulada como fundador de la cadena 30 minutos fitness femenino que llegó a contar también con 30 centros en España.
La crisis sectorial y el desembarco de grandes compañías de gimnasios low-cost, acabaron con el negocio así que optó por montar otro centrado en la especialización y la experiencia de cliente. Claro que para ello hacía falta dinero y, sobre todo, tecnología. De aquí que en la plantilla de Brooklyn los graduados en INEF casi sean menos que los ingenieros informáticos. De ellos depende, entre otras cosas, el desarrollo de la plataforma, los sensores que instalan en los sacos o las estrategias de gamificación. Esto es lo que les ha permitido crear un producto diferencial, 100% propio, que llama mucho la atención a los franquiciados. “La mayoría han sido antes clientes nuestros. No nos ha hecho falta invertir en marketing ni salir a la calle a buscar franquiciados”, suele decir Nebrera, quien se propone cerrar el año con 150 centros den España y una apuesta más arriesgada en otros mercados internacionales.
Wish&Fly es otra startup que se decantó por la franquicia para crecer desde el primer momento. Merecedores del premio de la II edición de los premios Startup Franquicias, la empresa se dedica a la venta de packs de viajes sorpresa al cliente final. También en su caso juega un papel determinante la tecnología dado que disponen de un algoritmo que les permite acceder a una amplia base de datos para conseguir precios más económicos.
“Los modelos más propensos para franquiciar son aquellos que se ajustan a la fórmula de expertise + producto al franquiciado para que replique la empresa original con la misma calidad en producto, servicio y resultados. En ello, es fundamental rodearse de las personas adecuadas, que quieran absorber tu modelo para ponerlo en práctica de la misma manera y le aporten valor añadido con sus figuras profesionales”, sostiene el emprendedor Pablo Sanagustín, CEO del grupo de empresas Nodriza Tech.
Como ejemplo cita el caso de una de sus últimas compañías surgidas dentro del grupo: SportUp. Consiste en un centro de entrenadores personales pionero en Aragón. “El modelo de empresa, equipo y servicio está tan bien procesado que ya son 3 los centros que posee en la ciudad de Zaragoza a pleno rendimiento y con una elevada satisfacción de cliente. El modelo se ha hecho escalable y 2020 es el año de nuestra expansión nacional”, afirma.
También Sanagustín apostó por franquiciar en una de las primeras empresas que fundó, TodoCESPED, con el que se dedicó a adornar jardines de todo el mundo con césped artificial e instaladores propios.
“En 2010, durante nuestro primer año de vida, detectamos un crecimiento exponencial en Cataluña. Ello nos llevó a pensar en una doble fórmula de crecimiento que nos permitiese expandirnos de forma potente y generalizada en el país con recursos asumibles para una empresa joven. Por ello, además de expandirnos con nuestra empresa, decidimos dar el salto al modelo franquicia, un proceso que coincidió con la puesta en marcha del Programa de Franquicias del Instituto Aragonés de Fomento para ayudar a las empresas de la comunidad a franquiciar”, cuenta. A día de hoy, la enseña está presente en Alicante, Madrid, Barcelona, Ibiza, Canarias y Bilbao. “Un esquema que nos ha llevado a tener la consolidación nacional idónea para continuar trabajando a nivel nacional y abrir mercados europeos”.
Todos los referidos se corresponden con un caso de éxito pero, aun así, son más los que se muestran reacios a acogerse al modelo de franquicia que los que la defienden. Razones puede haber muchas, pero esta es la que facilita Jaime Arteaga, socio fundador junto a Diego Pérez, de Do EAT, una cadena con más de 15 restaurantes que opera especialmente en centros vinculados al mundo del emprendimiento, como Google Campus, en Madrid, o el Instituto de Empresa. “Hemos sido tentados por muchas consultoras de franquicia para que nos adhiriésemos a ellas para crecer. El problema es que somos demasiado celosos con la gestión del negocio. Nos da miedo poner en manos de terceros el control de las operaciones y la supervisión de calidad. Queremos crecer deprisa, pero bien”.