VALÈNCIA. Han hecho falta más de veinte siglos del calendario gregoriano para reconocer que la menstruación podía ser un problema. La mayoría de las mujeres ya lo sabíamos, pero ni era tema de buen gusto para conversar ni mucho se podía hacer ante el dictamen de la naturaleza.
Ahora ya no es así. España ha sido el primer país en aprobar la baja laboral por reglas dolorosas y, a partir del próximo año, se aplicará la reducción al 4% del IVA para los productos de higiene menstrual. Empiezan a publicarse también estudios que hablan de la pobreza menstrual (falta de acceso a productos de higiene y educación sobre el tema) y la discriminación de derechos que ello genera para niñas y mujeres de todo el mundo.
Asimismo, hace solo unos meses que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitía un comunicado pidiendo que la menstruación fuese considerada como un problema de salud con dimensiones físicas, psicológicas y sociales y de derechos humanos en lugar de entenderse como un mero problema de higiene.
Se asume ya que la menstruación es un problema para cerca de la mitad de la población mundial y que ello tiene una repercusión importante. Y como allá donde se identifique un problema, surge también una oportunidad de negocio para aquel que lo solucione, no paran de proliferar empresas con el foco puesto en la menstruación y sus derivadas.
Mujeres de todo el mundo recurren diariamente a aplicaciones móviles para controlar su ciclos menstruales y sus períodos de ovulación. Aunque su uso no esté exento de polémicas, estas aplicaciones son uno de los negocios más punteros del momento al que algunos auguran todavía un largo recorrido.
Clue es una de las más conocidas, de hecho fue Ida Tin, una de sus fundadoras, quien acuñó en 2016 el término femtech para definir el grupo de tecnologías que están diseñadas para apoyar y promover la atención médica de las mujeres. Disponible en 15 idiomas, Clue cuenta con más de 100 millones de descargas y 12 millones de usuarias en más de 190 países. La app utiliza más de 30 opciones diferentes de monitoreo para descubrir cómo el ciclo afecta al estado de ánimo, piel, niveles de energía, dolores de cabeza, antojos de alimentación…
Flo, por su parte, es una de las apps menstruales más populares en Estados Unidos. En esta ofrecen predicciones del periodo y la ovulación basándose en el uso de inteligencia artificial que permite el seguimiento de más de 70 señales corporales. A esta se le atribuyen más de 50 millones de descargas.
Mi Calendario menstrual es otra app que cuenta con una puntuación de 4,9 dentro de Google Play y más de 100 millones de descargas. La app permite llevar a cabo un control del ciclo menstrual así como el seguimiento del embarazo. Cuenta también con un recordatorio tanto para la píldora como para el período.
El problema que presentan muchas de estas soluciones es que los datos que recaban suelen ser demasiado personales y muy apetitosos para las marcas. En este sentido, Gemma Galdón, otra emprendedora y fundadora de Eticas Research & Consulting, elaboró un informe en el que se analiza qué uso hacen de los datos sobre la regla las apps más populares. El estudio arrojaba como conclusión que muchas comparten datos con terceros, a menudo con fines comerciales. Tal vez sea este el motivo por el que tanto Clue como Flo incluyan en sus páginas web una detallada explicación sobre su política de protección de datos, pese a figurar entre las apps analizadas por Galdón.
Con esta misión se crea Moonai, una aplicación móvil de audio que persigue que las mujeres puedan vivir sin dolor menstrual (dismenorrea). Lo hacen monitorizando la menstruación con inteligencia artificial y ofreciendo sonidos basados en neurociencia y personalizados que alivian el dolor relacionado con la regla.
Laura-June Clarke y Helena Rodemann son las fundadoras de esta startup con un enfoque B2B2C para mejorar el bienestar en el trabajo y reducir la brecha de género. La solución fue ganadora de la segunda edición de la Pitch Competition Women Edition de AticcoLab.
También para alargar el tiempo de fertilidad de las mujeres surgen soluciones. En esta dirección apunta Gameto, una startup biotecnológica radicada en Nueva York que utiliza la ingeniería celular para desarrollar nuevas terapias y evitar el deterioro de los ovarios. Participa en el proyecto el reconocido emprendedor e inversor Martin Martin Varsavsky, quien acaba de desembarcar en España para llevar la dirección junto a Dina Radenkovic. Gameto ha elegido Madrid para empezar sus estudios preclínicos en Europa.
Gameto habría logrado ya resultados pioneros en la creación de las primeras células humanas reprogramadas del ovario para resolver el problema del deterioro ovárico.
Y como no va a ser todo cuestión de tecnología, también el sector de la moda ha encontrado un nicho interesante en la menstruación. En España la marca de ropa interior ZD Zero Defects fue la primera en sacar al mercado una colección de bragas menstruales diseñadas con tejidos muy absorbentes y transpirables que combinan el hilo de soja y algodón orgánico, “con el objetivo de llevar la sostenibilidad al cuidado personal femenino”, afirman.
Según Katy Muñoz, directora de ZD, “con estas braguitas ofrecemos una solución al enorme impacto ambiental que generan los tampones y las compresas, que tardan entre 200 y 300 años en degradarse”. La prenda consta de varias capas haciendo uso de la tecnología 3D.
También con el foco puesto en la sostenibilidad y la higiene femenina, nace Aguas de Luna, una empresa con sede en Granada fundada por un grupo de amigas. Ofrecen a través de su página web, la venta de compresas de tela, en sustitución de las compresas y los tampones, bragas menstruales y copa menstrual.