La candidata popular admite la "catarsis" en su partido pero reivindica la "recuperación" del "pulso de la calle y de la gente"
VALENCIA. La cabeza de lista del PP al Congreso por Valencia, Elena Bastidas, no rehúye el debate respecto a lo acontecido en los últimos meses en el seno de la formación popular. Así, en la entrevista concedida a este diario, admite la "catarsis" que ha vivido su partido en la Comunitat pero muestra su optimismo con la nueva dirección encabezada por Isabel Bonig, a la que le atribuye el mérito, junto al presidente provincial del PP, Vicente Betoret, de haber sabido "pedir perdón por los desmanes de algunos" y de "rodearse de gente que puede aportar una gran visión municipalista".
En este sentido, al preguntarle por primarias, se muestra favorable a que se habilite un nuevo sistema para la elección de candidatos y líderes del partido: "Aunque no sabría concretar el modelo, no tengo duda de que deben implantarse las primarias".
-¿Cómo se fraguó su designación como número uno por Valencia? Bonig apostó fuerte por usted…
-Pues no conozco los detalles de los momentos previos a ello. Estas cosas se hacen con consenso entre la presidenta regional, Isabel Bonig, el presidente provincial, Vicente Betoret, y la dirección nacional del PP. En cualquier caso, con esta apuesta hacia mi persona se intenta potenciar una nueva manera de hacer política desde el partido, un nuevo PPCV que implica una política de proximidad y cercanía utilizando herramientas como la experiencia municipalista, algo muy extendido en la candidatura. Eso hace que conozcamos la realidad de los municipios y las preocupaciones de la gente: de hecho, en la lista por Valencia están representadas prácticamente todas las comarcas.
-¿Cómo se produce la llamada?
-Pues estaba en Valencia en un cumpleaños y no tenía apenas cobertura. Así que vi un aviso de llamada perdida, la devolví y no me cogieron, pero me mandaron un mensaje de que no podían hablar en ese momento. Al final, al rato me llamó Isabel otra vez, yo estaba por el Mercado de Colón mirando cosas y me comunicó que estaba con Vicente Betoret y que habían pensado en mí para encabezar la candidatura por Valencia. La verdad es que te llena de emoción pero también de vértigo y responsabilidad, sobre todo después de todo lo que ha pasado, de la catarsis del partido aquí, de estos meses en el que el objetivo ha sido volver a recuperar el pulso de la calle y la gente.
-¿Qué síntomas de mejoría le ve al PPCV en esta campaña respecto a las autonómicas y locales?
-Tanto en el ámbito regional con Isabel Bonig como en la dirección provincial, con Vicente Betoret, han tomado el mando personas muy próximas al municipalismo. Los ayuntamientos, al fin y al cabo, es una escuela, el mejor máster político que puede existir. Precisamente Isabel ha sabido imprimir el cambio de dirección nutriéndose de personas que vienen los municipios, de la gestión en ayuntamientos y que son conocidos y respetados en sus comarcas. Un factor importante para estar más en contacto con la gente de la calle y contribuir a la vertebración. Por otro lado, también le hemos dado un nuevo impulso a las redes sociales, a las que tal vez no le habíamos dado la importancia que tenían. Así que, por resumirlo, hemos sabido pedir perdón por los desmanes que han cometido algunos; aprovechar todos los elementos de comunicación y también rodearnos de gente que aporten su visión de las comarcas.
-¿Cree que debería haber primarias en el PP para elegir a candidatos y líderes?
-No tengo ninguna duda. Es cierto que no sé qué fórmula concreta será mejor, porque vemos que algunos hablan mucho de primarias como en el PSOE y luego cuelan a dedo a Irene Lozano o en Compromís, repiten votaciones hasta que sale lo que quiere Mónica Oltra… esos modelos son un poco de chiste. En cualquier caso, lo que no tiene vuelta atrás es que habrá un sistema para que todos los militantes y simpatizantes puedan votar y podrá presentarse quien quiera.