CARTAS DESDE BOLONIA

En la vida también hay monstruos y princesas. Media Vaca triunfa en la Feria del Libro Infantil de Bolonia

La Feria del Libro Infantil es la más importante del sector a nivel mundial. Reúne a más de 1200 expositores y 70 países, con una nutrida presencia valenciana

11/04/2016 - 

BOLONIA. Desde que uno entra pisando alfombra roja, tiene la sensación de haberse introducido en un laberinto donde la fantasía y los negocios se mezclan. Uno avanza por paredes llenas de ilustraciones, por rincones donde se exponen fotografías o carteles de otros años, por foros repletos de sillas, focos, cámaras y pantallas como un plató de televisión, por muros levantados con papel y cartulinas. 

Agentes, editores, autores pasean de un estand a otro, se enseñan porfolios sentados en medio de escaparates repletos de libros, comen pizza con la acreditación colgada, fuman en el espacio gris que conecta los distintos pabellones. Durante cuatro días Bolonia se convierte en la capital mundial del libro infantil con más de 1200 expositores y más de 70 países. Es la feria de este sector más importante del mundo, por delante incluso de la Feria de Fráncfort, y en esta edición celebra sus 53 años. Solo le hace sombra la Shanghai International Children's Book Fair, con sus escasas tres ediciones, en potencial económico y con su privilegiada posición de puerto de entrada a Asia. 

¿Qué supone una feria como la de Bolonia? Para autores, un concentrado de editoriales con las que contactar en un mismo día para enseñar su trabajo. Para editores, un mercado donde conocer novedades, vender derechos y firmar contratos. Para los países, un escaparate donde extender la potencia cultural hacia el exterior. Pero no solo eso; en Bolonia se “celebra” a Roal Dahl, en Bolonia se premia la innovación, la buena edición y literatura. 

En la vida también hay princesas, brujas y monstruos

“A mí este libro me cambió la vida”, explica el brasileño Ilan Brenman cuando habla de Les princeses també es tiren pets, el libro infantil que se convirtió en un fenómeno de ventas en todo el mundo. Nos ha reunido Gonçal López-Pampló en una pequeña celebración la editorial Bromera para festejar sus 30 años de actividad. 

Premios, traducciones y cientos de miles de ejemplares vendidos de sus princesas le permitieron dedicarse en exclusiva a este mundo, en el que ha dado a luz más de setenta títulos. No ha vuelto a dar clases en la universidad ni a publicar artículos de teoría literaria, pero sí reclama dentro de estas esferas más atención hacia este tipo de libro. “Se considera una literatura menor, pero los novelistas no se dan cuenta de que para leer sus libros primero tienen que leer los nuestros”, afirma. Por eso, continúa, “estamos preparando lectores para el futuro y a ellos hay que darles libros de calidad”. 

Cuando le pregunto sobre esa subversión de género y de géneros tradicionales, me cuenta el momento en que nació la idea mientras le daba de comer a su hija, que estaba sentada frente a la mesa y disfrazada precisamente de princesa. ¿Es atrevido? ¿Es conveniente? “En el mundo real también hay brujas, hay princesas, hay monstruos y hay que preparar a los niños”, responde. ¿Por qué no hablar del miedo, de la pérdida de un ser querido, de la separación de los padres o de otro modelo de familia? De cicatrices, como uno de sus últimos títulos. Ante estas preguntas, Brenman asiente y responde con rotundidad: “Este es un mundo muy conservador, pero los niños viven toda esa realidad a diario”. 

La Marca Valencia vende bien en el mundo

Los expositores se dispersan a lo largo y ancho de los pabellones de la feria. En el estand de Chile y de Guatemala hay ediciones ilustradas de poemas de Gabriela Mistral y de José Martí. A pocos metros, la India ha habilitado un espacio con cortinillas a la entrada y un sinfín de volúmenes brillantes de animales, dinosaurios y princesas de colores. Junto a ellos se extiende la enormidad de Penguin Random House, con un espacio central donde exponer o intercambiar trabajos, o los héroes de la Warner Bros. Alguna editorial italiana también apuesta por la subversión en una edición donde las princesas salvan a los príncipes. Otra, en cambio, publicita una guía para padres sobre cómo hablar del ISIS con los niños

Hong Kong y Korea ocupan también grandes espacios. Junto a la caseta de la mexicana Libros del Zorro Rojo se amontona gente hojeando poemas y textos de Mario Benedetti, de Antonio Skármeta o de Eduardo Galeano. En otro espacio dedicado a México, resplandece una edición de Raquel Cané con textos de Clarice Lispector. En el expositor de Irán, los libros se abren al revés y tienen un tono grisáceo y amable. En la República Checa, resalta un libro ilustrado sobre la historia de Matthias Sindelar, futbolista austro-checo que murió en extrañas circunstancias bajo el régimen nazi. 

España se reparte en diferentes espacios. El Institut d’Estudis Baleàrics, el estand de Cataluña o de Euskadi con los Institutos Ramon Llull y Etxepare, la Xunta de Galicia, un espacio común para editoriales españolas, así como diferentes expositores de editoriales individuales, completan una nutrida representación de España. 

La presencia valenciana en la Feria, más en concreto, ha sido muy sustancial con las editoriales Andana, Bromera, Onada, Legua, Castellnou, Hermes, Algar y Media Vaca. “La ilustración valenciana vende mucho en China, porque se considera ilustración europea pero a la vez muy cercana a su gusto”, explica Manel Romero, secretario de la Associació d’Editors del País Valencià. Tras numerosos años de “exterminio”, se muestra optimista con lo que pueda suceder en el sector valenciano del libro. “Maria José Catalá no nos recibió nunca, y en un año hemos tenido reunión con el Conseller d’Educació varias veces, con el Conseller d’Economia y con el Conseller de Hacienda”. “Nos tienen estresados...”, ironiza. 

Manel Romero es un compendio de cifras y de matices. Tiene en mente la evolución desde el 2011, el estado actual de la edición en valencia, se queja de falta de datos actualizados porque “lo primero que desaparece durante las crisis son los estudios para obtener datos”, pero a pesar de ello han trazado un Plan de Lectura hasta 2020 con el que la Conselleria se ha comprometido. Después de mucho tiempo, hay optimismo. 

Media Vaca triunfa en Bolonia

Juan Senís Fernández es profesor de literatura infantil en la Universidad de Zaragoza, bloguero y autor de dos libros infantiles. “Hay dos tipos de libros infantiles que están teniendo mucho éxito: uno es la versión en blanco y negro para colorear”, es decir, “tienes el libro normal, pero luego sacan una versión sin color”, aclara. “Y otro es el libro con mensaje, para trabajar los valores”: los miedos, los traumas, etc. Con respecto a estos, se muestra bastante crítico: “es una lectura programática, es cierto que hay que tratar esos valores en la educación infantil y primaria, pero estamos perdiendo calidad literaria en favor del mensaje, de la utilidad de la literatura”, explica. “Al fin y al cabo, los valores también están presentes en la literatura, no hay que hacer una literatura específica”. 

Juan Senís me acompaña por algunos de los estands que más le gustan. Me enseña algunos libros de L’école des loisirs, me habla de la innovación de formatos con El contador de cuentos de Saki en la mano, un título de Ekaré ilustrado por Alba Marina Rivera. Me habla muy bien de la venezolana Ekaré, que ha ganado el premio a mejor editorial infantil, de Nubeocho, de Isidro Ferrer. Paseando a última hora de la mañana, cuando ya los expositores están recogiendo los volúmenes y transportando cajas, llegamos ante Media Vaca. 

Me presenta a Begoña Lobo y a Vicente Ferrer, quienes han venido a Bolonia para recoger el Bologna Ragazzi Award en la categoría No ficción para Libros del mañana. No es la primera vez que lo ganan: ya recibieron sendos premios en 2002 con El señor Korbes y otros cuentos de Grimm en la categoría de ficción, y con Una temporada en Calcuta en la categoría de No Ficción, y en 2009 con Robinson Crusoe en la categoría de ficción. Ninguna otra editorial española ha conseguido llegar tan alto y sin embargo tampoco se les presta una atención especial en su país. 

La colección ganadora está formada por cuatro títulos: Cómo puede ser la democracia (ilustrado por Marta Pina), Así es la dictadura (ilustrado por Mikel Casal), Hay clases sociales (ilustrado por Joan Negrescolor) y Las mujeres y los hombres (ilustrado por Luci Gutiérrez). Son textos publicados en los 70 y rescatados porque “lamentablemente siguen de actualidad”. Vicente Ferrer nos explica cómo nació la idea de la colección, cómo revisando papeles para una conferencia en la Fundación Juan March quiso hacerse con esos ejemplares, cómo acudieron a casa de Rosa Regás para escarbar en los archivos y cómo vieron la luz. 

Con una labor casi de artesanía, cuidan la originalidad del formato, de las ilustraciones y los textos son auténticas joyas. Objeto y contenido de calidad. Se distancian de la estandarización de los formatos, admiten un descenso de la calidad en las publicaciones “porque estamos quizás ante una crisis de creatividad” a pesar del número creciente de ilustradores. Su amabilidad se corresponde con su seriedad. Se marchan a saludar. Vuelven. Hablamos de Adiós al porvenir, de Manuel Azaña e ilustraciones de Manuel Flores, de los “99 sueños de niñas y niños oaxaqueños” del libro Oaxaca. De Buenos Aires. Y uno se da cuenta de que el oficio puede ser muy humano. 

A la salida ya se ven estands vacíos. Una comercial está vaciando el estante y volcando los libros sobre una maleta. Apenas quedan agentes en la Warner o en Random House. Las sillas del foro central están vacías y los últimos visitantes apuran las compras en las pocas editoriales que pueden hacer venta directa. La alfombra roja llega hasta la calle, y en el párking las colas para coger el autobús y llegar a la ciudad no son tan largas como los días anteriores. Se va cerrando la feria y cada cual regresa a sus monstruos y a sus princesas, que esperan al otro lado de los tornos.