MADRID, (EP). En los últimos 30 años se han realizado en España más de 7.500 trasplantes de corazón, tal y como ha informado la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en un informe publicado en la 'Revista Española de Cardiología'.
"Los datos que muestra el registro español son comparables a los de los registros internacionales de trasplante cardiaco que reúnen la experiencia de los mejores centros del mundo. De entre todos los parámetros analizados, uno de los que cobra más importancia es el relativo a la supervivencia de las personas trasplantadas. Así, hemos podido comprobar que la esperanza de vida de estas personas ha ido aumentando de forma paulatina", ha comentado el director del Registro, vocal de la Sección de Insuficiencia Cardiaca de la SEC y primer firmante del estudio, Francisco González-Vílchez.
En concreto, en el primer periodo estudiado, de 1984 a 1993, la media era de 9,1 años; de 1994 a 2003 de 10,9 años y de 2004 a 2013 pasó a ser de 12 años. Asimismo, después de la mejora de la supervivencia al año en la década de 1994 a 2003, que se mantiene también en la siguiente década, en el periodo analizado de 2014 a 2015 se entrevé una mejora adicional, con una supervivencia al año cercana al 80 por ciento.
"Se ha aumentado extraordinariamente el número de trasplantes que ahora se realizan en código de urgencia, mientras que en la década de 1984 eran considerados urgentes el 18 por ciento, ahora es el 44 por ciento del total de trasplantes que se realizan. Por otro lado, un 37 por ciento de los pacientes llega al trasplante con un dispositivo mecánico de asistencia circulatoria, cifra que era inferior al 10 por ciento en las primeras décadas de nuestra experiencia", ha comentado el presidente de la Sección de Insuficiencia Cardiaca de la SEC, Javier Segovia Cubero.
El registro también ha analizado las causas de fallecimiento, siendo la enfermedad vascular del injerto/muerte súbita la más común (19%), seguida de las infecciones (17%), fallo primario del injerto (13%) y tumores (13%). No obstante, el experto ha avisado de que la causa de muerte varía según el tiempo transcurrido desde el trasplante.
Así, al primer mes, el 50 por ciento de los fallecimientos se deben a un fallo primario del injerto; del segundo mes al año, en el 36 por ciento de los casos se debe a alguna infección y el 15,3% por un rechazo y, a partir del primer año, las causas más comunes son enfermedad vascular del injerto (30%) y tumores (22%).
Otro aspecto que los expertos han observado es el aumento de la complejidad del perfil tanto del donante como del receptor. En concreto, respecto al donante, y comparando la década de 1984 con los datos de 2014 y 2015, se ha pasado de una edad media de 26,5 a 43,1 años.
El tiempo de isquemia del órgano (período que un órgano dura viable para trasplante fuera del organismo) también es ahora mayor, ya que mientras que en 1984-1993 solo era el 8,7 por ciento de los casos los que presentaban una isquemia mayor a 240 minutos, actualmente el porcentaje se sitúa en el 27 por ciento.
Del mismo modo, según el trabajo de la SEC, la parada cardiaca previa al trasplante es también ahora más común (22% frente a 3%), igual que el número de donantes fallecidos por accidente cerebrovascular en lugar de traumatismo (59% frente al 32%).
Por otra parte, la edad del receptor ha aumentado en tres años (de 46,7 a 49,5), siendo ahora más las mujeres que necesitan un trasplante de corazón, al contrario que en la primera década estudiada cuando el 86 por ciento de los receptores eran varones.
En este punto, el estudio ha puesto de manifiesto que el 24 por ciento de los receptores son diabéticos e insulinodependientes (frente al 8,5% en 1984) y que el 34 por ciento ha sido sometido a una cirugía cardiaca previa (25% en 1984).
Sobre las características de los 299 trasplantes de corazón realizados en 2015, el doctor Segovia ha informado de que este año se mantiene el repunte de trasplantes iniciado en 2012, año en que la cifra se había reducido hasta los 237 (cifra más baja desde 1991 con 232 trasplantes). "Es importante que se mantenga en la conciencia social la necesidad de donar los órganos en caso de fallecimiento, pues gracias a ello consiguen salvarse muchas vidas al año", ha enfatizado.
El número de noviembre de 'Revista Española de Cardiología' también ha recogido los datos de otro de los registros realizados por la SEC, concretamente por la Sección de Electrofisiología y Arritmias, el Registro Español de Ablación con Catéter.
La ablación por catéter es un tratamiento potencialmente curativo de la mayor parte de las taquicardias y de las arritmias cardiacas. Consiste en la administración de una energía, generalmente radiofrecuencia, que produce calor y corrige la zona del tejido cardiaco que origina la arritmia.
"El número total de procedimientos recogido en el registro de 2015 es de 12.863, correspondiente a 82 centros españoles, por su carácter voluntario, no se incluyen a todos los centros que realizan estos procedimientos, aunque el alto número de procedimientos recogidos sí que supone una muestra representativa en nuestro país", ha enfatizado el doctor Pedrote.
El registro recoge diez tipos de procedimientos. Uno de los "más novedosos", por la amplia prevalencia de la enfermedad, la ablación de la fibrilación auricular, ya se realiza en tres de cada cuatro laboratorios de electrofisiología (cifra que va en aumento año tras año, siendo 50 centros los que la realizaban en 2012 frente a los 60 que lo hacen en 2015), aunque el número medio continúa siendo bajo y en algunos centros no se realizan más de 50 procedimientos anuales.
Otro aspecto que pone de relieve el registro es que cada vez se dedican más recursos a la ablación con catéter. Así, el 66 por ciento de los centros analizados ya dispone de al menos una sala para dedicación exclusiva de electrofisiología y el 80 por ciento ya tiene a más de un médico dedicado a tiempo completo.
"Estos datos son esperanzadores porque muestran que poco a poco hemos ido mejorando en la dotación humana y de recursos en nuestro país. Aún así, todavía nos queda mucho trabajo por hacer. Aunque el buen resultado final de la ablación por catéter depende del equipo médico que realiza la intervención, la tasa general del éxito recogida en el estudio es del 87,5 por ciento, lo que sitúa a este tipo de procedimientos como una opción cada vez más eficaz para el tratamiento de las arritmias", ha zanjado el presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología, Nicasio Pérez Castellano.