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“Igual ha llegado el momento de identificar problemas antes que ideas originales” 

¿En qué posición está dejando la crisis a las 'startups'?

19/10/2020 - 

VALÈNCIA. La excesiva dependencia de la financiación ha puesto a prueba la fragilidad de muchas startups que han visto como, en lugar de pivotar ellas, lo han hecho los fondos de inversión y los business angels pasándose directamente a los sectores ganadores de la crisis. 

A la falta de financiación, causa principal en la caída de muchas startups, se suma la drástica reducción de la demanda. Lo apuntaba José Bayón López, consejero delegado de Enisa, en el ‘Foro del ecosistema emprendedor en España’ celebrado de forma virtual el pasado 15 de octubre. Afirmó que, aproximadamente, el 70% de las startups y empresas que se han acogido a la renegociación del préstamo participativo concedido por la entidad, han sufrido una caída del 50% en las ventas. Según Bayón, del total de los 2.800 préstamos vivos actuales concedidos por Enisa, cerca del 32% -735 a día de hoy- han solicitado renegociar el préstamo para conseguir mejores condiciones que las pactadas en origen.

Además de “coyuntural”, otra de las características que suele atribuir el consejero delegado de Enisa a esta crisis es la “asimetría”. Vamos, que esto va por barrios, con sectores claramente ganadores frente a otros muy perjudicados. Entre los primeros se apunta a aquellos proyectos orientados a la nueva realidad, con la sostenibilidad y la digitalización por bandera. Entre los impactados de forma negativa por la Covid estarían la hostelería, el ocio y la cultura en general, el transporte o el almacenamiento de suministros. En el bando vencedor se hallarían áreas como la movilidad urbana, los proyectos que responden a retos sociales, los cuidados y el bienestar, en sentido amplio, o la revalorización de las zonas rurales, entre otros.

No es solo cuestión de sectores

En el ámbito de la recuperación de los entornos rurales se enmarca, por ejemplo, el proyecto de Apadrina un Olivo https://apadrinaunolivo.org/es, con José Alfredo Martín como CEO.  La iniciativa surgió hace 7 años con el propósito de recuperar el olivar y la actividad agrícola en la localidad turolense de Oliete. Hasta la fecha, la organización ha conseguido 5.000 padrinos con cuyos pagos han recuperado 10.000 olivos y dan trabajo a 18 jóvenes agricultores locales. Otro de sus hitos ha sido la construcción de una almazara en la que producen el aceite de la marca Mi olivo, con el que han conseguido el Premio al Mejor Aceite del Bajo Aragón 2020 presumiendo de ser una marca de triple impacto: mediambiental, social y desarrollo rural. 

Aunque Apadrina un olivo empieza ahora a cosechar frutos, en opinión de José Alfredo Martín se engaña quien piense que emprender en el campo es fácil. “Esto es una carrera de fondo. Aquí tienes que picar mucho, como en cualquier otro proyecto. Emprender en el entorno rural no es sinónimo de triunfo” advierte.

Y es cierto. Empresas en la línea similar  se han visto forzadas al cierre con la pandemia. Es el caso de Frutavia, un proveedor de fruta que quería hacer más sana la alimentación de los empleados en las oficinas ahora gravemente dañado por el teletrabajo. Es lo que tiene el factor suerte.

Igual, como señala Pablo Santaeufemia, CEO y cofundador de Bridge for Billions, “es que ha llegado el momento de emprender pensando más en resolver un problema real que atendiendo a la originalidad de la idea”.

¿Apoyar a las 'startups' o a las pymes?

Otra duda suscitada por la crisis actual es si merece la pena seguir apoyando al desarrollo del ecosistema emprendedor, vista la fragilidad de muchas startups, o si es preferible destinar el gasto al fortalecimiento de las pymes. Un dato muy significativo aportado por Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec, en el foro de Enisa mencionado antes es que, conforme a datos que barajan en la organización, de las 200 empresas a las que se les atribuye mayor capacidad de crecimiento y generación de empleo durante los últimos años, solo una responde al arquetipo de startup, es decir, empresas de reciente creación y preferiblemente de base tecnológica. Las 199 restantes corresponden a pymes que ya estaban en el mercado y que han sabido evolucionar adaptándose a los tiempos a través de la innovación.

También la última lista de las 1.000 empresas que más crecen en Europa que publican cada año el Financial Times y Statista, refleja una circunstancia parecida a la descrita por Barrero. De entre las cerca de 70 de empresas españolas que recoge el ranking, apenas un puñado de ellas surgieron bajo los parámetros de una startup. Es el caso de Jobandtalent, en el puesto número 24 de la lista, o las valencianas Tappx, especializada en publicidad programática, que aparece en el puesto 48, y Facephi, en el puesto 143.

¿Quiere ello decir que no tiene mucho sentido seguir invirtiendo en el ecosistema emprendedor?, la respuesta para Pablo Santaeufemia es categórica: No. Después de haber visto pasar por su programa de incubación 1.600 proyectos, Santaeufemia está convencido de que el emprendimiento es ahora mas necesario que nunca para salir de la crisis y sobrevivir a un cambio de ciclo que ha apresurado la pandemia, pero que ya estaba ahí. “Ahora, hay que evolucionar o hay que evolucionar”, afirma. Eso sí, en su propósito está también aprovechar el momento para corregir algunas debilidades de las que, en su opinión, adolecía el ecosistema emprendedor que se estaba generando al objeto de hacerlo más inclusivo, meritocrático y eficaz.

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