En tu ofi o en la mía: Pre-Textos

Lugar: Editorial Pre-Textos
Dirección: calle Luis Santángel, 10, 1C, Ruzafa, Valencia.
Metros cuadrados: Cerca de cien. 
Año de inauguración: 1982
Trabajadores: 6 personas

VALÈNCIA. La editorial Pre-Textos es una de las más prestigiosas de España. Un prestigio cincelado gracias a algo así como una voluntad imperecedera por bordar cada libro. Publicaron el primero en 1976 y desde entonces, más de 1500 títulos entre narrativa, ensayo y poesía; entre clásicos (Chéjov, García Lorca, Baudelaire, Pessoa…), glorias propias (Trapiello) o encumbrados (Cristian Crusat).

Su situación los ubica en una Ruzafa que de repente vira en Ginebra, un edificio sobrio y en blanco por cuyas escaleras se accede a esta suerte de torre de vigía de los libros, con la estanterías preñadas de volúmenes, de premios (Nacional a la Mejor Labor Editorial, Reconocimiento al Mérito Editorial de la Feria Internacional del libro de Guadalajara, Editores del Año en la de Lima…), de pequeños amuletos que son rastro de una vida literaria muy pegada a Latinoamérica, y un orden armonioso en el caos de las páginas.

A metros de sus oficinas, justo tras atravesar un pasillo comunitario, su almacén de libros, cercenado por una disputa vecinal. Es como un apéndice de su universo, convertido con el paso del tiempo en un homenaje al tiempo que un museo a las letras en español.

Manuel Borrás, enérgico y con el gesto rápido de un profesor hábil al que sacas de un cenáculo literario, lee entre seis y ocho horas al día: en castellano, catalán, alemán, inglés, italiano, francés y portugués. Sus socios editoriales, desde el principio, en una alianza aparentemente irrompible, son Manuel Ramírez y Silvia Pratdesaba. Llevan una vida juntos y verlos trabajar a todo trapo en sus puestos, en una conversación múltiple y casi callada sobre párrafos traducidos, autores que no se encuentran o índices por desencriptar, resulta encantador. Borrás y Ramírez se conocieron en el jardín de infancia, sin ellos saberlo todavía les esperaba una conexión eterna por la vía de las letras. A Pratdesaba la conocieron en la facultad. Les unió a todos el poeta Eduardo Hervás (La Bola) en un despuntar editorial. Hervás se suicidó en 1972 y desde entonces Pre-Textos es la respuesta a muchas cosas.

El latido de las seis personas que trabajan en las oficinas, con la luz natural flotando y llegando a través de una gran terraza, con el silencio por consejo, practican algunos principios elementales para el editor Manuel Borrás: “Nos define la vitalidad, sin olvidar, claro, que nosotros creemos de verdad en la cultura al contrario de los que ven este trabajo gustoso simplemente como un negocio”.

La apariencia es de una pequeña redacción creando algo muy laborioso (o dando sentido a la creación). Aunque se declaran poco fetichistas, está lleno de elementos que guardan historias: por ejemplo aquellas viñetas de Ramón Gaya.

Cada uno de los episodios entre las estabterias los acaba incluyendo en un libro propio (no escrito, claro) protagonizado por ellos mismos y en el que sus oficinas son la mejor localización: “Un día -relatan- apareció un pobre muchacho enfermo, que huía de los “loqueros”, en el techo del local. A lo que se ve, escapó por las azoteas del patio de luces para evitar ser llevado a un hospital. Nos pidió ayuda y, en vez de asustarnos como se asustó el resto de vecinos que fueron testigos del curioso acontecimiento, yo me encaramé a una escalera, trepé al tejado y le ayudé a bajar. Meses después, nos visitó para agradecernos que le hubiésemos tratado como a una persona. Faltaría más”.