En tu ofi o en la mía: Nave Miss Panamá
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Cuando tu oficina es un submundo repleto de escenarios en los que pequeños personajes animados deben vivir
He aquí una productora valenciana en cuyas oficinas y estudio suceden cosas extrañas. Como encontrarse con toda una red de pequeños escondrijos donde, ¡silencio!, aquí se da forma a El Diario de Bita y Cora, la serie de animación, dirigida por Vicente Mallols donde dos amigas aventureras viajando en una nave espacial terminan llegando al planeta Pruna. Allí conocerán a los Elms, extraños seres. La producción a la valenciana acompaña hoy las pantallas de los más pequeños en medio mundo.
La productora, Paloma Mora, camina de avanzadilla, tal que un sherpa, introduciendo a los invitados por los escondrijos de un estudio -en el entorno de la Finca Roja-, apenas unos metros de sus propias oficinas, donde el mínimo descuido puede suponer descalabrar los planetas de croma donde la acción estalla. El oficio de productora parece tomar su sentido completo cuando la propia Mora saca las plantas a la vía pública y las riega.
TV On Producciones, fundada en el año 2000, se dedica a producir cine y ficción para televisión. Espacialmente requiere de espacios de trabajo tan ágiles como dispuestos a transformarse, patas arriba, en cualquier momento. Si la oficina y el estudio fuese un material, debería ser lo suficientemente dúctil para adaptarse a cualquier situación.
Cuando comenzaron con el proceso de rodaje de El Diario de Bita y Cora, y tras un primer cambio de local, encontraron aquí el escenario perfecto en una antigua sede de la Asociación de Enfermos de Alzheimer. Poseída por el furor de un equipo de trabajo cuya función es la minuciosidad, convirtieron el espacio en una maraña de trincheras, capaces de resguardar las distintas articulaciones, bocas, ojos, narices, que dan personalidad a los personajes. Las secuencias, plasmadas al pasar en los paneles de la entrada, dan cuenta del recorrido infinito de las secuencias, un canto a la paciencia creativa.
Fotos: EVA MÁÑEZ
Tras la superficie de oficinas para guionistas, producción o posproducción, un área laberíntica sitúa los diferentes escenarios por los que Bita, Cora y sus colegas se deslizan. Están agarradas por una suerte de arnés que luego, digitalmente, se elimina. Fotograma a fotograma, la gestualidad se obtiene a partir del pálpito de los detalles.
La estética futurista crea una excepcionalidad: hace sentir la presencia del planeta Pruna como un territorio fetén, diferenciado del asfalto que, a unos pasos, expulsa hasta la realidad. La ausencia de obviedad cubre las instalaciones, nadie en su sano juicio podría imaginar al recorrer la acera que tras ese zaguán ocurre lo que sucede. Silencio, aquí se produce.
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