VALÈNCIA (EP). Las próximas cuatro semanas que pueden surgir entre los afectados de la DANA las primeras oleadas de enfermedades infecciosas, bien transmitidas por el aire, los alimentos o el agua, siendo especialmente preocupantes las enfermedades diarreicas, la leptospirosis y el tétanos, según alertan desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).
SEMES recuerda que una vez pasada la fase uno (que dura de 0 a 4 días) de esta catástrofe natural, aparecen los riesgos por la reducción de la higiene, la falta de agua potable y del saneamiento, aunque en muchos casos puede que no sean evidentes hasta que llegue la fase 3, de recuperación (después de 4 semanas), que será el período en el que los síntomas de las víctimas que han contraído infecciones con largos períodos de incubación o aquellas con infecciones de tipo latente pueden volverse clínicamente evidentes.
"Durante este período, las enfermedades infecciosas que ya son endémicas en el área, así como las recién importadas entre la comunidad afectada, pueden dar lugar a una epidemia", alertan en un comunicado.
Los Urgenciólogos señalan las enfermedades diarreicas como la principal causas de infección en este contexto.
En este caso, su desarrollo en las víctimas suelen estar relacionadas con la contaminación de las fuentes de agua, sobre todo por contaminación fecal, y la contaminación del agua durante el transporte y el almacenamiento.
También se producen por el uso compartido de recipientes para el agua y ollas, la escasez de jabón y los alimentos contaminados; otras causas son la mala higiene, el hacinamiento, la falta de agua potable, el saneamiento ineficaz y alcantarillado deficientes preexistentes.
No obstante, recuerdan en contra de posible bulos informativos que en los desastres naturales no se importan enfermedades, "no es posible que las enfermedades que no son endémicas o importadas en las zonas afectadas por el desastre se produzcan de forma natural", advierten.
Por tanto, aclaran que "la causa principal de muerte después de un desastre no es infecciosa", y, "los cadáveres de los desastres no son una fuente de epidemia".
"Los brotes de enfermedades infecciosas son resultado secundario de la exacerbación de los factores de riesgo de enfermedad", añaden.
Ante esta situación aconsejan una rápida implementación de medidas de control en las comunidades desplazadas por desastres, especialmente en ausencia de datos de vigilancia previos.
Además, la vigilancia en las áreas afectadas por desastres, en campamentos, instalaciones de salud (hospitales y clínicas) y otros puntos donde se trata a las víctimas, "es fundamental", del mismo modo que es "importante" considerar la posibilidad de reforzar el sistema de vigilancia existente.
Por otro lado, señala la leptospirosis que es una enfermedad endémica en Valencia por las riadas, por la Albufera y por las acequias.
La leptospira aparece fundamentalmente en tres lugares en España (en el Delta del Ebro, en la Albufera de Valencia y en las Marismas de Huelva).
Puede transmitirse a través del contacto con agua, alimentos y suelo contaminados que contengan orina contaminada (leptospiras) de animales infectados (por ejemplo roedores).
La contaminación ocurre a través del contacto de la piel lesionada y las membranas mucosas con agua, suelo húmedo o barro contaminado con orina de roedores.
Las inundaciones facilitan la proliferación de roedores y la propagación de leptospiras en una comunidad humana.
"A menudo se trata de un cuadro débil y autolimitado, pero puede dar lugar a la aparición de fiebre, cefalea, artromialgias, diarrea o dolor abdominal. Existen cuadros clínicos graves, que pueden dar lugar a fallo orgánico, pero existen tratamiento antbiótico eficaz", explican.
Finalmente señalan el tétanos que califican como un problema de salud pública grave entre las personas con infecciones en las heridas y las poblaciones no vacunadas.
La enfermedad se asocia a menudo con lesiones por aplastamiento y heridas contaminadas.
Precisamente, el 'president' de la Generalitat, Carlos Mazón, ha instado este lunes a los vecinos de las zonas afectadas por la DANA y a las personas que están ayudando a paliar las consecuencias del temporal, a vacunarse contra el tétanos en caso de sufrir "alguna herida o sangrar en las labores de reconstrucción".
Según señalan es indispensable un suministro adecuado de agua por persona (norma mínima acordada de 20l por persona por día) para beber, bañarse, lavarse y para la eliminación de excrementos, así como para la gestión de los desechos sólidos, es esencial para prevenir brotes de enfermedades diarreicas y otras enfermedades transmitidas por vectores.
También deben proporcionarse recipientes de agua adecuados y suficientes, ollas para cocinar y combustible; y las personas deben asegurarse de que los recipientes para almacenar agua estén bien protegidos y de que los alimentos estén bien cocinados.
Además, es necesario proporcionar cantidades suficientes de jabón (un mínimo de 250 gramos por persona por mes) y educar a la comunidad sobre la higiene personal y las circunstancias en las que es importante lavarse las manos.
Y el cloro sigue siendo el desinfectante más fácil y ampliamente utilizado para el agua potable y también el más asequible. Es muy eficaz contra casi todos los patógenos transmitidos por el agua y es esencial donde no existe un suministro alternativo de agua potable.
En cuanto a la comida, el suministro de raciones generales adecuadas (2.100 kcal y 46 g de proteína) es importante específicamente para los niños con bajo peso y desnutridos a través de programas de alimentación selectiva.