EL INTERIOR DE LAS COSAS / OPINIÓN

En la fiesta de Blas todos salen con unas copa de más

5/03/2024 - 

CASTELLÓ. El pasado sábado arrancaron las fiestas de la Magdalena de Castelló, y desde la tarde del viernes, mi Pancho vive dopado por calmantes, plegado bajo una manta en mi cama, en una habitación de patio interior de la casa. Este año, por fin, he optado por medicarle. Se han suprimido los ataques de pánico, las taquicardias y correrías temerosas ante el masivo y constante disparo de cohetes y masclets. El domingo, con motivo de la Romeria de Les Canyestuvimos una tregua matutina de pólvora ante la tremenda participación en este acto que vacía la ciudad. 

La tarde del sábado, con el Pregó de Magdalena recorriendo las calles principales, imaginamos que sería tiempo de calma. Pero no lo fue. Ese día, desde las 08h. de la mañana no cesó el disparo de cohetes, masclets y, creo, múltiples tró de bac. Mi barrio, en Plaza Tetuán, debe ser una zona especial de disparo que se mantuvo activo durante todo el día, hasta la madrugada. Horroroso.

Además, las varias carpas que rodean esta manzana de viviendas se meten en tu casa sin previa invitación. Eva María se fue buscando el sol en la playa, A quién le importa lo que yo haga, Los chicos con las chicas, Que viva España, En la fiesta de Blas todo el mundo salía con una copa de más… Vivir así es morir de amor, por amor tengo el alma herida…. ¡Y ya no puedo más!… 

Así son las tardes y noches magdaleneras en mi barrio, cerca del parque Ribalta, con más atracciones y eventos. No puedo hacer nada, desde luego, que son fiestas nueve días al año, y Au!. Pero el sufrimiento de los perros, imagino también de otras mascotas, es doloroso. 

Ahora mismo, mientras escribo, han disparado un tró de bac, que me recuerda aquellas aficiones de la que fuera alcaldesa de València, Rita Barberá, -A quien por cierto, le siguen explotando los miles de euros ilegales del caso Azud entre sus familiares-. Pensaba, sobre el tró de bac, que estaba prohibido. En mi calle retumban como una explosión no controlada. 

Ha regresado a mi vida una vieja enemiga, esa muela del juicio, la única que conservo, esa pieza con su empaste reventado, esa muela última en la parte derecha, que hizo un llamamiento en pleno fin de semana magdalenero. 

Dolor insoportable, el mismo que sufrí en pleno confinamiento con otras dos muelas. Suelo elegir lo fines de semana o tiempos especiales para que mis muelas decidan estallar y joderme. Les recomiendo que no abandonen su boca, que acudan periódicamente al dentista. Este fin de semana he convivido con el fuerte dolor dental, con la estridente música y con la tremenda pólvora insoportable. He sobrevivido.

A pesar del mal momento, mi vecina Carmen se ha empeñado en comer tradicional magdalenero, como si estuviéramos en la Romería, tiradas sobre la tierra, disfrutando del sol y pegándole a la bota de un buen vino. Mi vecina cocinó el domingo los mejores ximos o ximets de Castelló, bueno, detrás de los que elabora mi eterno y querido amigo Javier Andrés. Esas piezas sabrosas, con ese pan relleno de tomate frito, pimiento rojo, atún, piñones, huevo duro… se rebozan y se fríen. Un manjar castellonense. 

También degustamos una buena tortilla de habas y una mejor ensalada de tomate, cebolla, atún, anchoas, aceitunas… Pude comer, con dificultad, por la parte izquierda de mi boca. Para el postre degustamos Fadrinets, esos pasteles mágicos que un día decidió elaborar el Gremio de panadería y pastelería de Castelló. Deliciosos. 

Ayer, lunes, mi muela, un poco más calmada, no dejó de enviarme malas vibraciones, un dolor perenne e insoportable. Puede que mi muela sea la consecuencia de tanto apretar los dientes durante la pasada semana. 

Cada uno de los días pasados han sido un tránsito vertiginoso y muy cabreante, como es esa corrupción estructural que respiramos y nos sigue asfixiando, con tantísimo y excesivo ruido. Como es el genocidio de Israel en Gaza donde el incremento de las muertes de civiles, mujeres y niñas son escalofriantes. Como son las bravuconadas de Vox en el Ayuntamiento de Castelló, blanqueando, infravalorando y frivolizando sobre la violencia machista, de la que, incluso, se ríen cuando suben al estrado municipal. Y la derecha castellonense, no dice nada, absolutamente nada. Dicen que es una discrepancia, pero no lo es, estamos hablando de un terrorismo que se ha cobrado más vidas de mujeres que cualquier otro tipo de terror en este país.

 

El próximo viernes es 8M, en Castelló nos pilla en plena Magdalena. El Día de la Mujer es, cada año, una celebración más exultante, unida, masiva, estimulante, y, al mismo tiempo carga con demasiadas sobredosis de desaliento y desasosiego. Hoy, con esos gobiernos de la derecha y su ignominiosa ultraderecha, la situación de las mujeres está retrocediendo peligrosamente. Esas locas con sus colores violeta, esas locas con su pancartas, esas locas que son pura ideología y tormento, esas locas que residen en chiringuitos subvencionados, esas locas que viven fuera de todo orden, esas locas antiguas y amargadas. Esas locas somos todas y cada una de nosotras, que seguimos defendiendo derechos, libertades, y la vida y la felicidad de las mujeres.

Ayer, mi vecina Carmen cocinó una fideuá maravillosa, con ese sofrito que aromatizó los patios interiores del edificio, con su azafrán, con el mejor caldo de pescado y marisco, con esos trozos de sepia y langostinos que te hacen levitar, con esos fideos finos, asustados en el horno, con sus dos cigalas y más galeras. Un suspiro fuerte para el lunes festivo de Magdalena, el día del Pregó infantil. 

Tras la comida y esos Fradinets que nos sobraron del domingo, mi vecina Carmen sacó sus copitas de dedal, de vidrio grabado, y brindamos, a pesar de todo, con los restos de la absenta de Segarra, de Xert. Lo hicimos para respirar profundamente ante tanta ignominia. 

Lo hicimos también por nuestro querido amigo Francis Montesinos, que ha sido absuelto de aquella causa qué le acusó y que llenó portadas y páginas enteras de los medios de comunicación valencianos. Hay sobreseimiento de la causa, pero no se ha leído en ningún periódico, ni se ha escuchado en ninguna radio, ni se ha visto en las televisiones de este pequeño país mediterráneo. Nosotras brindamos por él, y porque algún medio pueda publicar la verdad sobre el final de esta historia que llenó los espacios informativos en su día. 

Y, por último, brindamos a lo grande por mi añorada y querida Fina Cardona Bosch, la mejor poeta del país valenciano. Mi amiga. Hoy, en el Centre Octubre de València, se presenta el libro, de Vincle Editorial, Infinita, unes Lletres per a Fina Cardona-Bosch. No podré estar, mi puta muela me retiene. 

Acabamos el día de ayer suspirando por Fina, por un mundo mejor, más justo y habitable, taladradas por el incesante disparo de cohetes y masclets, con Pancho escondido en su refugio, taladradas e inmersas en esa fiesta de Blas que es este país.

Buena semana. Buena suerte