VALÈNCIA. La banca privada afronta una recta final del año con la vista puesta -como todo el sector- en la directiva europa MiFID II, que va a suponer un cambio radical en el asesoramiento financiero. Las entidades tienen marcado en rojo en sus agenda las fecha del 1 de enero de 2018, cuando por fin entre en vigor después de varios retrasos.
Pero no solo la MiFID II está en la mente de los banqueros privados sino también otros aspectos como la incertidumbre -aunque venida a menos- sobre lo que va a pasar con las sicavs, las políticas monetarias de los grandes bancos centrales y/o el fenómeno fintech, por citar algunos. De todo ello, y más, este diario tuvo la oportunidad de charlar este pasado miércoles en la impresionante Ciudad del BBVA con uno de los pesos pesados de la banca privada española: Enrique Marazuela, CFA.
Licenciado en Derecho y Ciencias Empresariales por el ICADE, con estudios de posgrado por Loyola University en Baltimore, el INSEAD y el IESE y CFA charterholder, actualmente es el director de Inversiones de BBVA España Banca Privada. Previamente fue presidente y consejero delegado de la gestora de BBVA Patrimonios y vocal del consejo de administración de BBVA & Partners AV. Y hace 30 años pasó por la que fuera la primera agencia de valores de la Comunitat Valenciana: Cano, Piquer & Samper. Además, el próximo mes cumplirá su primer año como presidente de la CFA Society Spain.
A continuación la amena charla mantenida con el CIO de BBVA España Banca Privada, división de grandes patrimonios del también llamado 'banco azul' que cuenta con 3.400 clientes de banca privada en la Comunitat Valenciana y un volumen de activos por valor de 3.100 millones.
-En primer lugar, ¿cuál es la salud actual de la banca privada en España?
-En un entorno de bajos tipos de interés es difícil obtener altas rentabilidades y de ahí que la planificación patrimonial es muy necesaria. En BBVA estamos inmersos en un plan de expansión y seguimos contando con importantes ventajas competitivas como marca, solvencia, dimensión y el servicio adecuada. Además tenemos nuestra plataforma de arquitectura abierta de fondos, Quality Funds, que nos da un gran valor añadido porque analiza no solo un fondo en singular, sino también la gestora. Nuestras carteras se componen de los fondos que previamente han sido filtrado por Quality Funds.
-¿Por qué esa 'demonización' a las sicavs?
-Eso quisiera saber yo porque están reguladas bajo la misma ley que los fondos de inversión y la única diferencia entre ambas figuras es que aquellas tienen un consejo de administración y los fondos no. Todo lo demás es igual: fiscalidad, supervisión... Lo malo es la incertidumbre y como se mantenga acabará el negocio migrando a otras jurisdicciones.
-¿Cómo impactará la entrada en vigor de la MiFID II en la banca privada?
-Nosotros llevamos preparándonos bastante tiempo y no va suponer ningún gran cambio, ni tampoco nuestra forma de ser. Esta directiva obliga a que las comisiones sean completamente explícitas y por inercia el cliente se va a resistir a pagar. No hay otra vía porque viene impuesto por la ley.
-¿Qué pasará con las EAFIs con la llegada de la MiFID II?
-Mientras den valor al cliente y su modelo de negocio se adapte al nuevo entorno no tendrán problemas, seguirán.
-¿Qué tiene que tener en cuenta todo inversor que se precie?
-La diversificación porque añade valor. De las pocas cosas que sabemos en finanzas a ciencia cierta es que la diversificación reduce riesgos sin que por ello se resienta la rentabilidad. Muchas carteras están concentradas en cuatro valores y no debería ser así; están incurriendo en una serie de riesgos que además no están remunerados. También tiene que definir su perfil de riesgo que es fundamental para construir una cartera y reajustándola pero no solo por las expectativas de mercado. El perfil de riesgo define qué riesgos puede asumir un inversor y ello se construye a partir del análisis de sus circunstancias tanto objetivas como subjetivas. Y este perfil de riesgo determina la cartera; debemos elegir los riesgos y aceptar las rentabilidades y no a la inversa.
-¿Y un buen gestor de patrimonios?
-Tener claro el perfil de riesgo y los objetivos financieros del cliente para construirle una cartera diversificada y equilibrada, hacerle un seguimiento y reajustándola cuando toca. Lo importante es el cliente y sus necesidades.
-Hablando de gestión, ¿qué opina del 'value investing' que está cobrando un mayor protagonismo en los últimos tiempos?
-Es verdad que cada vez hay más gestión pasiva. Pero como comentas, también hay cada vez más gestión activa, especialmente la gestión value, donde los datos empíricos muestran que añade valor. No olvides, Luis, que sin la gestión activa los mercados no podrían cumplir con su función primordial que es que los mercados realicen la asignación óptima de los recursos, escasos y susceptibles de usos alternativos. El auge de la gestión pasiva no es consecuencia de que la gestión activa no genere valor, que como hemos visto sí lo hace y es clave para que los mercados cumplan con su función, sino que no ha sido capaz de retener una parte de ese valor añadido en su modelo de negocio. En otro orden de cosas, está muy bien batir los mercados, pero el peligro que esto tiene para el inversor particular es que ello tenga como
consecuencia una cartera desequilibrada y no suficientemente diversificada, además que nada tenga que ver con su perfil de riesgo. La estructura y composición de la cartera tiene que verificar su perfil de riesgo; la función de batir los mercados ha de ser realizada básicamente por los componentes que tiene la misma.
-¿Qué me dice del fenómeno fintech y de los llamado 'robo advisors'?
-En general en la banca privada la vemos como una herramienta que nos va ayudar a hacer nuestra labor como asesor financiero. No creemos que nos vaya a quitar el negocio porque en la banca lo que más demanda el cliente es el componente humano: estar relacionado en todo momento con una persona.
-¿Cómo va a ser la retirada de estímulos monetarios por parte del BCE o el también llamado 'tapering'?
-Va a ser una retirada gradual. El crecimiento económico en Europa es bastante bueno y el nivel de la inflación está por debajo del 2%, es decir, el objetivo del BCE. Esto permite a la institución europea cumplir con un doble objetivo: permitir que la economía siga creciendo a un buen ritmo y recuperar el grado de libertad en política monetaria tras aplicar estas medidas excepcionales. Llevará un tiempo retirar el QE y dejar los tipos de interés en niveles superiores a los actuales.
-Mirando al otro lado del charco, ¿seguirán las subidas de tipos en Estados Unidos?
-Los han subido ya dos veces este año y la previsión es que la Reserva Federal lo haga otra vez a finales de año. De cara a 2018 vemos dos alzas más y en 2019 el 2,5%, nuevo tipo neutral. La FED irá ajustando los repuntes de los intereses en función de como vaya la economía norteamericana.
-Por cierto, ¿cómo ve al dólar estadounidense?
-Ha descontado la política económica de Donald Trump. No tenemos una hoja de ruta clara para saber los planes de la administración Trump pero la relación real del intercambio euro/dólar se sitúa por encima de las 1,20 unidades, pero ocurre que Estados Unidos tiene los tipos de interés más altos y el cruce debería estar en una banda de 1,10-1,15 unidades. En estos momentos prevalece la valoración de los mercados a la política económica de Trump.
-Si la victoria republicana en EE UU fue una sorpresa para muchos, lo fue más que los británicos dijeran sí a salir de la Unión Europea. ¿Cómo acabará el 'Brexit'?
-Esperamos que sea menos duro de lo que se podía prever, pero va a pasar factura tanto sobre el PIB europeo como el británico.