Un almuerzo, un hospital, una diputación
Un almuerzo, un hospital, una diputación
VALÈNCIA. El pasado jueves, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, visitaba Ontinyent para apuntalar el acuerdo alcanzado con Ens Uneix, el partido liderado por el alcalde del municipio y exdirigente socialista, Jorge Rodríguez, en la Diputación de Valencia.
Una jornada que, tal y como informó este diario, se desarrolló en un clima de gran cordialidad y sintonía. El encuentro, fijado para que el jefe del Consell expusiera la hoja de ruta para terminar el nuevo Hospital General de Ontinyent, escondía un relato simbólico mucho más poderoso que las propias inversiones e infraestructuras acordadas.
Un almuerzo, un hospital, una diputación
El partido de Rodríguez, tras unas negociaciones fallidas con el PSPV-PSOE contaminadas por las heridas del caso Alquería, decidió votarse a sí mismo para la presidencia de la Diputación, lo que derivó en una situación de empate que permitió al PP, con Vicente Mompó al frente, hacerse con la única gran institución que los socialistas podían retener tras los resultados de las elecciones autonómicas y locales del pasado 28 de mayo. El candidato socialista, Carlos Fernández Bielsa, secretario provincial del PSPV y posible aspirante a la sucesión de Ximo Puig, se negó a dar los votos de sus 12 diputados votos a la única representante de Ens Uneix. Los de Rodríguez no cambiaron de opinión y el PP se llevó el gato al agua por ser la fuerza con más escaños.
Tras el pleno, se vivió un momento de tensión cuando dirigentes próximos a Bielsa increparon a Rodríguez. "¡Traidor!" o "¡Mercenario!" fueron algunas de las palabras gruesas pronunciadas. Ese mismo día, desde Ens Uneix, respondían a estos improperios: "Lo que no se dan cuenta en el PSPV, es que no somos de su partido. Ellos nos echaron. A nosotros nos preocupa nuestra comarca, somos como el PNV (Partido Nacionalista Vasco) de la Vall d'Albaida", aseguraban desde el entorno del alcalde.
Una visión distinta tienen en el PSPV, especialmente desde el entorno de Fernández Bielsa, donde describen la travesía de Ens Uneix más similar a la del Partido Socialista Independiente (PSI) surgido en 1993 en la Ribera Alta desde el entorno del entonces exconseller socialista Rafael Blasco, quien sería recuperado por Eduardo Zaplana años después para las más altas responsabilidades autonómicas y terminaría en prisión por el caso Cooperación. El PSI, que ganó las elecciones locales en Alzira en 1995 -año de la caída de Joan Lerma de la Generalitat y el ascenso de Eduardo Zaplana- se convirtió en un quebradero de cabeza para el PSPV. Posteriormente, evolucionó al Partido Social Demócrata (PSD), con ambiciones autonómicas, si bien sólo logró en torno a 10.000 votos en los comicios de 2007. En cualquier caso, hizo un agujero a los socialistas valencianos en esa demarcación.
En el PSPV, mientras algunos lamentan que no haya podido articularse en una reconciliación con Ens Uneix, otros tienen claro que el pacto de Jorge Rodríguez con el PP estaba sellado mucho antes de que se llegara al día clave de las votaciones en la Diputación. Es más, en el entorno de Bielsa ven el acto del pasado jueves con Mazón y las ofertas con las que los populares vienen agasajando a Ens Uneix, como pruebas que evidencian que el objetivo del partido de Rodríguez no es otro que perpetuar el daño al PSPV y, a ser posible, ensancharlo fortaleciéndose en su comarca e incluso expandirse con la misión de arrebatar votos a la formación socialista para ponerlos al servicio del PP.
Una tesis que incluso ha deslizado públicamente la portavoz del PSPV en Les Corts, Rebeca Torró, en otro tiempo mano derecha de Rodríguez en Ontinyent y que ha sido objeto de duras críticas desde Ens Uneix al considerar que abandonó el barco en plena tempestad del caso Alquería para ponerse a salvo.
En la otra orilla, desde el partido de Rodríguez defienden su tesis 'nacionalista' para la Vall d'Albaida. Enumeran la falta de disculpas públicas de Ximo Puig y de Fernández Bielsa tras la absolución de Rodríguez e insisten en las ventajas que supone para su comarca formar parte de un gobierno, el de la Diputación, dominado por el mismo signo político -el PP- que la Generalitat. "Hay inversiones que son competencia autonómica. Por ejemplo, ahora ha venido Mazón y se ha comprometido a que el hospital de Ontinyent sea una prioridad y en un año esté listo. Esa garantía ahora el PSPV no la puede dar. ¿Se habría implicado igual el presidente de la Generalitat si hubiéramos apoyado a Bielsa en la Diputación?", se pregunta un cargo de Ens Uneix para recalcar que su misión principal es "ser útiles" para "la Vall d'Albaida".
Con este escenario, la formación socialista se encuentra ante una encrucijada. Para algunos, se podía haber convencido a Ens Uneix con una mejor disposición negociadora o incluso ofreciéndoles la Diputación con tal de que no cayera en manos del PP. Para otros, la suerte estaba echada y ahora hay que trabajar en la reconstrucción del partido en la comarca con una posición clara de contraataque, puesto que no ven opciones de que vaya a revertirse la situación.